CAPITULO 36

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- ¡Naruto! Oh dios, estaba tan preocupada, pasa por favor.

Le pidió Ino mientras el solo sonreía.

- Lo siento.

- ¿Estas bien? Tu...te vez cansado.

- Lo estoy...solo han sido muchas cosas estos días. Pero...venia a verte y a decirte que ahora podemos irnos sin ningún problema.

Ino se miraba asombrada antes de juntar sus manos y que unas lágrimas comenzaran a salir de ella.

- ¿De verdad?

- Si, podemos irnos hoy mismo.

Le aseguro Naruto mostrándole unos boletos de avión. Eran dos y decían que eran para Canadá.

- ¿Canadá? Si, es perfecto, podemos comenzar de nuevo ahí...es tan perfecto. Oh Naruto al fin. Al fin mi amor.

Ino se acercó a él dándole un beso en los labios, uno que Naruto correspondió.

- Empaca lo pocas cosas, compraremos lo demás allá y después...ya veremos.

- Si, yo tengo casi todo listo, solo debo llamar a mis papas y decirles que me iré un tiempo y... estoy tan emocionada, por fin somos libres por fin.

- Si...lo somos.

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- Señor ¿Qué hace?

Naruto tenia una maleta en su cama y esta se iba llenando poco a poco con cada ida y venida del rubio a su closet.

- Hidan... me voy, volveré posiblemente en unos meses a ver lo del divorcio, ya que me establezca allá te lo diré, estoy seguro que Sasuke te recibirá en su casa sin duda, eres demasiado eficiente, y en caso de no serlo, puedes ir conmigo, pero es hasta Canadá no se...

- ¿Divorcio? ¿Canadá? ¿De qué me está hablando? El señor Uchiha me llamo cuando salió de su casa, me dijo que se iba, pero no creí...pensé que solo era un impulso, no puede irse, y menos con ella, esta mal, usted...usted no es así, es imposible.

Naruto se detuvo y solo negó con la cabeza.

- Te equivocas, yo debo ser así, este soy yo en realidad, alguien tranquilo, alguien estable, amable, un hombre honesto y amable, ese soy yo...no lo que me han pintado aquí.

Hidan se acercó a él y Naruto se sentó.

- No lo entiendes. Yo no quiero ser esto...no lo que me han hecho ser, no puedo.

- Pero...es que usted si es así. El único que no lo entiende es usted.

Naruto solo cerro los ojos y se levanto para ir por mas cosas, pero en eso las palabras de Hidan lo detuvieron.

- Lo conocí hace casi dieciséis años...y fue hace ocho años que mi hija fue asesinada...y usted la vengo.

Naruto no creía lo que Hidan decía y, aun así, solo se quedó mirándole, instándole en silencio a que se explicara.

- Yo era un vagabundo...estuve en las drogas y en la bebida. Usted era un joven universitario cuando pasaba por las calles donde pedía limosna...cosa que no me daba, porque prefería darme un sándwich con un jugo o café. Siempre me sonreía y apretaba amistosamente el hombro mientras me decía "usted puede hombre".

Se rio Hidan mientras miraba a la nada. Naruto en cambio solo se había sentado en una silla cercana para seguir escuchándolo.

- Y es que cada que lo veo, es como si, aunque estaba en esa niebla de inconciencia, pero recuerdo perfectamente al chico de mirada furiosa y sonrisa cálida. Siempre me desconcertó, pero aun así siempre anhelaba el saludo de aquel salvaje muchacho. Y aunque me daba ánimos su palabra no era suficiente, no creía poder salir de donde estaba, pero entonces una noche un llanto me saco de mi ensoñación, el llanto de una bebé... estaba envuelta en periódico y no tenía ropa más grande que ella, pero era...la bebé más hermosa que he visto...yo solo...la tomé y decidí que no podía dejarla ir nunca.

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