SAMANTHA
- ¡Es hora de levantarse solecito! – la voz de Lizzie suena como si hablara por un altavoz.
- Despertar no debería sentirse tan mal – mi voz es un desastre, mi boca esta seca y mi cabeza quiere caerse de mis hombros.
- El sol salió Samantha, tienes que ir a trabajar - Lizzie retira las sábanas dejándome descubierta, Londres esta frío y quema -. Agradece que te dejé dormir un poco más, tienes treinta minutos para estar lista.
- Si sigues gritando no podré pararme Lizzie, maldición.
- Uno, no estoy gritando. Dos, tienes que pararte para ir a patear traseros en tu trabajo. Tres, te dije que tuvieras cuidado con el alcohol – ella adora tener la razón.
- Gracias por la lista, no era necesario restregarme las malas decisiones que hago.
- Son hechos Sammy. Te dejé dos vasos con agua y dos aspirinas para tu resaca – adora tener la razón pero siempre te cuida. Sale rápido de mi cuarto sin decir nada más.
Abrir los ojos duele pero es necesario, debo arreglarme para llegar al trabajo. Además, hoy Luke trae a Mr. Darcy y estoy emocionada por verlo, extraño a mi hermoso cachorro. Quizás tenga un despertar duro por la resaca pero el solo pensar que podré ver a Mr. Darcy ya no me duele tanto por la resaca.
Retiro lo dicho.
Sigue doliendo.
***
Recojo mis cosas para marcar la salida de mi trabajo. Ha sido un día ajetreado, Danielle, la presentadora a la cual le hago todo el trabajo estuvo quejándose de todo, mis guiones, mis investigaciones, mis entrevistas, todo lo que hacía era motivo para quejarse. Mis jefes empezaron a pedir informes debido a mi nuevo puesto, tuve un pequeño tiempo libre para comer algo y no morir por deshidratación y dolor de cabeza. No sé cómo soporto trabajar en un lugar así. Si, disfruto de lo que hago, me emociona redactar, escribir, leer e investigar, Danielle no es tan mala siempre, mis jefes no son explotadores todo el tiempo. Amo lo que hago y el trabajo en la televisora es entretenido, debería buscar un lugar mejor, Dios sabe cuántas veces Lizzie me lo ha dicho, solo que nunca encuentro el valor para entregar mi carta de renuncia. Siempre hay un pequeño porcentaje de miedo si podré conseguir un trabajo que ame.
Mientras salgo del edificio editorial, alguien me llama, seguido de un ladrido que reconozco. Volteo buscando al emisor de ese sonido y encuentro a Mr. Darcy. Rápidamente corre hacia mí y busca que lo acaricie.
Mr. Darcy llegó a nuestras vidas en el mejor momento de nuestra relación, estábamos muy contentos de tener un perro y cuando vimos a Mr. Darcy en la perrera me enamoré instantáneamente de él. Fui muy clara con Sebastian que si queríamos tener una mascota la íbamos a adoptar, nunca a comprarla, él estaba un poco renuente con la decisión pero apenas conoció a Mr. Darcy lo quiso. No sabíamos que raza era, tamaño mediano, pelaje suave y un poco largo, lindas orejas y con mucha energía. Aunque creció, para mí siempre será ese cachorro adorable que se tambaleaba por mi apartamento.
Acaricio y le hago mimos a Mr. Darcy mientras Luke nos alcanza, estoy feliz de verlos a los dos, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, una sonrisa de medio lado y con el viento alborotando su pelo, se ve increíble. Le sonrío de regreso.
- ¿Qué haces aquí? Pensé que nos íbamos a ver en mi casa.
- Tenía muchas ganas de verte – Luke engancha la correa en el collar de Mr. Darcy para que no salga corriendo. Él se da cuenta de lo que acaba de decir y un sonrojo toma sus mejillas -. Quiero decir, Mr. Darcy tenía muchas ganas de verte, yo no. Eso no es así, yo también tenía ganas de verte y Mr. Darcy también... Debería callarme.
ESTÁS LEYENDO
Hands in the dark ( #1 Trilogía Heatstroke)
RomanceSamantha solo quiere amar las cosas sencillas de la vida: reírse en el trabajo con sus amigos, tener citas espontáneas con su novio y compartir historias con alguien antes de dormir El problema radica en que su trabajo es una mierda, su novio un imb...