Capítulo 2

2.8K 182 35
                                    

Pov Samantha.

-No lo puedo creer. -dije luego de colgar esa llamada.

-¿Qué pasa? ¿Quién era? -dice Rocio. Ella es mi mejor amiga, la persona en la que más confío seguramente, luego de mis hermanos. Ella es quien más me soportaba y quién más quiere ayudarme, siempre está al pendiente de mi y yo siempre cuido de ella, más que una amiga es como otra hermana para mí.

-Era ella. -estaba en shock.

-Ella, ¿quién? -cuestiona desesperada al verme conmocionada. Reacciona, idiota.

-Abril. Abril Garza, de las empresas Garza. Dice que tiene buenas noticias para mí, seguramente si van a financiar la carrera, Rocio. -expliqué, intentando contener mi emoción- ¿Entiendes eso? Podré ganar mucho dinero -dije emocionada. Ella me abrazó.

-¿Cómo lo lograste? Vas a ganar, chaneque. Ya verás.

Estaba por responderle, cuando mi teléfono sonó, avisando la llegada de un mensaje.

De: Número desconocido.

Texto: Necesito que me lleves a mi oficina vídeos de tus carreras, medallas, trofeos, títulos. Lo que tengas.

-Abril Garza.

-¿Medallas, trofeos y títulos? Qué carajos. -miré a Rocio- Ella quiere qué le lleve cosas que me he ganado, pero en las carreras callejeras sólo he ganado dinero. ¿Qué hago? -pasé mis manos por mi cara, empezando a entrar en pánico- Ella hasta cree que tengo un agente qué se encarga de mí y de mis cosas.

-Mierda. Déjame pensar, déjame pensar... -se puso las manos en la cabeza. Yo me reí- Oh, ya sé. Llama a Nuvia y dile que te preste sus medallas, a Vicky cómo agente y si tiene algo que no tenga su nombre que te lo preste también.

Luego de plantar un beso en la mejilla de mi mejor amiga por ser tan rápida solucionando mis cosas, le marqué a Nuvia. Hablamos y me dijo que estaría en mi casa en menos de dos horas con todas las cosas, lo cual agradecí inmensamente. Guardé el número de Abril y le respondí.

Para: Abril Garza.

Texto: ¿Algo más, señorita Garza? Se los llevaré, no se preocupe.

Luego de recopilar videos que yo tenía y que había en YouTube, recogí las cosas que me había traído Nuvia. Cuidando que nada tuviera su nombre. Rocio se había ido y ya era algo tarde, estaba por irme a la cama cuando mi teléfono volvió a sonar.

De: Abril Garza.

Texto: A las nueve en punto, señorita Rivera. Y no, nada más.

-Abril Garza.

Sonreí y decidí bromear un poco con ella.

Para: Abril Garza.

Texto. ¿Qué tan importante tienes qué ser para programar que salga tu nombre al final de cada mensaje?

-Samantha Rivera.

Me puse mi pijama y me acosté, esperando que ella respondiera. No sé, pero desde que la vi, no he podido sacar sus ojos de mi mente. Tienen un perfecto color chocolate, son hermosos. Y sus piernas. Oh, y qué culo tiene.

-Ya para, Rivera. Ella está fuera de tu alcance. -me repetía una y otra vez. Me quedé dormida esperando una respuesta que claramente nunca llegó.

A la mañana siguiente hice mi acostumbrada rutina, me duché, no alcance a desayunar por organizar las cosas que Nuvia me trajo y así tener tiempo de llevar a mis hermanos a sus respectivas escuelas. Estaba realmente nerviosa, pero intentaba verme segura para mi encuentro con mi futura jefa, espero. Intenté hacer memoria, rogando porque no se me haya olvidado nada, llevaba las cosas que me pidió Abril en un maletín, y al quince para las nueve ya estaba afuera del gran edificio de los Garza. Tomé una gran bocanada de aire y me bajé del auto.

Kilometraje | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora