《 Yeonjun sabía que su historia con Soobin había terminado. Su última misión era compensar a ese corazón roto con uno que fuera capaz de volver a amar.
"- Conoce a alguien que te ame mucho, ¿está bien? Alguien dispuesto a todo si es contigo, alguien...
Hay gente que cree en el destino. Felix no es una de ellas. Muchos decían que lo suyo con Changbin era obra del universo. No, no lo era, sólo quedó totalmente atraído por aquel chico mayor que parecía valerle un comino todo el mundo y que notablemente era alguien de gimnasios. Fueron decisiones mutuas las que hicieron que estuvieran juntos.
Ese era el pensamiento de Felix, solo que flaqueaba cuando veía a su mejor amigo sumido en sus pensamientos y con la mirada perdida mientras lavaban los trastes a consecuencias de perder en el piedra, papel o tijera. Comenzaba a creer que el destino sí existía para algunos y que, a veces, era cruel. Quería creer que era el destino para no sentirse como el malo al reconocer que dos de sus amigos más cercanos habían tomado tantas malas decisiones que se habían perdido el uno al otro y, en ocasiones, a ellos mismos.
— ¿Sabías que Yeonjun hyung ha vuelto a fumar?— Se sorprendió cuando escuchó a Soobin usar el honorífico ¿Hace cuánto no lo hacía?
— Noté el olor cuando entró a la casa, pensé que lo había dejado.— No quería abundar mucho porque no tenía sentido seguir hablando de él.
— Le recomendaré retomar la terapia— susurró mientras secaba los platos.
— Ya basta Soo, ¿podrías dejar pasar algo que suceda con él? Sabes que no es sano.— A Felix le desgarraba el corazón saber que estaba atrapado en medio.— Yo hablaré con él, le sugeriré lo de la terapia y tú te olvidarás de eso porque no es tu responsabilidad— sentenció.
Notó como Soobin lo miró algo molesto. Sabía que no tenía nada en contra suya así que no se lo tomó personal. Solo era Choi luchando con sus propios pensamientos.
— No puedo ver a uno de ustedes matándose sin hacer nada— dijo.— Lo haría si fuese cualquiera, lo sabes.
Felix lo observó olvidándose de seguir fregando los vasos. Necesitaba encontrar algo que decirle a Soobin, pero no sabía qué. Por alguna razón ambos lucían más infelices, como si estuvieran clavándose los pies en la tierra para no correr al otro.
— Soobin mírame,— demandó agotado— mírame, por favor.— Soobin obedeció y giró su rostro hacia su amigo.— Sabes que lo más que quiero en esta vida es que seas feliz, ¿lo sabes?— el aludido asintió y él continuó hablando: — Para ser feliz debes sanar, sea que quieras olvidarlo o si quieres volver, debes sanar. No puedes ayudar a Yeonjun hyung si tú no estás bien. Prométeme que te cuidarás y que saldrás adelante. Yo prometo ayudarte, pero debes poner de tu parte también. Y cuando te sientas bien podrás tomar la decisión ¿Puedes hacerlo?
Soobin lloró en silencio, abrazándose a su mejor amigo, sintiendo la protección de sus brazos y sus palabras.
Duraron así un rato hasta que Wooyoung los interrumpió y los miró incrédulo.
— Ya comenzaron la fiesta sin mí— se quejó provocando la risa de los otros dos.
— ¡Ah! Siempre tan dramático, hablaremos de eso después— dijo Felix— ahora ayuda a terminar aquí para que estemos a tiempo para el conteo regresivo.
— ¿Qué harían ustedes sin mamá? — bromeó el recién llegado antes de acercarse y comenzar a ordenar junto a sus amigos.
Luego de terminar en la cocina, todos se reunieron en el salón donde los demás jugaban Uno gritando emocionados ante cualquier jugada. Los menores se unieron y continuaron la velada juntos.
El corazón de Soobin se sentía menos cargado que al llegar. Pudo darse paso a disfrutar con sus amigos, a reír y a gritar con ellos. Aún tenía mucho que arreglar, pero el hecho de haber aceptado que necesitaba mejorar lo había hecho sentir como si quitaran un equipaje de su cabeza.
Yeonjun se quedó perdido en esa sonrisa, en esos movimientos llenos de gracia, en su voz emocionada, en sus ojos brillantes. Volvió a culparse por sentir calidez en su corazón por ver a Soobin tan alegre y relajado aunque, también satisfecho porque fuera feliz. Se lo debía, si alguien debía estar mal era él y no Soobin, porque a su pequeño amor le había roto el corazón y luego lo había encarcelado en un red donde le impedía ser libre sujeto a sus deseos. Se lo debía porque cada que caía, Soobin lo había levantado; cada que se frustraba sentía caricias; cada que necesitaba calidez, Soobin lo recibía entre sus brazos. Ahora era quien merecía ser feliz aunque significara que él no lo fuese.
— Se te van a salir los ojos, Choi— le sorprendió Wooyoung colocándose delante de él.
Bufó molesto ante la interrupción de su vista y pensamientos y vio como su amigo tomaba asiento a su lado.
— Pondré un aviso de "no fumar" en mi casa— dijo el menor.
— Lo siento, estaba ansioso— se disculpó Yeonjun al sentirse doblemente reprendido.
— Es broma, aunque sabes que no nos gusta que fumes porque queremos cuidar de ti.— Yeonjun miró a Wooyoung percibiendo el confort de su mirada.— Debes cuidarte tú también, sin beber, teniendo horarios conscientes de trabajo, durmiendo las horas suficientes, comiendo todas las comidas en el tiempo prudente y que sean saludables.
Yeonjun no dijo nada, solo echó su cabeza hacia atrás recostandola de la espalda del sofá. Se limitó a escuchar a Wooyoung porque sabía que lo decía por su bien, aunque en su cabeza hubieran voces vociferando que no merecía tratarse a sí mismo de esa manera. Sin embargo, luchó con ellas para prestar atención a su amigo.
— Quiero que este nuevo año puedas comenzar a perdonarte a ti mismo,— dijo casi en un susurro que solo Yeonjun escuchó.— Porque lo mereces, lo necesitas y nosotros lo deseamos. Deseamos verte feliz, hyung.
Las lágrimas que amenazaban con salir Yeonjun las retuvo con esfuerzo y se limitó a apretar levemente la mano que Wooyoung le había dado.
No estaba solo.
Aunque su mente fuera una batalla constante sobre la que, a veces, perdía el control, no estaba solo. Tenía a sus amigos, a su hermano, se tenía a sí mismo. Podía descansar confiando en que ellos lo protegerían y podía salir adelante.
Solo que eso significaba dejar totalmente atrás al nombre que tenía tatuado en la mente y en las memorias de su piel. Pero si eso era lo que necesitaba, podía hacer un esfuerzo.
Podía hacer un esfuerzo si las divinades le prometían que Soobin iba a ser totalmente feliz mientras él lo olvidaba para buscar su propia felicidad.
🧸
¡MOAAAAA!
ESTOY MUY TRISTE AÑKDWIDHISYD
En fin, también estoy muy enamorada de Lix y Woo <3 Pensándolo bien, creo que sus personalidades son parecidas a las de mis amigas xd
Vivan las amistades que no solo disfrutan contigo, sino que tambiénestánahí para pasar tus silencios y secar tus lágrimas.
¡Moatori se despide!
(Gracias por esto <3)
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