CAPÍTULO 8

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LUKE

Nada me hacía más feliz que tener un ritmo de trabajo bien definido, todos los días en la mañana hemos estado en el estudio terminando de componer nuestro nuevo álbum, aun no tenemos fechas definidas pero sabemos qué haremos una gira y ya tenemos una idea clara sobre cuáles podrían ser nuestros demos.

Lo gracioso del proceso de producción musical es que es mucho más lento de lo que las personas creerían, por lo mismo es bastante divertido cuando un nuevo disco sale a la venta y los fanáticos relacionan cosas con eventos actuales de nuestra vida, cuando la mayoría de las letras fueron hechas con uno o dos años de anterioridad.

Después está el proceso de composición, las personas han romantizado tanto el acto creativo que realmente creen que cada letra es un reflejo especifico de tu vida, pensamiento y ser. En lo particular solemos culpar a Disney y sus series musicales de mierda donde Hannah Montana podía escribir una canción a raíz de una historia triste que le contó su novio o como en Camp Rock Joe Jonas podía inspirarse en Demi Lovato y su relación de dos horas para escribirle la mejor canción de la historia de Disney, porque si, Gotta Find You es una canción con cada letra de la palabra. Por otro lado, salvaré un poco a Disney con High School Musical, ahí podemos ver una compositora real. Kelsey es la persona más gay en esa saga luego de Ryan pero es capaz de escribir himnos del amor heterosexual porque es una artista y de eso se trata la composición.

Cada canción es un cuento y el músico detrás de dichas letras es un escritor, la libertad literaria te da permiso de convertirte en otra persona y salirte de tu piel para recrear historias y evocar sentimientos que posiblemente jamás hayas experimentado o conocido. En nuestro grupo Sebastian es tu hombre si quieres una canción de amor, perdimos la cuenta de cuantas veces hemos visto videos, mensajes y fotos de personas bailando alguna de sus composiciones en bodas, aniversarios y fiestas de compromiso. Martin es un genio en canciones filosóficas sobre la vida y la reflexión de quienes somos aquí, aunque sea la persona más despreocupada que existe. Thomas es, quizá, la excepción a todo mi discurso sobre ser escritores pues cada canción sucia llena de insinuaciones sexuales viene de su mano, lo que tiene sentido pues es un maldito cachondo. Pero al mismo tiempo, es el más versátil de todos y cuando está de buen humor puede escribir canciones increíbles de cualquier tópico posible. Luego estoy yo, el genio de las canciones de desamor.

Y sí, la nueva canción que había compuesto era una canción de desamor. No obstante la consideraba muy bonita ya que hablaba de la superación personal y como el amor duele pero siempre vuelve. Los últimos días nos habíamos abocado a ella completamente pues a los chicos les había gustado mucho, Thomas y Sebastian estaban trabajando en la música mientras Martin y yo comenzábamos algunas letras nuevas para posibles canciones. De esta forma los segundos se habían transformado en horas y pronto ya habían pasado tres semanas muy productivas y entretenidas.

Mis horarios variaban cada dos días, llevaba a Mr. Darcy con Samantha, así que luego del estudio me dedicaba a pasar las tardes con ella y sus amigas. Solíamos jugar juegos de mesa, en los cuales siempre ganaban Lizzie o Camille, dar paseos o ver alguna película.

Hoy específicamente era viernes, Camille tenía la tarde libre y quería comer helado así que estábamos los tres caminando por una de las coloridas calles de Camden Town, con dirección a la pequeña heladería artesanal favorita de la chica. Mr. Darcy correteaba lo máximo que sus patas le permitían, halando un poco la correa y haciendo que Sammy tuviese que caminar más rápido de lo común. Yo me encontraba con una gorra y anteojos, sabiendo que había paparazzi a la distancia pero agradeciendo que no estaban invadiendo mi espacio personal.

Al llegar al lugar, tomo asiento en una de las mesas más alejadas de la puerta mientras las chicas escogen nuestros dulces, Mr. Darcy se siente en mis rodillas y solo pasan unos minutos cuando Camille toma asiento frente a mí y deja un pequeño vaso con helado de pistacho en mis manos, le sonrío agradecido y volteo a ver a Samantha sonriéndole al chico tras la caja. El familiar escozor de los celos se asienta en mi estómago cuando observo como la chica garabatea algo en un papel y se da la vuelta, tomando asiento en la silla que le da la espalda a la caja.

Hands in the dark ( #1 Trilogía Heatstroke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora