Hands in the dark ( #1 Trilogía Heatstroke)

EPÍLOGO

SAMANTHA

Dejo que el sol me caliente. Cierro los ojos disfrutando del calor y de la brisa.

Llevamos tres días en Colombia. Luke y yo decidimos visitar a mi familia por Navidad, estamos en la finca de uno de mis familiares, hay sol, piscina y calor, lo mejor que le puedes dar a una persona que vive en el congelador llamado Londres.

Luke ha disfrutado del calor quizás más que yo, he tenido que ponerme en plan mamá osa cuidando su piel. Afortunadamente, mi mamá también está pendiente de la piel de mi novio y si no soy yo es ella quien le recuerda ponerse protector solar y cubrirse cuando el sol es fuerte.

Yo decidí cocinarme al sol en mi viaje, cada tiempo libre que tengo lo paso en la piscina, Luke disfruta mucho de eso, según sus palabras "deberías usar más bikinis en Londres", sospecho que le gusta verme en traje de baño.

Extrañaba a mi familia. Mis padres han sido cariñosos con Luke, lo han bañado con comida, bebida, cariño latino, han tratado de hacerlo sentir como de la familia. Quizás se han excedido a veces pero se los perdono.

Catalina y Mateo pueden ser imprudentes como su hija.

- Papito, venga y pruebe este postre – escucho a mi mamá hablarle a Luke, creo que ella lo ama.

- Estoy lleno Catalina, muchas gracias.

- De eso nada, tienes que comer porque estás muy delgado.

Luke me mira implorando por mi ayuda pero no hay escapatoria.

- Tienes dos opciones Lukie – me acerco a él y lo abrazo -. O comes el postre que hizo mi mamá o lo comes.

- ¡Eso no son dos opciones! – Luke hace puchero.

- Lo siento – beso la punta de su nariz y me acerco a la mesa en donde está el postre que hizo.

Tomo una cucharada y casi lloro de lo delicioso que es. Mi mamá te llega al corazón con su cocina. Luke ve mi cara de placer y por un momento su mirada se llena de calor, le guiño un ojo y rápidamente cambia esa mirada por algo menos intenso. Se acerca y le doy una cucharada para que pruebe. Mastica y después el cierra los ojos mientras gime.

- Esto es increíble – empieza a comer con más ánimo el postre.

- Nadie le dice que no a mi mamá.

- Nadie le dice que no a las mujeres Polo nunca – la voz de mi papá nos llega de la silla que está al lado de la piscina, lo cubre del sol una sombrilla gigante de tela.

- Nos haces quedar como mandonas, Mateo – mi mamá se cruza de brazos.

- Y no lo somos papi.

Mi papá mira a Luke y ambos se comunican. Mi novio es un traidor.

- Luke opina lo mismo – dice mi papá.

- ¡No dijo nada! – mi madre habla.

- Sus ojos me lo dijeron todo – dice Mateo con suficiencia.

Mis padres empiezan a pelear y empiezo a reír. Luke se ve un poco avergonzado por estar presenciando esto. Para beneficioso de él, mis papás dejan de discutir pero su atención ahora esta puesta en nosotros.

- Nos alegra mucho saber que están juntos – dice mi padre -. Yo le dije a Samantha que eras un buen partido.

- Cuando hablamos con ella le dijimos que aprobábamos la relación. Eres un chico bueno.