CAPÍTULO 30

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LUKE

El camino hasta el edificio de Samantha es silencioso, al menos en mi mente. Martin decide ignorar mi estado de ánimo y pone rap a todo volumen, Thomas envía notas de voz en cada semáforo en rojo pero también parece disfrutar de la música. Cuando estacionamos en el edifico blanco con detalles renacentistas me bajo como un rayo, puedo oír a mis amigos seguirme sin embargo no me detengo para esperarlos. Subo al ascensor y aprieto el piso, Thomas bufa al notar que debe correr para subirse a la caja de metal antes que se cierren las puertas.

- Estás siendo un idiota – me dice el pelinegro, acomodando su cabello en el espejo -. Te metiste solo en esto, ahora enfréntalo,

- Quería decírselo, pero comenzó a hablar mierdas...

- No dijo nada que alguien no diría de su ex – niega Martin -. Solo te molestó porque resulta que esa ex es tu actual novia. Seb no se molestará pero no le mientas.

- Luke, amo a Sammy – suspira Thomas -. Pero, cuando hablamos lo pregunté y lo vuelvo a decir... ¿Realmente lo has pensado bien?

- ¿Qué me estás queriendo decir?

- Que tú, Sebastian y yo hemos sido uno mismo desde hace veintitrés años – exclama el hombre -. Sé que estás muy perdido por Sam pero ese idiota es tu mejor amigo y merece respeto. No te digo que no seas feliz, si Sammy te hace feliz ve por ello pero no puedes ocultarle esto a Seb, ya te lo dije.

El ascensor abriéndose me detiene de tener que responderle a Tom. No me lo tiene que decir pero sé que está molesto conmigo, yo también lo estoy. Actué como un idiota y para nada como yo, solo tenía que ser un adulto tomando las riendas de la situación, contarle la historia y enfrentar lo que fuera que tuviera que pasar. Camino por el pasillo unos pasos atrás de los hermanos, veo a Martin tocar a la puerta antes de regalarme una pequeña sonrisa.

- Oh, hola chicos – saluda Camille, haciendo una coleta en su cabello rubio mientras se coloca unos zapatos deportivos –. Pasen, Sammy está en su habitación.

- ¿Vas de salida? – inquiero, esperando que se ponga derecha para besar su mejilla.

- Si, entro a las ocho a guardia – suspira, tomando su mochila del perchero y dándose media vuelta sobre su eje para mover la mano en señal de despedida -. ¡Samantha, tu novio está aquí! – informa con un grito -. Están en su casa, pónganse cómodos y no se coman las ChipsAhoy, son de Lizzie.

- Adiós Camille – se despide Thomas, entrando a la cocina con el único objetivo de conseguir las galletas.

Me dejo caer en el sofá individual, dándole la espalda la pequeña terraza y de frente a la cocina. Observo a Martin tomar asiento en el sofá de tres plazas y a Thomas abrir un paquete grande de ChipsAhoy.

- No seas imbécil, Tom.

- Y tú no seas un adulador, tu novia es Sammy no Lizzie- bufa el hombre, mordiendo dos galletas de un solo mordisco.

- ¿Quién se come las ChipsAhoy así? Psicópata- se burla Martin, subiendo sus pies a la mesa de centro y sintonizando el canal de deportes.

- ¿Pueden comportarse? – pido entre dientes, unos segundos antes de escuchar la puerta principal abrirse.

A pesar de mi mal humor no puedo evitar reír al notar como mi amigo se sienta derecho en el sofá y baja rápidamente sus pies, fingiendo que no estaba dándose confianzas en una casa que no es suya. Lizzie entra a la habitación dándome una pequeña sonrisa mientras saluda a Martin.

Hands in the dark ( #1 Trilogía Heatstroke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora