Capítulo 62

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Pov Samantha.

Miré a Molly y ella me miraba fijamente también hasta que agachó la mirada y cambió su rumbo, yendo a su auto. Yo quería moverme. Quería hacer o decirle algo pero simplemente miré como se iba... Maldición.

-¡¿Qué carajos te sucede, Félix?! -él se sobresaltó un poco por mi grito pero a este punto, me daba igual- ¿Qué no te expliqué? Voy a casarme. Amo a Abril. ¡Tengo una familia ahora!

- Relájate, Samantha. Fue sólo un beso.

-Un puto beso que la mejor amiga de Abril vio. ¡Como se joda mi relación, yo te... - bufé y caminé hacia atrás y hacia adelante mientras acomodaba mi cabello.

-Lo siento, yo pens...

Comencé a caminar dentro del local y él me detuvo pero me separé bruscamente.

-¡Suéltame! No te quiero ver ahora mismo, Félix. Adiós.

Compré lo que quería y salí del local. Me dirigí rápidamente a la casa y, apenas entre, quise ver algún cambió en Abril pero me recibió como siempre.

-Al fin llegas amor, muero de hambre.

Se acercó y besó mis labios mientras me quitaba las bolsas de la mano. Los llevó a la cocina y yo la seguí de cerca. Quizás Molly no le diga nada. Quizá Molly sepa que todo fue un accidente y no quiera arruinar todo por esta tontería. Si tengo suerte, ella no dirá nada.

Me acerqué a Abril e hice que dejara a un lado las bolsas, chocando mis labios contra los de ella. Rápidamente el beso tomó forma y jale su labio inferior, ella separó un poco sus labios y aproveché para profundizar aquello. Mi lengua chocó contra la suya y todo mi cuerpo reaccionó. Ella enrollo sus manos en mi playera, sujetando fuerte. Gimió en mi boca y yo sonreí. Sabía lo sensible que Abril estaba últimamente. Cuando el aire nos faltó, dejé un corto y rápido beso en sus labios y me separé.

-Dios. -susurro.

-Mi amor no soy Dios, soy Samantha.

Le sonreí y caminé hasta donde estaba mi pequeña, viendo la tv. Me senté al lado de ella y, al notarme, se subió a mis piernas y se apoyó en mi pecho.

Mientras yo estuviese cerca de ella, Leah ansiaba cualquier oportunidad para estar encima de mi, y eso me encantaba.

Acaricié su liso y suave cabello rubio mientras ella estaba muy concentrada viendo como Dora intentaba encontrar una puta montaña que estaba justo en sus putos ojos. Que estúpida esta esa niña.

-Vengan a comer.

Cargué a Leah mientras caminábamos a la mesa, Abril había servido lo de cada quien en un plato. Senté a la bebé en su sillita para comer y le puse el plato muy cerca.

-Buen provecho, mi amor. -me incliné y besé corto sus labios.

-Igual para ti.

-Buen provecho hija. -ella solo me sonrió y siguió intentando comer.

Voltee mi vista hacia Abril y no podía dejar de pensar en lo que sucedió en el supermercado, ¿Debía contarle ese estúpido beso? Quizás lo tome a la ligera pero quizás no. ¿Y si Molly no le cuenta y termino yo echándolo a perder? Es una tontería. Sacudí mis pensamientos y me enfoque en Abril tratando de limpiar las mejillas de Leah llenas de salsa. Sonreí. Esto era todo lo que yo quería.

-¿Ya se durmió?

-Así es. -caminé hasta el armario y busque una camisa ancha. Me quité el pantalón y los tenis, quedando en bragas.

Me quité mi playera y ahora solo estaba en ropa interior. Al voltear, noté a Abril mordiendo su labio desde la cama.

Estaba medio sentada y traía unos diminutos shorts con una camisa de tirantes. Sonreí con picardía y me coloqué la camisa que dejaba ver mis costados. Quité mi brassier y lo lancé por algún lugar.

Kilometraje | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora