Sabía bien que Remus lo había intentado varias veces, pero aquella irrompible barrera que Sirius forjó en contra mía parecía imposible de traspasar.
Tal vez, también debía de poner algo más de esfuerzo por mi parte, no obstante, Sirius tampoco hacía demasiado. No nos llevábamos tan mal, discutíamos mucho, ese era problema principal.
De Sirius conocía lo que Remus me contó , que en los enamorados comentarios de mi amigo, Sirius era perfecto, algo imbécil, aunque en formas generales alguien perfecto. Esto contrastaba con mi perspectiva de: idiota, insufrible, clasista y engreído, sin embargo, no negaba que era divertido.
Lo bueno era, que los malos adjetivos eran mutuos.
—¡No entiendo por qué te gusta tanto Evans! —gruñó Sirius, saliendo del campo de quidditch, pensando que nadie más que James lo oía. Yo estaba ahí, porque el clima era refrescante y quería terminar un libro a la sombra de un árbol— Es criticona, cabezota, melodramática y una lumbreras. ¡Cuando estábamos en astronomía me dijo que era tan brillante como un agujero negro! ¿¡Te lo puedes creer?!
—La verdad es que no mentía.
—¡James! ¡Eres un estúpido!
Todo este asunto lo hacía por James; me dan risa las reacciones de Sirius, pero sabía que a James no le hacía tanta gracia ver a su mejor amigo y su novia discutiendo cada cinco minutos, al mismo tiempo, de forma indirecta, también lo hice por Remus. El si que es perfecto (¡Lo siento James!).
Durante las vacaciones de navidad, me dediqué un día completo a buscarle a mis amigos sus respectivos regalos. El problema llegó cuando solo me faltaba el regalo de Sirius, y yo no tenía suficiente dinero como para comprarle la camisa que coticé con antelación.
No quería pedirles dinero a mis padres, ni mucho menos a Petunia, ya que solo se burlaría de mí. Tenía un billete de diez libras en el bolsillo de mi chaqueta, y el regalo de Mary aún relucía en su bolsa: subestimé el precio del maquillaje.
Llegue a mi casa algo decepcionada. Mi lechuza me miraba preparada para salir con la primera tanda de regalos y yo no hice nada más que comenzar a preocuparme. Si le daba un regalo a James, sabiendo que Sirius vivía en la misma casa y no le daba nada a Él, me iba a terminar odiando.
Volví al centro, lo recorrí, pero nada me convencía y las tiendas de música estaban cerradas. Fue de regreso a casa, por un camino que no tomaba, que vi la solución a todos mis problemas.
Se trataba de una venta de garaje, y el objeto que se vendía a cinco libras por estar "malo" era una radiocasetera portátil. Lo compré, al igual que una pequeña selección de música y con eso regresé a mi casa. Solo bastó un movimiento de varita, para que la radio volviera a funcionar. La envolví en un brillante papel de regalo y deseé que al menos Sirius apreciara un poco mi obsequio.
Navidad llegó, el árbol estaba repleto de regalos, la gran mayoría para mí. Petunia me observó furiosa al ver como solo tenía unos cinco; de mis padres, el mío y el de su novio, Vernon.
Los abrí ilusionada; James, Peter, Mary, Marlene, Remus, e incluso la señora Weasley. Era la primera vez que recibía tantos y estuve un largo rato experimentando con aquellos artilugios mágicos tan extraños que me regalaron.
Tocaron el timbre y fui a abrir creyendo que era el coro de la iglesia local. En su lugar, estaba un joven de correos, con un uniforme extraño que intuí debía ser mago, y me sonreía con serenidad.
—¿Aquí vive, Lily Evans? —asentí, observando el camión estacionado en la vereda. Me entregó un papel y continuó—; un encargo de Sirius Black, firmé aquí por favor. Ya está pagado.
Lo hice y le devolví la grapadora, esperando a que me entregara el paquete.
—¡Chicos, es aquí! —exclamó hacia el camión, donde un grupo de diez muchachos uniformados, salieron con cinco regalos cada uno—, señorita ¿se lo dejamos en la entrada?
Asentí incrédula. Petunia hecha una furia fue a encerrarse en su cuarto, mientras yo contaba los paquetes; Un total de treinta y siete. El joven terminó dándome una carta antes de despedirse.
"Lily:
¡Muchas gracias por la radio! Tenía pensado mandarte quince regalos, pero aproveché y los dupliqué, porque me di cuenta de que tú merecías los mejores regalos. Sirius.
PDTA: James hizo que pusieran en casa una red muggle, pero nadie sabe cómo usar el teléfono. Pide que por favor lo llames al +0712345677XX" 1
『 °*• ღ •*°』
43/46
1) Los números telefónicos ingleses son de 10 números.
![](https://img.wattpad.com/cover/190229596-288-k387030.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Nuestro Precioso Hogar (Merodeadores)
Fanfiction𝐖𝐨𝐥𝐟𝐬𝐭𝐚𝐫/𝐉𝐢𝐥𝐲 «-𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎 𝑎 𝑙𝑎 𝑎𝑙𝑡𝑢𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑚𝑖́ 𝐿𝑢𝑛𝑎́𝑡𝑖𝑐𝑜 ¡𝐓𝐞 𝐚𝐮𝐮-𝐦𝐨!» Su historia ya concluyó, sin embargo, aquello no significa que no haya que contarla. Relatos individuales de los mer...