Ese Alguien | Yeonbin

Epílogo 🖇

Podía catalogarse como el día que estuvo esperando toda su vida, o al menos hasta que ocurriera otro evento con mayor impacto en Soobin. La inauguración de su propia clínica de atención psicológica no era más un simple esquema en la nevera de su apartamento ni las libretas de ahorro en el cajón superior de su mesa de noche. Ya era una realidad palpable, tanto que los nervios habían decidido participar en la ocasión.

- Soo, no tienes que aprenderte de memoria el discurso, ¿sabías? Se puede leer- se burló Wooyoung al verlo releer una y otra vez el papel en su mano.

Por petición de su amable jefe, tuvo que ir por Soobin a su apartamento. Cuando llegó el menor estaba listo desde lo que parecía una hora antes. Pero no lo juzgaba, en serio se trataba de un evento importante.

- Lo sé, solo no lo quiero arruinar- susurró pasando una mano por el cabello.

- No pasa nada si lo arruinas, sigue siendo tu clínica.

- Muy gracioso, ahora bajemos o me terminaré comiendo las uñas y eso es desagradable.

Bajaron del auto e inmediatamente Soobin se aferró al brazo de su amigo buscando protección. Lo haría bien, pero tenía tantas emociones abrumándolo que usaría a Wooyoung como escudo hasta que encontrara otro. Para eso estaban también los amigos.

Su segundo escudo humano se apareció frente a él cuando casi llegaban al lugar donde iniciaría todo. Yeonjun lucía un bonito traje café y se permitió distraerse observando lo apuesto que lucía el mayor. Su Junie, solo suyo. Le gustaba.

Yeonjun abrió sus brazos con una sonrisa y como se esperaba, Soobin no dudó en esconderse allí. Depositó un beso en su frente y acarició su espalda por unos segundos.

- Es hoy,- anunció feliz haciendo que el menor lo mirara dejando ver su labio abultado y ojos asustadizos.- Soobinie, mi vida, todo estará bien, lo harás excelente,- alentó.

- Si lo arruino me esconderé en tu apartamento por siempre- aseguró Soobin.

- No sé si es premio o castigo.- Recibió un pequeño golpe en su hombro y una mirada enfurecida.- Pero no lo arruinarás, tú has logrado esto y lo que viene no se compara con lo que ya hiciste.

Soobin no dijo nada, volvió a esconderse entre los brazos de Yeonjun dejándose aspirar su familiar aroma y recibir caricias tranquilizadoras. Era un escudo muy efectivo ante las emociones que intentaban atacarle y que no se sentía en capacidad de hacer frente.

- Soobinie, debes ir ya,- anunció el mayor provocando una leve rabieta que ocasionó que riera.- Debes ir, bebé. Lo harás bien, te amo.

Soobin alcanzó sus labios y depositó un suave y breve beso.- Te amo- otro beso- mucho- uno más- mi Junie.

Yeonjun volvió a acortar la distancia haciendo el beso un poco más largo. Logró ocultar su sonrojo ante ese tierno apodo al que debió haberse acostumbrado. Sin embargo, tuvieron que interrumpir el lindo momento por Wooyoung llevándose a Soobin a regañadientes.

Al final, pareció que todas las inseguridades se fueron por el caño. Un discurso impresionante fue pronunciado por el director de la nueva clínica de atención psicológica. No se olvidó de mencionar a las personas que lo habían ayudado a llegar hasta ahí, en especial a Choi Yeonjun, el director general de C.H. Corea y amor de su vida.

Cortó la simbólica cinta y guardó un pedazo en su bolsillo como recuerdo de aquel día. Saludó a las personas cercanas e invitó a todos a visitar por primera vez su clínica. Y en cuanto pudo buscó con la vista a Yeonjun encontrándolo guiando a un singular grupo de invitados.

Sus mejores amigos estaban allí, Beomgyu y su novio Taehyun, los amigos de Beomgyu que por alguna razón siempre participaban de esos eventos y Huening Kai, que había sido el periodista encargado de cubrir el evento. Le gustaba que estuvieran allí, porque entre tanto colega, ex compañeros de la universidad y personas importantes socialmente, también estaban aquellos en los que confiaban y también esos chicos que no hacían más que aportar vitalidad a cualquier lugar.