CAPÍTULO 21

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- Naruto

Escucho el llamado de Hinata, por lo que, desesperado, solo cerró rápido su correo y cerró la computadora. Se quedó sin saber qué hacer cuando la puerta se abrió. Hinata entró con una bata lila puesta, y se miraba que se acababa de despertar, pero, aun así, conseguía verse tan fresca y deslumbrante. Se quedó sin hablar bastantes segundos, mientras ella entraba al despacho.

Iba descalza, y parecía brincar en cada paso que daba en su andar. La oscuridad de la sala, a pesar de que se iluminaba con la luz del sol de esa mañana, su esposa parecía hacerla adquirir otros colores con su sola presencia.

- aquí está mi sol.

Dijo Hinata sonriendo y acercándose para abrazarlo y recargar su rostro en el pecho de Naruto, que, a pesar de estar aturdido, no dudo en abrazarla también.

Se quedaron así unos minutos, Naruto solo se quedó pensando en lo suave que era su cuerpo y en lo mucho que ansiaba volver a sentirlo. Su mente era un misterio para él, pero su cuerpo...su cuerpo sabía perfectamente quién era y que quería.

- Oh cariño...tu labio.

Susurro Hinata mientras pasaba dedo con delicadeza en su herida. Él se quedó embelesado en aquellos ojos perla, y el cómo se entrecerraban, no con preocupación como él esperaría, si no con algo de placer, como si aquella herida fuera el recordatorio de lo que había pasado anoche.

Hinata no apartó su mirada de los labios de Naruto mientras sus dedos seguían recorriendo con suavidad la carne sensible de su esposo.

- Este lugar ¿es mi despacho o es tuyo?

Hinata aun embelesada, ladeo su cabeza como si intentara dar una respuesta, siendo que no era una pregunta difícil. Sobre todo, porque era más que obvio que alguno de ellos debía tenerla.

- Es solo tuya claro.

Naruto miró alrededor del escritorio. Y era verdad. Aunque se le hizo extraño.

- ¿Tu no la usas?

- ¿Qué? No cariño, este lugar es solo tuyo. Yo tengo el mío.

Dijo simplemente apartándose un poco de él.

- ¿Cuál otro? Hay otro despacho aquí.

Volvió a preguntar ya con más enfoque, al ya no tener el hechizante toque de Hinata sobre él. Ella solo se recargó en el escritorio viendo afuera en la ventana. Parecía pensar, intentando elegir sus palabras con cuidado.

- No un despacho en sí cariño, solo es un espacio especial para mí.

Naruto se acercó a ella. Sabía que estaba mintiendo. Lo sentía.

- ¿Acaso es la habitación que está al fondo? ¿cerca de donde está la de Sasuke y Sakura?

Hinata le miró sin estar sorprendida. Después de todo, se había descuidado y su esposo había salido a explorar.

- Si. Esa precisamente.

- Que hay ahí.

- Ya te dije cariño, mi espacio.

Ella sonrió, como si quisiera quitarle peso al asunto.

- ¿Puedo verlo?

- No.

Fue todo lo que dijo, y Naruto se quedó esperando una explicación, pero en ningún momento recibió alguna. Solo el silencio que llenó todo el lugar.

- ¿Por qué?

Dijo enojado. Y aunque tenía más que razones para estarlo, la principal era que él ansiaba entrar, quería ver qué había dentro. Sea lo que fuese, le llamaba.

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