-En el majestuoso Reino del Sol Naciente, siete jóvenes guerreras han sido entrenadas para ser las más formidables protectoras del reino. Cuando el Rey Felipe convoca sus servicios, las Guardianas Black Hearts se enfrentan a una misión inesperada: p...
-Luego de salir de la oficina real, los siete príncipes se dirigieron a la habitación de Kojiro, donde el ambiente estaba cargado de tensión. Los rostros de los jóvenes estaban serios, reflejando la gravedad de la situación:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Genzo: Aún no puedo procesar todo lo que nos dijeron nuestros padres-Mencionó con un suspiro mientras se sentaba en la cama de su hermano, sus manos entrelazadas sobre sus rodillas.
Taro: ¿Y cómo se supone que lo hagamos? Vamos a ir a la guerra. El Reino del Clan Pi Sheng quería a Wen y Flor como intercambio para aceptar un acuerdo de paz-Su voz era un torrente de frustración.
Genzo: No me lo recuerdes-Gruñó, su enojo evidente-Ese clan está loco para proponer algo así. Ellas son personas, no objetos-Su tono era firme, subrayando la indignación que sentía.
Tsubasa: Lo sabemos, pero debemos recordar que la Guardia Black Hearts no es como las demás. Ellas son guerreras natas. Tienes razón, Gen, ese clan es capaz de cualquier cosa-Comentó pensativo, cruzando los brazos sobre su pecho.
Jun: Lo único que nos queda por hacer ahora es entrenar más y prepararnos para el enfrentamiento. Tenemos dos meses para hacerlo-Dijo, dejando escapar un suspiro de resignación.
Hikaru: Eso es cierto. Aunque somos buenos con la espada y sabemos defendernos, no podemos confiarnos-Coincidió, su mirada reflejando determinación.
Kojiro: Entonces está decidido. A partir de mañana, entrenaremos sin descanso y el doble de lo que hacemos normalmente-Sentenció con seriedad, tomando el control de la conversación.
(Salto del tiempo, dos días después).
-Como habían planeado, los príncipes y las chicas comenzaron a entrenar arduamente. A veces lo hacían juntos y otras por separado, ya que los príncipes debían cumplir con sus deberes reales. Sin embargo, hoy era un día diferente; era el día de la junta real con los cinco reinos más importantes, y todos estaban reunidos en el salón de juntas:
Rey Felipe: Gracias a todos por asistir a esta inesperada reunión-Dijo mientras se levantaba, su expresión seria.
Reina Elena: No hay de qué agradecer, Felipe. Supongo que ya tienes noticias, ¿Verdad?-Respondió, con un tono grave que presagiaba la seriedad de lo que se iba a discutir.
Rey Felipe: Así es. El Reino del Clan Pi Sheng nos ha declarado la guerra tras haber negado un intercambio y no poder llegar a un acuerdo diplomático de paz-Contestó, observando atentamente a los demás gobernantes-Por eso los he convocado hoy: necesito su ayuda para ganar esta guerra-Sus palabras resonaron en la sala, llenándola de un aire de urgencia.
Rey Héctor: Por supuesto que cuentas con nuestro apoyo. Te lo dijimos días antes de que partieras-Contestó con firmeza.
Los gobernantes: Exactamente-Coincidieron al unísono, mostrando unidad en su apoyo.
