Capítulo 24 🖇

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Soobin volvía a estar solo, en su acogedor apartamento mirando a la nada desde el sofá. No se percató de la hora que era, pero parecía estar amaneciendo debido a la claridad. Dongyul se había ido horas antes, luego de tener una conversación intensa pero necesaria.

— No creo que lo hayas olvidado— fue lo que le dijo Lee después de varios minutos en los que estuvieron sentados en silencio.— Hablas de ese hombre como si fuese lo único que existiera e incluso delante de mí.

Soobin solo tragó encontrándose sin nada que decir a eso.

— No te estoy culpando, Soobin, porque es probable que solo te hayas intentado dar una segunda oportunidad conmigo y agradezco que me hayas tomado en cuenta. Pero aun no lo olvidas y ni siquiera creo que quieras hacerlo.

— Dongyul, en serio lo siento— se disculpó apenado.

— Adiós, Choi Soobin, fue un placer— dijo despidiéndose para luego salir del lugar.

Claramente el psicólogo se encontraba apenado, avergonzado y hasta un poco triste. Las citas con Lee Dongyul habían sido divertidas, era una persona que le inspiraba confianza y si su corazón no fuera tan terco tenía claro que esa relación hubiese sido fructífera. Pero era cierto, por más que decía que olvidaría a Yeonjun, siempre estaba ahí y la mínima cosa que siquiera le recordara a él daba cabida a un montón de recuerdos y emociones.

Decidió escribir un correo para que los encargados de las citas en el hospital las pospusieran. Su trabajo era extremadamente delicado y en las condiciones en las que se hallaba no encontraba pertinente atender a pacientes. Lavó su cara para limpiarla de lágrimas secas y cerró las cortinas para acostarse y dormir.

Recuperadas sus horas de sueño, despertó al medio día. Tomó una ducha y salió rumbo al primer lugar que tenía en mente, el apartamento de Beomgyu.

A pesar de la escena en la madrugada, Soobin no soportaba pasar más tiempo en una situación así. Era la primera vez que Beomgyu le gritaba o se enojaba a tal punto de querer cortar toda relación con él y si tomaba en cuenta que lo conocía de toda la vida entonces era algo que lo ponía bastante mal.

Estacionado frente al edificio ya conocido respiró profundo sin bajar del auto. Ordenó sus pensamientos e ideas para lograr hablar con coherencia. Repasó las estrategias de control de emociones por si el menor llegaba desequilibrarse. Enumeró, mentalmente los pros y contras de esta visita y no fue hasta se sintió completamente seguro que decidió subir hacia el hogar se su amigo.

Para su sorpresa, Beomgyu no fue quien le abrió la puerta, era el mismo Choi Yeonjun.

— Hyung, no sabía que estaba aquí— se excusó en cuanto lo vio.

— Beomgyu no tarda en llegar de la universidad, puedes esperarlo aquí— dijo tranquilamente.— ¿Quieres algo de tomar? Estoy preparando el almuerzo.

— No se preocupe, hyung, gracias— pasó sus manos sudadas por sus piernas intentando calmar sus nervios.

— Es raro que me llames hyung, Soobinie, no lo haces desde que te hiciste adulto.

La voz de Yeonjun sonaba calmada, incluso se percibía una pizca de broma. Pero siempre era así, tenía ese control para fingir que todo estaba bien.

— Yeonjun hyung, lo siento— se disculpó ignorando el comentario pasado y que sentía que era muy atrevido de su parte hablarle informal en su situación.

— No tienes que disculparte por eso— escuchó muy cerca de él y cuando volteó notó que el mayor había tomado asiento a su lado y le sonreía.— ¿Podrías decirme qué pasó ayer con Gyunie? Por eso viniste hoy, ¿no?

— No pasó nada, tranquilo— Intentó esquivar.

— Soobinie— llamó haciendo que el aludido volviera a mirarle a la cara— no olvides que los conozco demasiado. Me desperté en la madrugada para ir al baño y no estaba, me preocupé, pero pocos minutos después escuché que llegó y estaba frente a mí con los ojos llorosos así que sí pasó algo.

— Lo siento mucho hyung— volvió a disculparse.

No solo había hecho llorar a Beomgyu, sino que su hermano lo vio. Era un golpe tras otro que Soobin pensaba que pronto dejaría de soportar.

— Pero tú estás aquí, luces nervioso y como si no hubieras descansado, en serio me preocupa lo que haya pasado porque ninguno de los dos está bien.

¿Por qué Yeonjun tenía que ser así? Hubiese preferido que lo ignorara o que le gritara, no que lo tratara bien ni se preocupara por él. La culpa era mayor si Yeonjun seguía cuidando de él.

— ¡Hyung, llegué!— escucharon fuerte desde la entrada.

Beomgyu colgó su mochila y se quitó los zapatos para correr a la cocina desde donde salía un olor agradable. Sin embargo, fue interrumpido por la presencia no esperada de Soobin en su sofá, con Yeonjun cerca, justo lo que había pedido que no sucediera.

— Hyung, ¿qué hace aquí?— inquirió con el rostro inexpresivo.

— Vino a hablar contigo, Gyunie— habló Yeonjun antes de que Soobin dijera cualquier cosa.— Ustedes pónganse cómodos y hablen, yo iré a atender la cocina— y los dejó solos en el salón.

— Creo haberle pedido que no se nos acercara— dijo al ver que el mayor se incorporaba.

— Gyunie, quiero hablar contigo, por favor permítelo— rogó con voz baja.

El menor terminó asintiendo y tomó a Soobin del brazo para adentrarlo en su dormitorio donde podían tener una conversación privada y lejos de Yeonjun.

— Diga lo que va a decir, no quiero hacer esperar a mi hermano para almorzar.

Soobin vio el rostro asustado de Beomgyu, quizá reteniendo sus ganas de volver a llorar o conteniéndose para seguir marcando una distancia entre ambos. No pretendía derribar todas las barreras de su menor porque ellas tenían una razón, la autoprotección. Solo quería hablarle desde el otro lado del muro.

— Gyunie, yo lo siento mucho, por todo. No solo por lo de ayer, sino por todo lo que he hecho y te ha llegado a dañar. Sé que no soy el mejor ejemplo y que te he fallado más veces de la que te imaginas, pero eres mi hermano menor y no quiero perderte.

— Usted le hizo daño a Yeonjun hyung, no puedo soportar eso— dijo Beomgyu esquivando la mirada del mayor.

— Lo sé— reconoció— muchas veces en todos estos años. No fuimos lo más sano, pero te juro que nunca fue con una mala intención.

Por primera vez en lo que llevaban encerrados, Beomgyu miró el rostro de su hyung. Notó sus ojeras, la mirada perdida. También observó sus manos y como se movían nerviosas. Su corazón se sobrecogió porque llevaba horas dictándole que lo odiara y este se negaba. Lo que sí llegó a odiar fue lo débil que eran sus fuerzas, las que usaba para impedir abalanzarse a los brazos de Soobin.

— ¿Has hablado con tu hermano de esto?— preguntó Soobin.

— No, siempre evade esos temas, tú lo sabes— murmuró.

— Entonces no creo que pueda decirte otra cosa que "lo siento"— aseguró.

— Él no me dirá nada, eso también lo sabes.

— Puedo convencerlo de que lo haga, pero por favor perdóname Gyu.

— Ya deja de repetir eso, hyung— y olvidó sus fuerzas para volver a los brazos de Soobin, ahí donde era cálido, seguro y había una fragancia conocida que lo hacía sentir en casa.

🧸

Bai

Ese Alguien | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora