— ¿Sabes algo, Junie?— preguntó un Soobin de veinte años a su novio que se encontraba en el baño, recibiendo un sonido que le indicaba que lo estaba oyendo— Quiero abrir mi propia clínica,— anunció.
Era la segunda persona a la que se lo decía. La primer había sido Felix porque era su mejor amigo y decidió que el segundo fuera Yeonjun.
El mayor al oír esto salió extrañado del baño— ¿Una clínica? Aún no te gradúas Soobinie.
— No es para ahora, tonto. La tendré en unos años, cuando ya haya adquirido experiencia en el campo.
Yeonjun se volvió a echar a la cama, boca abajo y con la mitad del cuerpo encima de Soobin quien había posado sus manos en la espalda desnuda del mayor.
— Entonces la tendrás, puedo darte una clínica,— sentenció.
— No te la estoy pidiendo, yo la construiré,— reprochó Soobin abultando sus labios y arrugando el entrecejo.— Trabajaré y construiré mi propia clínica.
— Lo que usted diga, joven Choi,— se burló Yeonjun.
Permanecieron en esa posición unos minutos más. De vez en cuando dejaban a sus manos acariciar las partes alcanzables del cuerpo contrario y en un momento Yeonjun subió un poco hasta llegar a los labios del menor y besarlos tiernamente.
Ese día Soobin contó muchas cosas relativas a su sueño de tener una clínica. Contó más de lo que recuerda y son cosas que Yeonjun no olvida; como la forma de su consultorio y el tipo de vibra que quería que tuviese, la decoración de los pasillos y la sala de espera, la localización de la recepción, entre otras cosas. No es que Yeonjun tuviera memoria fotográfica, solo que en cuanto pudo anotó en su libreta todo lo que su novio había dicho y se prometió trabajar duro y apoyar a Soobin para que eso se hiciera posible.
Para el Yeonjun de treinta y un años que veía esa vieja libreta en sus manos, era un recuerdo vívido. Podía no tener memoria fotográfica pero no olvidaba ninguna de las caricias de Soobin, mucho menos algo tan importante como sus sueños.
Era 24 de diciembre, Noche Buena, y debía ir a casa de sus padres. Se suponía que así debía ser, pero Beomgyu no iría y él no quería ser el blanco de ataques. Pensaba pasar más tarde, dejar los regalos y excusarse con alguna justificación creíble para volver a su apartamento.
Cumplió su plan casi a cabalidad; casi porque en vez de parar en su casa condujo hacia un bar donde habían muchas personas festejando. Él no iba a festejar, solo a sentarse en la barra y tomar un par de tragos. La idea del bar era no sentirse tan solo mientras lo hacía, pero no fue efectivo porque mientras más personas llegaban más solo y desplazado se sentía.
El bartender era un conocido suyo por la veces que frecuentaba ese lugar. Probablemente la única persona, a parte de él y Soobin, que conocía la historia real y completa de la repentina separación. Que de repentina no tenía nada, si le preguntaban a los involucrados. Fue más un proceso en silencio con un resultado súbito.
A sus veintiséis años, Yeonjun eran un joven prometedor. Ya se había hecho cargo de parte de la empresa de sus padres. Además, contaba con una buena preparación profesional y un carisma que atrapaba a todos. La comunidad empresarial coreana estaba dividida entre los que admitiraban al joven Choi y quienes se sentían amenazados, llenos de envidia, por la inminente popularidad del muchacho.
Tenía solo veinticinco años y el título de 'el Futuro Dueño de Corea'. La gente tenía fe en él, incluso más que él mismo y eso lo asustaba. Porque era un joven seguro de sí y de sus capacidades, sin embargo, era cauto y tomaba decisiones bajo mucha observación. Su alrededor esperaba más de él de lo que había decidido dar.
Lamentablemente, parecía no ser dueño de sí mismo desde que adquirió esa gran responsabilidad. Todos querían que asistiera a sus eventos, alguna reunión, alianza, que comprara acciones de su empresa... Todos querían algo de Choi Yeonjun y él no siempre podía negarse porque en sus hombros estaba el honor de su familia y eso era más pesado que cualquier otra cosa en su vida.
Sus amigos, su novio y su hermano comprendían que Yeonjun ya no era el mismo y debían respetar ese nuevo cambio. Que ya no tenía tanto tiempo, que debía priorizar cosas distintas, que ya no podía exponerse como antes. Yeonjun no iba a todas las reuniones y salía más temprano de los cumpleaños, solo se aseguraba de tener libre los domingos y debía repartirlo para pasar pequeños momentos con las personas más importantes para él.
A Yeonjun se le fueron de la mano muchas cosas, como su hermano en el apogeo de su adolescencia cometiendo locuras sin frenos, su novio agobiado por la universidad y otros problemas ocultando como se sentía para no cargar al mayor, sus amigos tomando decisiones importantes sin hablarlas con él porque simplemente no había tiempo.
Se perdió de tanto y todos lo perdieron a él, porque estaba tan ocupado que nunca dijo que se sentía cansado; estuvo tan solo, pero todos pensaban que quería su espacio; le dejó de importar su propio bienestar cuando los demás creyeron que estaba enfocándose todo en él.
Y fue fácil reconcectar con sus amigos cuando se dio cuenta. Con Beomgyu fue algo difícil, pero era su hermano y no iba a negar lo mucho que se necesitaban. Sin embargo, con Soobin fue imposible; su noviazgo parecía solo una pantalla porque incluso cuando se tomaban de la mano podían sentir la lejanía.
Yeonjun dio por sentado que se amaban, que sería para siempre, que sin importar las circunstancias Soobin estaría ahí. Pero dejó pasar cosas importantes, no le preguntó cómo se sentía ni se preocupó por sacar un tiempo solo para los dos.
El trato podía catalogarse como desinterés, incluso Soobin lo llegó a acusar de infiel, porque ¿Dónde pasaba tanto tiempo sin ni siquiera contestar sus llamadas? Yeonjun tampoco sabe el porqué no lo hizo. De seguro se dijo que le devolvería la llamada más tarde y primero se concentró en terminar su trabajo. La cosa es que luego olvidaba lo que había pensado y llegaba muy tarde de la noche a casa encontrándose a Soobin sentado en el sofá preocupado por él.
Su Soobin que pasaba largas jornadas en la biblioteca y en casa estudiando, pero que aún así buscaba la forma de intentar comunicarse con su novio. Su Soobin que debía madrugar al día siguiente para ir a la universidad, pero que se había quedado esperando a que él llegara del trabajo y asegurarse de que estaba bien. Su Soobin que con el pasar del tiempo dejó de ser suyo para convertirse en el otro chico que vivía en aquel apartamento compartido.
🧸
*se asoma despacio
¡Hola Moa!
Lo sé, han pasado 84 años xd
Me costó muchísimo escribir este capítulo y en sí todo el conflicto de esta historia, no porque no tenga ideas sino porque son muchas y me abruman :') Pero aquí estoy creyendo que ya encontré la punta del hilo para comenzar.
Espero que les haya gustado... amen mucho a mis personajes por fis, pero a Junie lo pueden regañar si desean, ok?
¡Moatori se despide! ♡
(esta foto grita "Choi Soobin de Ese Alguien" porque lit así me lo imagino)
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Ese Alguien | Yeonbin
Fanfiction《 Yeonjun sabía que su historia con Soobin había terminado. Su última misión era compensar a ese corazón roto con uno que fuera capaz de volver a amar. "- Conoce a alguien que te ame mucho, ¿está bien? Alguien dispuesto a todo si es contigo, alguien...