Pov Samantha.
Mierda, que bien besa... Es tan bonita que juro que... Espera, ¿Por qué había dejado que Abril hiciera eso? Maldición debería tener un poco más de control sobre mi. Ella había dejado las cosas demasiado claras. ¿Quién se creía para un día hacerme sentir tan pequeña e idiota y al siguiente venir y besarme? Que se joda.
-Vamonos, Félix. -dije al llegar a su lado.
-Pero, Molly nos invitó a comer.
-¿Qué?
-Sí, ¿quieren? El papá de Ari es dueño de el restaurante que está por acá cerca, planeamos comer ahí.
Miré a Abril quien miraba a Félix como si fuera su más grande enemigo. Si algo me había quedado claro era que Abril estaba un poco celosa, así que se me ocurrió que podría fastidiarla un poco. Me acerqué más a Félix y paso sus brazos en mi cintura, yo solo le sonreí.
-Pero, ¿olvidaste lo que íbamos a hacer luego de acá? Yo ya tenía algo preparado para ti. -esto es mentira, pero espero que él me siga la corriente.
-Oh, si, claro. Casi lo olvido. -sonreí y él me dió un beso en la mejilla- Vamos entonces.
-Lo siento, será en otra ocasión Molly, ¿está bien?
-Claro, no te preocupes. -respondió amablemente.
Félix recogió nuestras cosas mientras me despedía de ellas, cuando ya iba a comenzar a caminar hacía donde él se encontraba sentí un brazo apretar el mío y volteé mi vista para encontrarme con unos ojos chocolates.
-Te quiero en mi oficina a primera hora. -su tono de voz era bastante severo.
-Así será. -nos miramos fijamente durante lo que pareció una eternidad, ninguna de las dos quería ceder y bajar la mirada.
-¿Nos vamos? -la voz de Félix hizo que Abril volteará y lo mirará, luego de nuevo a mi.
-Hasta mañana, señorita Rivera. -se volteó y se fue junto con sus amigas.
El resto de la tarde fue tranquilo, tuve que ir a casa de Félix y prepararle algo de comer pues habíamos rechazado esa invitación y seguramente tendría hambre. Estar con el no era tan malo, me hacía reír y el reía también.
Cuando llegué a mi casa me desplomé en la cama pensando en las cosas que habían sucedido hoy... ¿Que le pasa a Abril? Esa era la única duda que rondaba mi mente. Ella no iba a jugar conmigo, de eso estaba segura.
A la mañana siguiente me desperté más temprano de lo habitual, me duché y me vestí en tiempo récord, no podría llevar a mis hermanos a estudiar pues debía reunirme con Abril... Tomé unos cuantos dolares que me quedaban en mi cartera y se los dí. Tampoco desayuné. Tomé las llaves del auto y salí de mi casa dejando un beso en la mejilla de mi mamá.
Al estacionarme frente a el gran edificio todavía faltaban cinco minutos para las siete de la mañana, me bajé y caminé hasta recepción, informé que tenía una reunión con la señorita Garza y me dijeron que subiera pero que ella aún no había llegado. Solté un bufido y subí hasta encontrarme con su secretaria, tan bien vestida como siempre. Me ofreció un café mientras esperaba el cual acepté. Estaba sentada viendo instagram pero unos tacones y un perfume exquisito me hicieron levantar la vista. Ella estaba tan impecable como siempre, hermosa como nunca... Traía unos lentes oscuros que la hacían ver incluso más linda.
-Buenos días... -me sonrió.
-Buenos días.
-Buenos días, señorita Abril. -saludo Laura.
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Kilometraje | Rivari
FanfictionAbril Garza ha entrado muy rápido en los negocios de su padre. A sus 22 años maneja algunas de las Empresas Garza, y se ha encargado de ganarse el respeto de todos los que trabajan para ella. Se había convertido en una persona dura en los negocios...