SAMANTHA
Hay días en los que es difícil despertar y levantarte. Tu energía e impulso te abandonan y sin eso te sumerges en un espiral de silencio, revolcarte en tus errores y cosas que no funcionan en tu vida es lo único en lo que puedes pensar.
Hoy es uno de esos días.
Ha sido una cadena de eventos desafortunados que han ido llenando mi vaso y finalmente me desbordaron. Desde anoche un gran nudo está alojado en mi garganta.
Es sábado por la tarde pero digamos que empezó anoche. No me baño desde ayer, he comido solo cosas que no exijan mucha elaboración y sigo usando la misma pijama, por lo menos es cómoda. No he revisado mensajes, llamadas y notificaciones, pensar en eso me hace querer arrojar mi celular por la ventana.
Solo salgo de la cama para hacer las necesidades básicas, he visto realities shows, recopilaciones de conciertos de los grupos que me gusta, un poco de anime, nada intenso porque mi cerebro está en mantenimiento.
Mi tren de pensamiento se corta por el sonido del timbre. Ha sonado varias veces porque el malvado ser no para de hacerlo sonar, supongo que estaba más encerrada en mi misma de lo que pensaba. Reúno fuerzas, salgo de mi cuarto, bajo las malditas escaleras y abro la puerta de nuestro apartamento. Ni en mis sueños más locos, los cuales he tenido muchos, esperaba ver a Luke en la entrada.
Nos limitamos a vernos, veo que Luke me repasa desde mi cabello hecho un desastre, los rizos están desordenados y enredados, tengo marcas de sábanas en mi rostro, mi pijama está sucia, tengo los ojos hinchados y secos por la falta de sueño. Él se ve fresco, limpio, unas gotas de lluvia quedaron atrapadas en su cabello, seguro es por el clima soleado de Londres. Ninguno de los dos dice palabra.
Luke se invita solo a entrar, yo solo puedo observarlo, no sé si por sorpresa o porque si hablo creo lloraré. Camina directo hacia la cocina y empieza a sacar utensilios para preparar algo, yo me siento en la encimera sin decir nada.
El silencio llena el lugar, el único sonido es el que hace Luke mientras cocina algo que huele delicioso, un chocolate caliente es lo que prepara, por primera vez desde anoche una emoción distinta a la tristeza, dolor y decepción me recorre. Finalmente sirve el chocolate en mi taza preferida y me la entrega, tomo un sorbo y él se sienta a mi lado.
No quiero romper el silencio pero Luke tiene otro plan.
- ¿Estás bien, Sammy? – dice con voz suave –. Piensa bien lo que vas a responder, solo estoy aquí para escuchar, nada más.
Tomo otro sorbo de chocolate, el calor y su sabor llenan un poco el agujero que tengo en el centro del pecho. El nudo en la garganta se reduce, soy una persona sensible pero primero muerta antes de llorar frente a otra persona, prefiero llorar sola.
- No estoy bien – mi voz sale baja y débil.
Luke no dice nada, solo está ahí. Veo en sus ojos que debo elaborar.
- No sé si en algún momento de tu vida has sentido algo parecido. Todo va bien, hay muchas cosas por las cuales estar feliz y pocas por las cuales llorar. Te sientes bien, todo parece estar bien – No soy capaz de mirar a los ojos a Luke así que miro la encimera –. Pero algo pasa, es mínimo, un golpe, una caída, se dañó un zapato, es pequeño lo que pasa pero es el desencadenante para que lo que estabas ignorando y lo que duele te alcance. Supongo que eso fue lo que me pasó.
- ¿Qué fue lo que lo desencadenó?
- Es muy estúpido – Mi voz sale acompañada con una risa desdeñosa –, fueron mis pezones.
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Hands in the dark ( #1 Trilogía Heatstroke)
RomanceSamantha solo quiere amar las cosas sencillas de la vida: reírse en el trabajo con sus amigos, tener citas espontáneas con su novio y compartir historias con alguien antes de dormir El problema radica en que su trabajo es una mierda, su novio un imb...