CAPÍTULO 17

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Después de una experiencia más que reveladora y subida de tono en el baño, terminó su de ducharse. Tomó una de las toallas que había y comenzó a secarse con cuidado.

Por lo general le ayudaba Hidan una vez que el se podía la bata del baño. La ropa era sencillo a esa alturas.

Pero al querer agacharse para secar sus piernas, supo porque aún necesitaba ayuda. Aunque no sabía que le molestaba más, si el cuidado constante o que pareciera más que lo vigilaban. No había tenido ni una oportunidad de ir a recorrer la casa. Y cada vez que lo hacía, era guiado por Hidan o hinata, quienes solo lo llevaban por las partes comunes de la casa. Quería indagar en las demás habitaciones. Algo que le dijera mas de el. Pero nada. Ni siquiera aquel álbum que su mamá le había llevado.

Había hablado con ella acerca de la foto quemada, pero le había dicho que aun no la encontraba.

Ni fotos, ni cuadros, ni documentos. No había nada.

Y ahora que lo pensaba, era demasiado extraño. Era como si todo estuviera así apropósito.

Tal vez así sea

Pensó, poniendo su saco con cuidado antes de acercarse al espejo.

Me ocultan muchas cosas y no me quiero quedar quieto viendo como lo hacen.

No, tranquilo, lo hacen por mi bien.

Pensó asustado viendo a dónde se dirigían sus pensamientos. Pensó que por fin había acallado esa parte de él. Aquella con la que siempre había luchado.

Siempre has sido así

Recordó las palabras de Sasuke. Siempre fue un chico amable y atento. Pero...había algo que él no quería admitir. y lo sabía.

sacudió su cabeza intentando disipar esas ideas. respiro profundo levantándose una vez que terminó de peinarse y se miró en el espejo de cuerpo completo de su habitación. Miró desde sus pulidos zapatos hasta su muy floja corbata, que aun no encontraba respuesta al misterio de anudarla correctamente. Frustrado de intentarlo una y otra vez, solo respiro cansado.

— oh cariño, déjame te ayudo.

levantó su mirada para toparse con su esposa vestida con un elegante vestido negro. el estraple en forma de corazón le hacía ver no vulgar su pecho, si no que daba una vista de lo más sensual y mas porque sabia lo que había debajo.

Suya Sir, soy suya

Con esos pensamientos reproduciendo en su cabeza, miro caminar a su esposa, mientras sus tacones hacían eco y sus caderas se balanceaban hasta quedar frente el. Le fue difícil quitar sus ojos su cuerpo, y más cuando ella se pegó a su pecho para poder tomar la corbata que comenzaba a arrugarse por los intentos fallidos de ponérsela.

— Disculpa. —dijo después de unos segundos al ver que no había dicho nada desde que entró— no se anudar la corbata...o más bien, no lo recuerdo.

— No te preocupes. —le tranquilizó Hinata— En realidad aun no sabes hacerlo. Pero nunca aprendiste porque ... —sintió como la corbata se apretaba perfectamente, las manos de ella, se movían con delicadeza en la seda, que cuando termino y se miró al espejo, tenía un impecable nudo. — ...yo siempre lo hago por ti.

Dijo sonriente Hinata recargándose en su hombro.

— Te ves tan apuesto con este traje. Pareciera como si estos últimos años no hubieran pasado.

Naruto miró su imagen y se sorprendió que el traje le sentaba muy bien. pero sobre todo, no pudo evitar tener una sonrisa al ver la imagen de ambos juntos. Para él Hinata era de otro mundo. Sus ojos podían ver su alma, o eso sentía, y su belleza era embriagadora. Y en cambio el, siendo una persona promedio —no se consideraba feo, pero tampoco atractivo—, le era difícil creer que realmente era su pareja.

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