CAPÍTULO 29

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Naruto miró su reflejo en el espejo mientras se secaba las gotas de agua después de su baño. Solo hizo una mueca al ver los moretones y varios rasguños que había alcanzado darle Hinata. no recordaba muy bien que había pasado. Todo parecía tan confuso.

En un momento entraba en la habitación con enojo y furia, y al siguiente solo sabía que necesitaba el cuerpo y dolor de su esposa. No se iba a mentir, había sido una experiencia embriagadora y excitante. Aunque no podía decir que fue lo mismo para Hinata.

Porque por la mañana, ella solo se había levantado y rodado por la cama para irse a preparar al otro cuarto. Para él eso era lo mejor. Porque al ver aquellos cardenales y rojes en su cuerpo, solo le habían hecho tener una dolorosa erección y posiblemente la hubiera tomado una vez más.

- Hinata...

Susurro sin poder evitar sentir aquel miedo en su pecho. Porque solo esperaba que lo que sea que estuviera pasando, tuviera una explicación razonable. Una donde ella no estuviese involucrada.

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- Buen día, pasen por favor.

Les saludo Shizune cuando Naruto y Hinata habían ido a la consulta mensual del rubio. Ambos se sentaron en silencio.

Tanto Hinata como Naruto no habían hablado de lo que había sucedido la noche anterior, pero si de algo estaba seguro, era que su esposa estaba molesta con él.

No había tenido su trato cariñoso de siempre, y ni una sonrisa se asomó por sus labios. Ni siquiera en ese momento en que la doctora intentaba disipar el pesado ambiente.

Además de que noto como ahora en el edifico donde trabajaban, varios hombres de seguridad parecían custodiarlo. Al parecer salir nuevamente con facilidad de ahí quedaba descartado.

- ¿Cómo te has sentido este mes entonces? ¿Algún recuerdo? ¿Vislumbres?

- No, todo en blanco, sin saber nada de mi pasado...como siempre.

Hinata le dio una mirada rápida antes de dar su atención a Shizune.

- Shizune, podrías hacerles algunas pruebas psicológicas, creo que le vendrían bien por el momento. Y también estaría bien un seguimiento con un psicólogo, podemos concertar las citas los viernes por la tarde por favor.

- Ah...claro, si no hay problema, pueden iniciar hoy mismo si gustan, le informare a un colega para que pasen una vez que terminemos aquí.

- ¿Disculpa? ¿No recuerdo haber pedido algo como eso?

Objetó molesto Naruto cuando escucho la orden de su esposa y como sin chistar, Shizune había obedecido. Pero su molestia fue hecha a un lado porque Hinata solo le ignoro.

- Listo, pueden pasar después

Anuncio Shizune, actuando como si nada ganándose una sonrisa amable del ojo perla antes de que comenzara a hablar.

- Además Shizune...

Pero Hinata no pudo terminar su petición porque fue interrumpida por el sonido de su teléfono. Naruto alcanzo a leer que quien le llamaba era Kakashi.

- Disculpen, esto es importante, pueden continuar Shizune, vendré en unos minutos.

- Si claro, Naruto pasa atrás a la camilla por favor.

Aunque el rubio no le prestó atención porque solo pudo mirar como Hinata salía de la habitación, parecía ansiosa por hablar con su hermano.

- Naruto.

Le hablo de nuevo la doctora así que empezó a quitar el saco de su traje para que le inyectara. Por lo general sus consultas eran mensuales o quincenales. Eran chequeos comunes y una inyección de vitaminas además de otras recetadas para tomar.

Cuando estaba doblando su manga para la inyección, por alguna extraña razón recordó las palabras de Ino.

...Solo siento que es capaz de borrar tu memoria con tal que sigas a lado de ella.

Entonces, cuando miro como Shizune sacaba aquel liquido azul de ese pequeño frasco y rellenaba la jeringa, sintió un escalofrió en su espalda. Apretó su mano en un puño intentando controlar el vértigo que empezaba a tener. Parpadeo varias veces hasta que enfoco el rostro preocupado de Shizune.

- Naruto ¿Estas bien?

- No... -Susurró volviendo su vista de la jeringa al frasco que reposaba en el mueble. - ...ocupo ir al baño.

Se levanto comenzando a caminar, pero cayendo e impactando en el mueble.

- ¡Naruto! Espera deja llamo a un enfermero.

Sugirió preocupada Shizune al verlo tambaleante, pero Naruto solo negó con la cabeza antes de sonreírle.

- Estoy bien...solo iré al baño, le diré a mi esposa que me lleve, no se preocupe.

Shizune parecía indecisa sobre dejarlo ir, pero Naruto solo le volvió a sonreír.

- De verdad, Hinata me acompañara, ya debió terminar su llamada.

Aun parecía indecisa, pero ella solo asintió.

- Bien, los esperare aquí, pero ¿estás seguro? Puedo decir a un enfermero que traiga una silla de ruedas.

- No, no se moleste, vendremos rápido.

- Bien, ve con cuidado.

Naruto asintió y salió del consultorio antes de mirar alrededor y notar como su esposa estaba cerca de la sala de espera y parecía estar viendo algo desde una Tablet. Continuaba en la llamada, pero su semblante había cambiado completamente, lo que sea que estuviera viendo, no era algo bueno y él no quería quedarse a averiguarlo.

Comenzó a caminar deprisa para ir a recepción. Debía asegurarse donde se encontraba aquel paramédico, y debía saber en donde comenzar a buscar.

Cuando llego, una joven le miro con sorpresa en su rostro.

- Señor Uzumaki... ¿Qué necesita? la doctora Shizune tenía cita con usted.

- Amm si...lo que pasa es que...terminamos antes. Así que quería aprovechar para saludar a alguien a quien he querido ver hace mucho, trabaja aquí ¿podrías ayudarme?

Le dedico una sonrisa lo más encantadora que creía que tenía y para su sorpresa, la joven se sonrojo antes asentir entusiasmada.

- Claro...yo haré lo posible por ayudarle ¿a quién busca?

- Es el paramédico que me ayudo el día de mi accidente, solo que no he podido verlo, Jūgo creo que es su nombre.

- Oh claro, Jūgo, si él trabaja hoy, solo déjeme ver... -la joven empezó a buscar entre un listado en la computadora y Naruto aprovecho para cerciorarse de que aún no le seguían. - ...si, él debe estar en la sala de empleados en la parte posterior del hospital o en la cafetería, mire... -la mujer anoto un número y un pequeño croquis en un trozo de papel antes de entregárselo. - mire, esta es la cafetería, si no se encuentra ahí, pase más al fondo y llegara la sala de descanso, si no lo encuentra, este es mi número...puede marcarme para cualquier cosa que necesite.

Naruto le volvió a sonreír sin descaro, sabiendo que era importante tener a la mujer de su lado.

- Muchas gracias, sin duda lo hare. -la mujer parecía a punto de derretirse en su lugar y Naruto se sorprendió por su misma actitud ¿desde cuándo era tan seguro de si? - Solo un favor...no le digas a nadie que pase por aquí...mi esposa es algo celosa.

- Claro...ni una palabra.

Naruto asintió y empezó a caminar deprisa a donde le habían indicado. Sabía que era cuestión de minutos para que lo empezaran a buscar así que apresuro su paso hasta que llego a la cafetería.

Y entonces lo vio.

Unas mesas más adelante aquel alto hombre comía solo y absorto en un libro. Respiro hondo antes de acercarse y sentarse sin preguntar, en la silla del frente. Eso pareció despertar al hombre porque lo miro y varias emociones pasaron por él. Pero la que predomino sobre todo fue una.

Miedo.

- Señor Uzumaki.

- Jūgo...espero que sepas porque vengo.

- Creo...que lo se.

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