Pov Abril.
-¿Cuándo puedo llevármelo? -preguntó Samantha sonriente. Estaba segura que estaba apunto de saltar de la emoción.
-Ahora mismo, si lo prefiere. La señorita Garza ya nos dió el cheque. -yo asentí y ella me miró.
-¿Crees que pueda llevármelo?
-¿Qué harás con tu auto? Está allá afuera.
-Llamaré a Vicky -dijo, sacando su teléfono- Ella vendrá a buscarlo y yo me llevaré este.
-Perfecto, pero... Samantha, hay una cosa que quiero dejar en claro. -ella me miró expectante- Sé que te gusta el auto y que estás muy emocionada, pero no puedes correr con él antes de la carrera y tampoco pasear donde todo el mundo pueda verte. Verás, eres la corredora de las empresas Garza, por lo tanto los rivales tienen el ojo puesto en ti. Tienes el mejor auto y no queremos que apenas te vean conduciéndolo busquen mejorar los suyos, ¿cierto?
-Tiene razón. ¿Quiere que deje el auto en su casa entonces? -ella aparecía molesta, pero yo no me iba a doblegar ante ella después de haberme tratado así anoche.
-Sí. -contesté simplemente.
Ella puso los ojos en blanco y caminó unos pasos alejada de mi, escribiendo rápido en su celular. Parecía una niña pequeña, dios mío.
-Si lo prefiere, para mantener confidencial su auto podemos llevarlo hasta su casa en uno de nuestros transportes.
-Hágalo. Yo me iré en mi auto de todos modos. -alzó su mirada- ¿Ya me puedo ir? -preguntó con una cara seria, con su ceño fruncido.
Ella estaba actuando como una niña a la que le acaban de quitar su juguete nuevo.
-Aún no. -sólo para molestarla un poco.
-Su dirección está apuntada en los papeles, apenas usted salga el chofer irá detrás de usted de todos modos.
El señor alto se fue y habló con otro señor de traje para notificarle que montarían el auto en el camión y me lo trasladarían a mi casa.
Una vez completado el embarque del auto, me fui con Samantha al estacionamiento.
-Otra cosa, Samantha. Nada de carreras hasta el día de la competencia. -sentencié, sin quitar mi mirada de la suya. No iba a dejar intimidarme de ese café intenso.
Ella abrió los ojos. Si antes su mirada era intensa, ahora soltaba fuego.
-¿Por qué? No puede prohibirme eso.
-Puedo. -sonreí- Eres mía ahora, ¿recuerdas? No quiero que te vean correr hasta ese día.
-¿Tuya? -cuestionó, en un tono bajo.
-Es decir... -me aclaré mi garganta, algo incómoda- mi corredora, ahora eres mi corredora. Y estás bajo mi mando. No quiero que corras, punto.
Ella me miraba como si quisiera asesinarme, pero yo jamás desvíe la mirada de sus penetrantes y perfectos ojos café. No dijo nada más, se montó en su auto y se fue de ahí a toda velocidad.
Yo sabia que debía tratar a Samantha como ella quería, debíamos mantener una relación jefa-empleada. Y es justo lo que hare.
Pov Samantha.
Solte un gruñido de frustración y me tiré en mi cama. Abril se comporto todo el día de hoy como una jefa insoportable. No me permitio correr y yo debía conseguir el dinero del detestable Nelala.
Me quedaban dos días y yo no podía correr, grandioso.
-¡Mamaaá, ya vuelvo! -grité saliendo de mi casa a toda velocidad.
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Kilometraje | Rivari
FanfictionAbril Garza ha entrado muy rápido en los negocios de su padre. A sus 22 años maneja algunas de las Empresas Garza, y se ha encargado de ganarse el respeto de todos los que trabajan para ella. Se había convertido en una persona dura en los negocios...