LUKE
Voy a matar a Martin, deseo hacerlo de la forma más lenta, dolorosa y espeluznante que puede haber. Quizá deba leerme algunos mangas o unos cuantos comics de Batman para inspirarme en el acertijo y así tener ideas frescas y claras pero finalmente lo haré, mataré a Martin.
La semana pasada fuimos a un evento organizado por la disquera, donde mi compañero de banda y casi hermano menor decidió que se iría del lugar con una cita para él y otra para mí, porque al parecer tengo un letrero en la frente que pide urgentemente sexo, no sintiéndose a gusto con eso decidió que lo mejor que podía ocurrir era que nuestra cita en conjunto terminara siendo una salida grupal, donde Sammy y el heladero fuesen los otros participantes.
Samantha estuvo radiante con la idea al principio, le encantó saber que habíamos conquistado chicas en nuestra noche de fiesta y estoy muy seguro que escogió el vestido floreado y pegado a su figura porque deseaba lucir amigable y jovial. Sin embargo nuestra mesa se encuentra en terrible silencio, o al menos Sammy, mi cita y yo estamos en terrible silencio observando como Martin, el heladero y Sarah se susurran obscenidades mientras ríen en voz baja.
De acuerdo, no puedo saber con exactitud que se susurran pero es muy incómodo que decidan ignorarnos cuando estamos compartiendo mesa y algunos de nosotros apenas nos conocemos. Veo de reojo a Samantha llevarse su copa de vino a los labios, las finas tiras de su vestido parecen estar haciendo un esfuerzo magistral por sostener su glorioso escote y lucho contra las ganas de detallar cada parte de su atuendo detenidamente. Todavía no puedo decidir qué es peor, si estar sentados en lados opuestos de la mesa donde debo fingir que no me muero por detallarla o estar sentado junto a ella y luchar con las ganas de acercarme a su cuello y aspirar su olor.
- Iré al baño un momento – anuncia Sammy, poniéndose de pie con incomodidad. Martin, el heladero y Sarah parecen no escuchar pero Diana imita su gesto.
- Te acompaño – anuncia la chica, dándome una media sonrisa y caminando por el pasillo con dirección a los aseos.
Aunque deseo con muchas ganas observar como Samantha se aleja, mi teléfono comienza a sonar con el rington especial de nuestro agente. Me pongo de pie con un gesto un poco brusco, alejándome de la mesa sin decir nada. Nuestra conversación no dura más de cinco minutos, simplemente agendamos algunas entrevistas y acordamos fechas específicas para ciertas reuniones. A pesar de lo rápido que mi conversación llega a su fin, cuando vuelvo a la mesa no hay nadie.
Tomo asiento en la silla que ya tiene mi sudor de culo, noto que los bolsos de Sammy y Diana siguen en su lugar y sobre el plato que perteneció a Martin reposa una pequeña nota junto a su tarjeta de crédito.
- ¿La fiesta se acabó tan temprano? – pregunta Diana, acercándose de nuevo a nuestro lugar.
- Al parecer nos abandonaron – suspiro, releyendo la pequeña carta sin poder creerlo.
- ¿Qué quieres decir con que nos abandonaron? – inquiere Sammy, sentándose en la silla frente a mí.
- Pues no lo dice específicamente pero creo que es posible suponer que ellos fueron a... - muevo mis manos en un gesto un poco obsceno.
- ¿Follarse? Esperemos que sí porque estaban a segundos de hacerlo justo sobre la mesa – bufa Diana, haciendo reír un poco a Samantha.
- Joder, que cita de mierda mi compañero – niega la morena, comenzando a tomar sus cosas -. Supongo que también me iré.
- Déjame pedir la cuenta, solo tardará unos minutos.
- No por favor, no arruinen su cita por mí – pide la chica, negando intensamente -. Es muy temprano, ni siquiera han ordenado el plato principal.
ESTÁS LEYENDO
Hands in the dark ( #1 Trilogía Heatstroke)
RomanceSamantha solo quiere amar las cosas sencillas de la vida: reírse en el trabajo con sus amigos, tener citas espontáneas con su novio y compartir historias con alguien antes de dormir El problema radica en que su trabajo es una mierda, su novio un imb...