CAPÍTULO 1

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SAMANTHA

El sonido de nuestros gemidos de placer llena la habitación. El choque del cuerpo de Sebastian contra el mío es lo único que puedo escuchar, en realidad, son sus gemidos los únicos que son de placer, los míos son fingidos, en este punto no soy capaz de recordar lo que es gemir de puro e intenso placer.

Sebastián está dentro de mí, entra y sale a un ritmo sin sentido, gruñe y gime sin parar, por lo menos alguien no es infeliz en este momento. Me limito a solo estar acostada y recibir cada golpe de Sebastián, es triste porque no era infeliz al principio, es más, podría decir que era muy feliz de mi relación y el sexo con Sebastián, pero en un punto, que no recuerdo y no tengo ganas de hacerlo, todo empezó a empeorar.

El inicio de nuestra relación fue buena, intensa y divertida. Lo conocí a él y a su banda debido a mi trabajo. Soy la chica detrás de cada entrevistador, la que hace las entrevistas previas, contacta a los invitados, organiza cada evento, podría ser la que está frente a la cámara pero prefieren a alguien "más bonito" y no alguien "tan exótico". Esto es deprimente, prefiero pensar en una sola cosa deprimente que en dos.

La banda de Sebastián estaba empezando a ser reconocida a nivel nacional, han tenido un crecimiento gigante desde que los conozco. Preparaba una entrevista con el grupo, el lugar de reunión era en su estudio de grabación, recuerdo entrar a la sala y encontrarme con cuatro hombres, cada uno distinto del otro pero lograban funcionar. Luke era de los más altos, cabello castaño oscuro largo, ojos oscuros, linda sonrisa y una voz suave pero tenía un aura de líder, no me sorprende que fuera la voz principal del grupo y quién tocaba más instrumentos. Thomas era el más único en su vestimenta que el resto, lleno de tatuajes, perforaciones, usaba gafas, era el más hablador e inmediatamente me dio la bienvenida a la habitación, el bajista del grupo, llamaba inmediatamente la atención por su tamaño y sus ojos azules. Martín era el menor y más bajo de ellos, el baterista, cabello corto, lleno de perforaciones como su hermano Thomas, coqueto y con una sonrisa permanente. Finalmente, Sebastián, la segunda voz del grupo, guitarra y banjo, el más serio pero con mirada penetrante, alto, cabello oscuro, con barba al igual que todos menos Martín. Sebastián atrajo mi mirada apenas entré en la sala, tomé la decisión de coquetearle un poco, no nos íbamos a ver después de esa entrevista previa.

Para mi sorpresa, no, Sebastián terminó esa reunión pidiendo mi número telefónico y una cita. No quiero exagerar pero eso primeros meses fueron un sueño, Sebastián era atento, siempre estaba considerado con mis necesidades, cada momento libre que tenía entre giras, eventos y viajes, las pasaba conmigo. Siempre me despertaba con un mensaje de buenos días por parte de él y cerraba mi día con uno de buenas noches. El sexo era increíble, un poco vainilla si, nada nuevo, las mismas dos o tres posiciones, pero no importaba porque Sebastián siempre se interesaba en hacerme sentir bien y darme unos cuantos orgasmos cada que nos veíamos.

Pasaron los meses, se cumplió un año y ya no recordaba lo que sentía ser querida por alguien. Sebastián empezó de manera paulatina a no pasar tanto tiempo conmigo, siempre había algo más importante. Él estaba concentrado en su carrera musical y yo en la mía, pero antes cualquier oportunidad era perfecta para vernos y simplemente decirnos que nos amábamos, ahora solo unas cuantas noches, comer en silencio, él hablando del grupo, música, cuando trataba de hablarle de mi vida personal y profesional no era atento a lo que le contaba. Antes quería saber todo de mí, mi vida, mi familia, le hablaba de las películas que quería ver con él, a los días él ya la había visto solo o con el grupo. Al principio lo dejaba pasar, pero llegó el momento en el que fue imposible ignorar y sí, todo empeoró.

Peleábamos por todo, mis días se convirtieron en un constante estar enfadada con él, pendiente de mi celular esperando su disculpa o un mensaje. Se convirtió en nuestro propio círculo tóxico, peleábamos, nos decíamos cosas horribles, alguno de los dos salía enfadado de la sala, al rato el otro de disculpaba, todo se "arreglaba" durante unas semanas, pasaba algo, explotábamos y de nuevo el inicio del ciclo.

Hands in the dark ( #1 Trilogía Heatstroke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora