-En el majestuoso Reino del Sol Naciente, siete jóvenes guerreras han sido entrenadas para ser las más formidables protectoras del reino. Cuando el Rey Felipe convoca sus servicios, las Guardianas Black Hearts se enfrentan a una misión inesperada: p...
-Una vez que Yukari se separó de sus amigas, no miró hacia atrás a pesar de escuchar las protestas de los príncipes. Sabía que su deber era mantener a salvo a los príncipes, sin importar el riesgo que eso implicara. El peso de la responsabilidad recaía sobre sus hombros, y no permitiría que sus emociones la distrajeran. Durante el resto del camino, el silencio se apoderó del ambiente; la tensión se palpaba en el aire, y cada uno de ellos sabía que el peligro acechaba.
Al llegar al palacio, Yukari escoltó a los príncipes hasta la sala del trono, donde los reyes los esperaban con miradas ansiosas:
Rey Felipe: Oh, ya llegaron. Pero, ¿Dónde está el resto de la Guardia Black Hearts?-Preguntó confundido al notar la ausencia de las chicas.
Yukari: Majestades, lamento interrumpir de esta manera-Dijo, haciendo una rápida reverencia. Su voz era seria y firme-Me temo informarles que fuimos emboscados a mitad del camino-Comunicó, en su tono de voz se notaba la seriedad.
Reina Victoria: Hijos, ¿Ustedes están bien? ¿No les pasó nada?-Interrogó, levantándose rápidamente del trono y dirigiéndose hacia ellos, su preocupación evidente.
Tsubasa: Tranquila, madre. Nosotros estamos bien, gracias a la Guardia Real-Respondió, intentando calmarla con su tono sereno, aunque la preocupación brillaba en sus ojos.
Rey Felipe: Guardiana Nishimoto, ¿Dónde están las demás?-Insistió, su mirada penetrante fija en Yukari.
Yukari: Ellas se quedaron peleando mientras yo ponía a salvo a los príncipes. Y si me permiten, debo regresar a pelear; mis compañeras me necesitan-Declaró, su tono marcado por la urgencia y la determinación mientras se inclinaba nuevamente.
-Antes de que el rey pudiera responder, las puertas de la sala del trono se abrieron con un crujido y, desde el umbral, entraron las seis guardianas Black Hearts, arrastrando consigo a dos prisioneros:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los chicos: Chicas...-Murmuraron, una mezcla de sorpresa, preocupación y alivio surgiendo en sus voces al verlas.
-Era evidente que sus guardianas y amigas habían estado en una feroz batalla: múltiples golpes, cortes y heridas adornaban sus cuerpos, y estaban cubiertas de sangre, pero su determinación era inquebrantable:
Flor: Majestades, hemos sido emboscados por unos ladrones antes de llegar al palacio-Informó con una frialdad casi sobrehumana, haciendo una reverencia a pesar de sus heridas.
Wendy: Ellos eran del Reino del Clan Pi Sheng, venían por los príncipes. Sin embargo, aquí están el general y el subgeneral de su ejército-Comunicó, señalando a los prisioneros.
-Al pronunciar estas palabras, Maki y Sanae empujaron a los dos hombres hacia adelante, mostrando que estaban bajo su control:
Rey Felipe: Sus nombres-Exigió con voz autoritaria, sus ojos centelleando con furia.
???: Xiao Zhan, General del Reino Clan Pi Sheng-Respondió con la cabeza en alto, aunque la desventaja lo delataba.
???: Chang Zhan, subgeneral del Reino Clan Pi Sheng-Contestó, su tono seco y desafiante.
Rey Felipe: Lo que han hecho es un delito muy grave y serán sentenciados. Pero antes, serán encarcelados hasta que los interrogemos. Ahora, llévenlos al calabozo-Ordenó a sus guardias con una firmeza que no admitía objeciones.
-Sin poner resistencia, ambos prisioneros fueron sacados de la sala del trono, dejando atrás a los reyes, príncipes y a la Guardia Black Hearts:
Rey Felipe: ¿Cuántos eran en total?-Consultó, mirando a las guardianas, su voz revelando una mezcla de admiración y preocupación.
Sanae: Eran más de setenta hombres-Respondió con neutralidad, su expresión seria, sin delatar ninguna emoción en su rostro.
Reina Victoria: ¿Hubo otros sobrevivientes? ¿Algunos escaparon?-Interrogó, el interés y la inquietud marcando su tono.
Yoshiko: Están todos muertos, su majestad. Los únicos que sobrevivieron fueron ellos dos, pues supusimos que querían hacerles algún interrogatorio-Respondió con seriedad, su mirada fija en los reyes.
-Las palabras cayeron como un peso sobre los príncipes y los reyes, sorprendidos por la magnitud de la batalla. Sin embargo, una vez que se recuperaron de la sorpresa, el rey habló:
Rey Felipe: Hicieron un gran trabajo y gracias por proteger a los príncipes. Ahora, vayan a la enfermería para que curen sus heridas-Dijo con seriedad, su tono reflejando un reconocimiento genuino.
Las chicas: No agradezca, su majestad. Es nuestro deber. Nos retiramos-Respondieron en unisono, haciendo una reverencia antes de salir del salón del trono.
Rey Felipe: ¿Saben por qué quería que específicamente ellas los protegieran?-Preguntó a sus hijos una vez que las chicas se hubieron retirado.
Kojiro: No, no lo sabemos, padre. ¿Por qué?-Contestó, todavía procesando lo ocurrido y el estado en el que se encontraban las chicas.
Rey Felipe: La Guardia Black Hearts es muy poderosa. Esas siete chicas son guerreras natas, con un entrenamiento impecable. Son fuertes, astutas, inteligentes, ágiles, frías y calculadoras, y aún más en el campo de batalla. He escuchado muchas historias sobre ellas; son las únicas chicas en el campo de entrenamiento para ser parte de la guardia real. El propio Coronel Ken las entrenó y preparó, y por eso sabía que ellas eran las indicadas para protegerlos a ustedes-Explicó, su tono lleno de respeto y orgullo.
Taro: Entonces, ¿Siempre supieron que ellas tenían el potencial para protegernos? De las amenazas y atentados contra nosotros y la corona ¿Por eso nos dijiste que no las subestimáramos, verdad, madre?-Consultó, mirando a su madre con una mezcla de admiración y gratitud.
Reina Victoria: Así es. Yo, al igual que su padre, sabía del potencial que tenían, pues también había escuchado sus historias. Sin embargo, me ha sorprendido que solo ellas seis hayan podido enfrentar un ejército de más de setenta hombres y salir victoriosas-Admitió, sus ojos brillando con asombro.
Rey Felipe: Ahora, vayan con ellas-Indicó, observando las expresiones de sus hijos, llenas de preocupación y admiración.
Los chicos: Gracias, padre-Agradecieron antes de salir rápidamente de la sala del trono, dispuestos a encontrar a sus guardianas y asegurarse de que estaban bien.
