Capítulo 7 🖇

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A Soobin le gustaba el café. No se consideraba un adicto ya que podía vivir sin el líquido, pero amaba su olor y sabor. Su apartamento olía a café y le encantaba que así fuese. Preparó su taza del día y le añadió crema.

Sentándose en la silla frente a la encimera. Había decido no admitir citas ese lunes y se quedó en casa para estar más tranquilo. Se supone que así estaría y no con la cabeza llena de pensamientos revueltos que lo acosaban desde el día anterior.

Su teléfono sonó y se leyó "Choi Yeonjun" en el identificador. De alguna forma eso alivió un poco su caos mental.

— Hola,— saludó al descolgar.

— Buenos días, Soobin. Pensé en mostrarte la propiedad ahora, si puedes.

Entonces, se trataba solo de la clínica.

— Sí, puedo.

— Pasará el señor Jung por ti, dime en qué tiempo estarás listo.

Entonces, él no iría a buscarlo.

— En media hora, aunque puedes pasarme la dirección y llego en mi propio vehículo.

— Familiarízate primero con el camino sin necesidad de estar pendiente al volante, será mucho más cómodo la próxima vez.— La voz a través del teléfono era tranquila, profesional y estable.— El señor Jung llegará en media hora, nos vemos.

Colgó, ¿eso era todo?

Cada día odiaba más aquel dicho de "médico, cúrate a ti mismo". Él era un profesional de la psicología, su trabajo era tratar la conducta humana, entonces, ¿por qué era incapaz de salir de una situación tan patética como la suya? Yeonjun lo había hecho, incluso él había decidido dejarlo atrás. ¿Por qué se sentía tan triste y decepcionado? Se sentía abandonado.

Llevó la taza de café hasta el lavaplatos y fue ducharse. En el momento de decidir qué ropa llevar se descantó por algo casual, pero profesional como una camisa blanca con un jersey encima y pantalones de tela. Iba a conocer el lugar donde pronto estaría su preciada clínica, quería estar presentable. Nadie podía juzgarlo por haber recurrido al corrector para ocultar sus ojeras. Él quería lucir como el psicólogo que próximamente sería dueño de su propia clínica.

O como lo que alguien se pidiese estar perdiendo por haber elegido apartarse.

Justo media hora después el vehículo que conducía el señor Jung estuvo frente a su edificio esperándolo. Bajó rápidamente usando el ascensor y respiró profundo antes de entrar en el auto. Saludó al chófer de la familia Choi con el cual ya se sentía cómodo puesto que se conocían desde hacía muchos años y luego de saber como estaba el otro y conversaciones básicas de entrada se sumieron en un agradable silencio en el que Soobin pudo ver el camino hacia el primer paso de sus sueños.

Al llegar visualizó a Yeonjun apoyado en su vehículo poniendo toda su atención en el celular. Le estaba sonriendo al teléfono. Por alguna razón se sintió desagradable esa sensación en el estómago. Entonces, ¿había decidido alejarse de él porque encontró a alguien más? Debería alegrase por él... Debería.

Se acercó al mayor tímidamente intentando no interrumpirle, pero una vez estuvo al frente este le sonrió y sintió como su mundo se volvía a componer. ¿Qué tanto podía hacer una sonrisa? Aunque no era una cualquiera, era la sonrisa que se había acostumbrado a ver, esa que solo le dedicaba a él.

— Buenos días,— saludó intentando disimular el remolino de emociones en su interior.

— Buenos días. Vamos para enseñarte la propiedad y luego los planos, ¿está bien?

¿Por qué el sonaba como si no le afectara su presencia? Sabía que así debía ser, pero, hasta cierto punto, dolía y tenía que admitirlo aunque eso lo hacía avergonzarse de sí mismo.

Conoció el lugar seguido de las indicaciones de Yeonjun. Era lo suficientemente grande como para que hubiera una edificación buena y estaba localizada en un punto accesible para la población de Seúl. Yeonjun había sido muy meticuloso a la hora de escoger esa locación para la clínica y eso hizo que Soobin sintiera calidez en su corazón de solo imaginar que hizo todo eso por él. Después el mayor fue por los planos y volvió a explicarle cómo se vería todo.

— Puedes pedir los cambios que desees, hicimos esta idea inicial, pero puede ser renovada las veces que sea necesario hasta que te sientas cómodo con la idea.

Yeonjun hablaba como un profesional, como el director general de una empresa, no como antes. No le había desordenado el cabello ni unido su manos "accidentalmente". Tampoco le había dicho "Soobinie" ni se había acercado peligrosamente a su cara.

— Está bien, quiero decir, me gusta esta idea. La verdad no tengo una manera en la que quiero que luzca, solo quiero que la clínica esté ahí. Incluso, creo que Changbin hizo un trabajo excelente como si se hubiese metido en mi cabeza y sabido lo que yo no sé expresar.

Soobin miraba el terreno con ojos esperanzadores. Sonreía a los planos y luego volvía la vista a la propiedad. Yeonjun no pasó eso por inadvertido porque era la reacción que imaginó cada vez que rechazó terrenos porque no se adaptaban a lo que él quería para el menor. También la imaginó cuando molestaba a Changbin para hacerlo cambiar cada cosa alegando que eso era algo que a Soobin le gustaría. Porque Soobin podía decir que no tenía idea de cómo quería que luciera, pero Yeonjun lo conocía lo suficiente como para saber qué cosas lo harían sentir que ese lugar era suyo.

— Entonces, mañana empezamos con la construcción. Como te dije antes, vendremos a supervisar cada cierto tiempo.— Yeonjun habló caminando hacia su vehículo.— Ahora tengo una reunión, pero podemos seguir hablando de esto luego. Llama a Wooyoung si tienes cualquier duda, él recibirá el mensaje y me lo hará llegar cuanto antes. Cuídate mucho.— Y se subió a su auto y se fue.

Y a Soobin se le rompió el corazón, otra vez, cinco años después. Porque él no quería que Yeonjun se fuera. Él quería decirle que estaba bien que irrumpiera en su casa para no cenar solo. Estaba bien que lo llamara cuando necesitaba calma. Estaba bien que lo besara y lo tocara porque él quería que lo hiciera.

Lloró en silencio en el asiento trasero de un taxi camino a su casa y lloró en su cama sabiendo que la persona que era experta en consolarlo estaba alejándose de él. Pero Yeonjun también se limpió las lágrimas para que no nublaran su vista mientras conducía. Respiró profundo yendo hacia una reunión que no tenía porque sólo evitaba rodear con sus brazos a Soobin y rogarle para que ignorara lo que había dicho antes.

Ninguno soportaba la idea, pero estaba bien porque así son los inicios de una ruptura definitiva, duelen al principio para luego estar bien.

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Ustedes sufren ahora y yo desde Lumbra cuando comencé a planear esta historia.

No me crucifiquen a ninguno de mis amores, ellos intentan hacerlo bien. Son personas adultas que necesitan sanar heridas :'(

¡Moatori se despide! ♡

Ese Alguien | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora