Capítulo 44

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Pov Samantha.

Dos días habían pasado desde que Abril me dijo que se había ido a Los Ángeles, no había vuelto a llamarme ni a enviarme un mensaje ¿tan rápido se canso de insistir? O, ¿que estará haciendo? ¿Debería llamarla? No. Ella debe llamarme a mi. Aunque ya me llamó. Pero no. Que siga llamando. Si, eso.

-¡SAMANTHA!

Agité mi cabeza y la miré.

-¿Qué pasa?

-Te pregunté que pensabas sobre lo que te dije.

-¿Qué me dijiste?

-¿No estabas escuchandome? -dijo molesta

-Lo siento, estaba... Abril no ha vuelto a llamarme.

-Quizás sea porque no le has devuelto ninguna de sus llamadas idiota.

-Pero ella deber...

-¡Ella debería nada, Samantha! Te ha llamado y tu no le has contestado, ¿qué quieres, que se arrastre por ti? Llamala.

-No pero..

-¡Llamala!

-¡Bien! -dije desesperada- La llamaré.

Marqué su número y esperé.

-¿Diga?

Su voz. Su maldita voz me paralizó.

-¿Bueno?

-Habla, imbecil.

-Abril.

-¿Samantha? Lo.. lo siento... estaba dormida y no vi el... Hola.. tu...

-¿Estabas dormida? Pero si... Oh, el cambio de horario, lo olvidaba.. lo siento, lo siento... si quieres hablamos lu...

-¡NO! No te preocupes... ¿Como estás?

-Bien... yo... ¿Tu como estás?

-Excelente... Mañana regresaré... Quisiera verte. -susurró.

-Escucha, yo...

-Es importante, tengo... Quiero... por favor.

-¿En tu casa?

-Sí, te espero en nuestra casa.

-Nos vemos entonces...

-Vale, hasta mañana, Te a... -suspiró- Descansa.

-Tu igual.

────────  ⋅ 🏎️ ⋅  ────────

Al día siguiente luego de trabajar en unas fotos, me subí al auto y conduje directamente al edificio en donde vivía Abril, sabía qua ya estaba en la ciudad pues me había enviado un mensaje diciendo que me esperaba. Al estar en la puerta tomé una gran bocanada de aire y toqué el timbre.

-¡Un segundo!

Mi corazón se aceleró solo por escuchar su voz, me puse nerviosa y me maldije por no tener control sobre mi cuando la tenía cerca. La puerta se abrió y todo el aire se quedó atascado en mo garganta.

-Samantha... Llegaste temprano. -susurró.

Miré mi reloj y si, era temprano.

-Lo siento. Salí de la sesión y vine directamente pero si es un mal momento puedo regresar lu...

-No, no. Por favor, pasa.

Miré con detenimiento su ropa y traía un delantal y en su cara había harina, incluso en su pelo. Frunci el ceño y ella miró su atuendo también.

Kilometraje | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora