Capítulo 30 🖇

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Soobin estacionó su auto frente a la casa de los Seo. Se había preocupado desde la llamada de Yeonjun minutos atrás y no iba a sentirse mejor hasta que viera a Felix.

Le extrañó escuchar lo de la discusión porque el solo hecho de pensar que habían tenido problemas le resultaba difícil de procesar. Había visto a su amigo unos pocos días atrás y no dijo nada sobre tener una situación negativa en casa ni mostraba signos.

Pero claro, él sabía que eso era más común de lo que le gustaba admitir. Mucha gente sufría en silencio, aparentaban ser felices y fuertes aunque no fuese cierto. Y lamentablemente fingir una sonrisa no era tan complicado.

Tocó el timbre y esperó hasta que oyó la puerta abrirse y detrás de ella a su mejor amigo quien le sonrió en cuanto lo vio.

- ¿Soo? Que raro que estés aquí a esta hora, pasa- le pidió con voz amable, como siempre.

- Hola Lixie,- le saludó en un abrazo.

Notó que su pelo rubio tenía crecimiento notable y se preguntó si eso se debía a lo que sea que estuviese pasando. Ni siquiera se había dado cuenta de eso antes, ni de que estaba más delgado. Se golpeó mentalmente al ignorar señales tan claras.

- Bin no está, ¿cenaste algo?

Soobin negó y siguió observándolo moverse dentro de la casa como siempre. Claro que habían señales, pero era fácil pasarlas desapercibidas si él actuaba como si nada estuviera pasando.

Tomó asiento en el sofá y sintió una incomodidad en su espalda. Cuando echó la mano hacia atrás para quitar lo que le molestaba sacó de allí un peluche de conejo al que miró extrañado.

- ¿Los sobrinos de Changbin estuvieron aquí?- preguntó curioso aún observando aquel juguete que parecía nuevo.

- No, no vendrán hasta las vacaciones de verano- oyó que le respondía desde la cocina.

- Es que hay un peluche aquí- volvió a hablar.

Felix llegó con un vaso con jugo y se lo extendió al recién llegado.

- Ah, eso- murmuró tomando el objeto en sus manos.- Lo devolveré a la tienda mañana, fue una de esas compras impulsivas.

- Lix,- advirtió Soobin entendiendo entre líneas que eso tenía mucho que ver con su estado.- Una compra impulsiva es zapatos, un reloj o un exprimidor de ajo en forma de rana. Un peluche no es un compra impulsiva.

Felix giró su cabeza evitando hacer contacto visual con Soobin. Se paró y tomó una bolsa de la mesa de centro y entró en peluche en ella. Observó eso en sus manos unos segundos y largó un suspiro para luego voltear con una sonrisa hacia Choi.

- Aún no me dices por qué viniste a esta hora- dijo desviando el tema de conversación, cosa que notó el otro.- Sabes que no me importa que vengas cuando quieras pero es raro siendo tú, ¿Pasó algo en el trabajo, con tus padres o algún hombre en particular?

- ¿A ti te pasó algo?- contraatacó.

- No, fuiste tú el que viniste de imprevisto, pero si no quieres hablar está bien- se sentó junto a Soobin y echó un brazo al rededor de sus hombros.

Soobin bufó un poco exasperado por la situación.- Lix, sabes que puedes confiar en mí, somos mejores amigos así que puedes hacer eso de decirme lo que sea cuando sea y no me voy a hartar nunca.

- ¿Qué sabes?- fue lo que dijo Felix al escuchar a su amigo.

- No mucho, pero sí lo suficiente como para saber que te pasa algo y si no respondes te recordaré que sé hacer hipnosis.

Felix se carcajeó ante la amenaza sabiendo que Soobin nunca haría algo como eso. Pero se le encogió el corazón al darse cuenta de que su mejor amigo condujo en la noche solo porque a él le pasaba algo. Decía que no quería embarrar a nadie más con sus problemas, pero era imposible si su amigo tenía ojos sobre él.

- Fue un problema con Bin, pronto se resolverá- confesó.

- ¿Cuándo?

- Cuando encontremos un buen lugar para adoptar.

Soobin vio los ojos de Felix llenarse de lágrimas e instintivamente lo abrazó y acarició su cabeza.

- Bin cree que no me doy cuenta, sé que tampoco está bien con esto e intento ser positivo para darle esperanzas, pero luego no puedo más y también termino mal y él tiene que hacerse cargo de los dos.

Choi no dejó las caricias en el pelo cuando se alejaron, sabía que eso calmaba a su pecoso amigo.

- Hemos tenido problemas con la adopción- contó- no encontramos una agencia adecuada porque la mayoría me parecen mercados de bebés y es horrible el trato tan despersonalizado- continuó.- Nuestros trabajo nos consumen tiempo y los necesitamos si queremos darle una vida cómoda a nuestro nuevo o nueva bebé. Y hoy estaba en el centro comercial y desde afuera se veía este peluche en la juguetería y me pareció hermoso, así que sin pensarlo entré y lo compré para que sea el primer regalo, pero Bin lo odió.

- No lo odió, Lix- susurró Soobin entendiendo la situación- conozco a Changbin y sé que no lo odió, solo te ama mucho a ti y pensó que eso les haría daño.

- Pero quiero tenerlo, no me hará daño- musitó casi como una súplica.

- Podría hacerlo, sé que podría hacerlo- volvió a hablar Soobin.- Sin embargo, si conversas con él y le explicas tu punto y lo escuchas entonces puede que comience a ver ese juguete como tú lo haces.

Terminaron sacando unas latas de cerveza. Sentados en el sofá sacaron todo lo que tenían dentro, decidieron sincerarse con el otro sabiendo que no iban a ser juzgados. Fue un momento bueno para ambos, libre de las cargas emocionales que venían llevando hace tiempo.

Pasadas un par de horas dos personas entraron a la casa. Yeonjun y Changbin caminaban hasta el salón donde encontraron a Felix con la cabeza en el hombro de Soobin y ambos durmiendo. Changbin, a pesar de estar pasado de copas intentó levantar a su esposo para llevarlo a la cama.

- Primero date una ducha perro, así te espabilas.- El aludido obedeció y dejó al rubio en el sofá quien se removió apagándose de nuevo a Soobin.

Yeonjun sonrió viendo la linda escena y se percató de que Felix abrazaba ese peluche del que le había hablado su amigo.

Recogió las latas de cerveza y los empaques vacíos de snacks que habían sobre la mesa de centro y fue a tirarlos al basurero de la cocina. Después, llenó dos vasos con agua y buscó pastillas en el botiquín para dejárselas al alcance a los dos borrachos que quedarían en casa.

De vuelta al salón intentó despertar a Soobin, pero no logró hacerlo y no quería hacer ruido de más que despertase también a Felix, así que no tuvo más remedio que tomarlo en sus brazos. Changbin, que ya había bajado, le abrió la puerta para que pudiesen salir y también sostuvo la del auto hasta que Yeonjun acomodara a Soobin.

Se despidieron y Choi volvió a su auto, puso el cinturón a Soobin y también el de él para comenzar a conducir por las calles de Seúl. Inconscientemente tomó la mano extendida de un Soobin dormido y entrelazó sus dedos. Condujo con la mano izquierda mientras que la derecha dejaba pequeñas caricias en la ajena.

Era tan placentero que no lo soltó en mucho tiempo. Incluso cuando había estacionado su auto frente al edificio del menor no quiso soltarlo, porque se hallaba tan bien estar así y no sabía si tendría esa oportunidad en otro momento.

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Razaaaaaaaa!

El lenguaje del amor de este Yeyo es el contacto físico sí o sí y el de Soob actos de servicio. Quien diga que no nos halamos las greñas xd

En fin, espero que sigan disfrutando de esto <3

¡Moatori se despide! ♡

Ese Alguien | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora