Love me [jorey]

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Cinco de la tarde, se despertaron al mismo tiempo, pues, Chris estaba tocando su puerta de manera brusca. 

–¡Abran, necesito saber si están vivos!–

–Que molesto es– Gruñó Joey acercándose más al cuerpo de su acompañante.

–Sí, tengo que ir abrirle, pero no quiero dejar de abrazarte– Apretó más el cuerpo de Joey, recibiendo una risa linda y suave.

–No vayas, quédate–

–Debo ir, sino es capaz de tirar la puerta– Besó los labios de su chico para después separarse y abrir la puerta. 

–Por fin ¿Qué mierda hacían que no abrían?– Interrogó mirando al cantante.

–Dormíamos, nada más ¿Qué quieres, Chris?– Preguntó cansado, quería volver a la cama con su amante, quería seguir durmiendo con él.

–Solo quería saber si van a salir con nosotros, vamos a ir a un bar. Joey, van haber chicas para todos, oh y Corey va haber cervezas gratis para ti– Le palmeo el hombro al rubio.

A Corey le dolió escuchar eso y a Joey le dolió que Corey escuchara eso.

–Gracias, Chris, pero sabes que estas últimas semanas he estado totalmente sobrio, y no quiero romperme– Sonrió forzosamente. 

–Te entiendo amigo mio, sigue así. Joey ¿Tu nos acompañas?– Gritó desde la puerta para que el baterista lo escuchara. 

–No, me quedo con Corey, no pienso moverme de esta habitación–  Debía aprovechar que esta noche solo eran ellos dos.

–Ok, cuídense– Se marchó dejando a la pareja sola.

Corey cerró la puerta y se dirigió donde estaba su chico, estaba boca abajo, sin camiseta, dejándo ver su recta espalda. No dudo en acostarse con él y pasar su mano por esa suave espalda. 

–¿Puedo ser tu novio, Joey?– Se arriesgó, ya no le importaba nada.

Joey, se dio la vuelta para mirarlo a los ojos.

–Creo que esa respuesta es muy obvia– Se acercó para besarlo. Besarlo lento y lindo, tratando de transmitir todo lo que sentía. 

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Las manos de Corey subían y bajaban sobre su cintura mientras dejaba tiernos y cortos besos en el rostro de su amante. Joey se dedicaba a reír cuando el cantante lo besaba en sus puntos débiles logrando cosquillas en su cuerpo. Estaba feliz.

–¿Quieres que llame al personal para que merendemos? Son las 17:35– Preguntó el mayor dejando besos en su frente

–Si llama, yo quiero un té, nada mas– Acarició su pecho con sus manos, realmente no podía creer todo lo que había sucedido.