La venganza de los Riddle

38- Impostor

POV MATHEO

Abrí los ojos y me sentí  un poco aturdido por el golpe que recibí. Mi cabeza había chocado contra la pared, cuando la puerta explotó y aunque me sintiera mal, necesitaba asegurarme de que ella estuviera bien, antes de hacer cualquier cosa, por lo que con mucho trabajo, logré levantarme del suelo. 

— ¿Qué haces? —se quejó Hermione, a mi lado.

— Tengo que ir a... —me callé, cuando escuche unos pasos acercándose a nosotros.

Hermione iba a hablar, pero no le di tiempo y volví a agacharme, para tapar su boca con mi mano.

— Todos están inconscientes —escuche la voz de un hombre, pero por el humo que había, no pude verlo.

— Busquenla y asegúrense de que esté viva o nuestra vida estará en peligro.

Las dos voces se me hicieron un tanto familiares, pero por más que lo pensé, no pude recordar de quienes eran las voces.

Me separe de Hermione. 

— Iré por ayuda —le informé, cuando estaba seguro de que estábamos de nuevo solos. 

Me miró afligida.

— No vayas —me  suplicó en un susurro.

— Tengo que ir —murmure y di media vuelta, para empezar a alejarme.

— ¡Matheo! —escuche el grito de Hermione, pero no pude hacer nada, porque todo se volvió completamente negro.

[...]

La cabeza me dolía y estaba muy desconcertado, porque no tenía idea de lo que había pasado, lo último que lograba recordar, era que tenía intenciones de ir a buscarla y asegurarme de que estuviera bien, pero por lo visto, no llegue lejos. En este momento me encontraba en la enfermería y alrededor de la camilla, estaban mis amigos, los cuales hablaban entre sí y ninguno parecía haber notado que había despertado, así que intenté hablarles, pero fue inútil. Ni siquiera yo mismo podía escucharme.

Mire mis manos y se veían borrosas. El estómago se me revolvió y cuando creí que iba a volverme loco, sentí como unas  manos me sacudieron levemente.

— ¿Estás bien? —logre escuchar la voz de Regulus y lo volví a intentar. 

— ¿Dónde está ella? —cuestione, cuando por fin logré hablar.

— Tenías que ser un héroe —ahora escuche el reproche de Tom.

— ¿Dónde está ella? —insistí, ya que nadie me respondía.

— Ya le llamamos —me aseguró Regulus y sentí un gran alivio en mi interior, por lo que sonreí con ilusión.

Ella estaba bien.

— ¿Matheo? —la sonrisa se me borró al escuchar la voz de Hermione— ¿Estás bien? —todos le dieron el paso, para que llegara hasta la camilla y me inspeccionó rápidamente— ¡Oh! —exclamó con alivio— Estás bien.

— No es ella por quien estaba preguntando —balbuceó Theo y Regulus a su lado se veía tenso. 

Hermione se colocó a lado mío y yo mire a los chicos, en señal de ayuda, la cual captaron rápidamente y antes de que Hermione pudiera decir o hacer otra cosa, la interceptaron.

— Hay que dejarlo descansar —se apresuró a decir Theo.

— Sí, sufrió un fuerte golpe en la cabeza, debe dormir.

— En realidad no es recomendable...

— Acompáñame por algo de comer —la interrumpió Theo, tomándola del brazo y sacándola de la enfermería.