Capítulo 15 🖇

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Yeonjun creía que el arrepentimiento solo debe sentirse si no querías hacer lo que sea que hayas hecho. Por ejemplo, si comiste una hamburguesa en medio de la dieta y realmente la querías, entonces no debes arrepentirte. Esta ideología lo siguió por muchos años y aún siendo un adulto lo aplicaba para casi todo.

No funcionaba con Soobin.

Días después de Navidad se martirizaba con los recuerdos de esa noche; con lo imprudente que fue al estar borracho y las palabras que no midió.

Él no quería que Soobin lo odiara, pero era lo único que, al parecer, sabía hacer.

Terminó de redactar algo para salir a hacer la última supervisión del año a la obra más importante, la clínica de su ex.

Siempre imaginó que harían ese tipo de cosas juntos, sin embargo los planes del destino no eran como los de él; así que, ni siquiera coincidían en el día o la hora en que iban a ver el proceso de construcción.

Al llegar saludó a los empleados y se colocó el casco y el chaleco que le proporcionaron por seguridad. Se acercó encargado y platicó algunas cosas sobre el avance y reajustes. Sonrió complacido porque los empleados de la constructora contratistas estaban haciendo un buen trabajo.

Todos concentrados en acabar todo lo posible porque a partir del día próximo tendrían unas pequeñas vacaciones de Año Nuevo.

De repente risas llegaron a sus oídos y, sabiendo que conocía muy bien una de ellas, se giró de inmediato buscándola. No vio a esa persona.

Continuó hablando con el encargado, ahora con su mente vagando. Era muy joven como para volverse loco y comenzar a oír voces. También pudieron ser algunos empleados.

Se golpeó mentalmente por eso.

Cuando terminó la ronda se fue de nuevo a su oficina tratando de olvidar aquellas risas.

Aquellas risas que provenían de dos personas en una ¿cita? Algo así. Porque era el día en que Soobin le enseñaría la construcción a Dongyul el cual se mostró muy entusiasta.

Gracias al tiempo que llevaban siendo compañeros de trabajo y amigos, comprendían el humor del otro así que sabían como hacerse reír.

Soobin comenzó a sentirse a gusto por contar con alguien como el doctor Lee, que comprendía cualquier cosa que saliera de sus labios y también el nivel de emoción en su cuerpo debido a su sueño cumplido.

Lo comprendía porque era lo mismo para él y Soobin no se sentía solo.

— Es una buena edificación, estoy seguro de que será un éxito,— aduló Dongyul.

— Gracias, estoy muy emocionado por verla terminada.

— ¿No ha sido mucho trabajo? En el hospital siempre tienes muchos pacientes y a la par debes estar pendiente de esto— dijo el oncólogo cuando ambos salían de aquel lugar.

— Digamos que he estado recibiendo mucha ayuda desde el principio.

— Debes estar muy agradecido de tu familia.

Ojalá, pensó Soobin. Ojalá fuera su familia y así no se sentiría tan mal. Sin embargo, no lo iba a corregir. Limitándose a asentir con una sonrisa se guardó la información sobre que la ayuda venía de un par de amigos y la mayor parte de el hombre que intentaba olvidar (algo difícil de hacer debido a las circunstancias).

Aunque no sabe qué hubiese sido mejor, puesto que, desde aquel día de Navidad no tomaba las llamadas de su madre y había hablado con su padre una sola vez para cerciorarse de que todo estuviera bien.

Ese Alguien | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora