(Aclaración: Espero que les guste los edit que hice para este capítulo y feliz navidad a todos).
Narrador omnisciente:
-Al escuchar el resonante sonido de la trompeta y ver al Sargento Zango del Clan Pi Sheng levantando la bandera blanca, el campo de batalla se sumió en un extraño silencio. Todos sabían lo que significaba aquella bandera: el fin de la contienda:
Sargento Zango: ¡El Reino del Clan Pi Sheng se rinde! ¡Detengan la batalla!-Proclamó con voz firme, elevando la bandera con su mano sana.
-Al oír este anuncio, los soldados del Reino del Sol Naciente bajaron sus armas, dejando caer la tensión acumulada durante tanto tiempo. La gran guerra había llegado a su fin. La incertidumbre había nublado los corazones de los príncipes, quienes, a pesar de su valentía, no estaban seguros de poder salir victoriosos. Sin embargo, habían logrado sobrevivir y, lo más importante, habían encontrado en el dolor y la desesperación la fortaleza para confiar los unos en los otros.
Los ecos de júbilo resonaron por todo el lugar, mientras los soldados comenzaban a ayudar a los heridos. La paz, aunque frágil, parecía haber regresado a ellos. Sonrisas de satisfacción iluminaban los rostros de los príncipes:
Jun: No...no puede ser...hemos ganado...-Murmuró, aturdido por la incredulidad.
Hikaru: Créelo, Jun, porque es la verdad-Afirmó, forzando una sonrisa a pesar de la fatiga que lo consumía.
Yayoi: Príncipes, ¿Están bien?-Preguntó, acercándose corriendo con un aire de preocupación.
Jun: Nosotros estamos bien. ¿Y ustedes?-Respondió, examinándola de arriba a abajo con ojos críticos.
Yoshiko: Nos alegra escuchar eso, pero... ¿Y los demás?-Interrogó, lanzando miradas rápidas a su alrededor, ansiosa por saber más.
Hikaru: No lo sabemos. Nos separamos un poco antes de que sonara la trompeta de rendición-Contestó, su tono grave reflejando la seriedad del momento.
Yayoi: Hay que buscarlos, debemos asegurarnos de que estén bien...-Su voz se quebró, negándose a siquiera considerar la posibilidad de que algo malo hubiera sucedido.
-Sin perder tiempo, los cuatro comenzaron a correr por el bosque Rutherford en busca de sus hermanos y amigas, mientras el Sargento Kou se ocupaba de supervisar la rendición del ejército enemigo.
Con Kojiro y Maki:
-Kojiro se movía por el campo de batalla con desesperación, buscando a Maki. La angustia lo invadía al pensar que se habían separado desde el inicio del conflicto. Finalmente, la encontró semi sentada, apoyada contra un árbol:
Kojiro: ¡MAKI!-Gritó, su corazón latiendo con fuerza mientras corría hacia ella.
Maki: Oh, Dios, Kojiro...qué alivio que estés bien...-Murmuró, aliviada al verlo.
Kojiro: Lo mismo digo. Nos separamos apenas comenzó la guerra y no sabía si tú...-Se detuvo, incapaz de pronunciar el resto-¿Estás herida en alguna parte?-Interrogó, preocupado.
Maki: No, pero... ¿Tú estás bien? ¿No estás herido?-Preguntó, su rostro reflejando la misma preocupación.
Kojiro: Yo estoy bien, solo un par de cortes aquí y allá Ahora dime la verdad, ¿Cómo te sientes?-Respondió, aunque su voz delataba la preocupación.
Maki: Me alegra y no te preocupes, estoy bien, solo algo cansada, eso es todo-Contestó, intentando ponerse de pie, pero Kojiro la detuvo con firmeza.
Kojiro: No, yo te llevaré-Afirmó con seriedad mientras la alzaba en brazos-Y no hay "peros" que valgan-Añadió con firmeza.
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Nuestras Guardianas (Capitán Tsubasa)
Non-Fiction-En el majestuoso Reino del Sol Naciente, siete jóvenes guerreras han sido entrenadas para ser las más formidables protectoras del reino. Cuando el Rey Felipe convoca sus servicios, las Guardianas Black Hearts se enfrentan a una misión inesperada: p...