Capítulo 52

2K 152 141
                                    

Pov Abril.

Elevé mi mirada y me conseguí con aquel café precioso que desee tanto ver. Sus ojos estaban un poco oscuros pero se veían preciosos de igual manera. Yo no podía creerlo, ella me miraba y yo la miraba a ella, ninguna decía nada. Limpié mis ojos y acerqué mi mano a su mejilla, ella cerró los ojos ante mi tacto. Al volver a abrir sus ojos un sollozo se escapó de mis labios y las lágrimas volvieron a bajar sin control.

-Hey.. No llores... -tosió.

Me incorporé y le di un poco de agua, ella lo bebió y volvió a recostarse, mirando a su alrededor.

-¿Dónde estoy?

-En la clínica.

-¿Por qué?

-¿No lo recuerdas?

Ella negó con la cabeza.

-Tuviste un accidente en la carrera, me asustaste mucho. Llamaré al doctor, espera...

Me levanté y la miré, sonreí. Sonreí como hacía tres semanas no lo hacía, a mi me parecía una eternidad. La tenía de vuelta y eso era lo único que me importaba. Caminé hasta la puerta y sujeté la manilla.

-Ari... -dijo ella- te amo. -aseguró.

Yo le sonreí, más ampliamente, y me acerqué corriendo a ella. Junté nuestros labios y ella por fin me correspondió, volví a sentirme completa, volví a sentirme feliz y como en casa, no solo ella estaba de vuelta, yo también.

Salí de aquella habitación feliz, por fin. Corrí hasta el puesto de enfermeras y les dije que Samantha había despertado. Inmediatamente el doctor junto con tres enfermeras entraron en la habitación. Yo corrí escaleras abajo, directo a la cafetería... Rocio, Vicky y Leah estaban sentadas comiendo y riendose.

-Chicas... -mi respiración estaba agitada- despertó.

Ambas abrieron los ojos como platos y acto seguido sonrieron. Vicky fue la primero en salir corriendo sin dejarme decir alguna otra palabra. Agarré a Leah en mis brazos.

-¡VICKY, YO PRIMERO! -gritó Rocio y enseguida corrió detrás de ella.

Yo me reí y comencé a caminar junto con Leah.

-¿Lista para ver a mamá?

Ella asintió y aplaudió mientras sonreía.

Cuando subimos al piso de las habitaciones vi a Vicky sentada pegada a la puerta y de brazos cruzados mientras Rocio estaba frente a ella.

-¿Qué hacen ahí?

-No me dejan pasar. -Vicky dijo cual niña chiquita a la que no le dan un dulce.

Negué con mi cabeza sonriendo y me senté con Leah en las piernas. Agarré mi teléfono y le marqué a Rosario quiénes se habían ido a duchar y a comer.

-Rosario.

-¿Paso algo?

-Despertó....

-¿En serio? oh por Dios... ¡CHICOS VÁMONOS, SAMANTHA DESPERTÓ!

Luego de ese grito no escuché nada más, supongo que tiró el teléfono por algún lado o no lo sé, pero ya vendrían.

Ya había pasado una hora desde que Samantha despertó pero el doctor no salía y todos comenzaron a impacientarse. Incluso yo.

-Quielo ve a mamá.

-Lo se, cielo. Ya podremos.

El doctor salió por fin y todos nos pusimos de pie.

-Quiere ver a su madre. -Rosario asintió y entró.

Kilometraje | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora