CAPÍTULO 45

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Cinco años antes


—Bueno, habla Uzumaki

Contestó Naruto extrañado al no conocer el número que le marcaba, creyó que podría ser algún nuevo proveedor o proyecto, por lo que nunca negaba una llamada.

—¿Naruto?

Le preguntó una voz algo débil, pero que reconocería de cualquier forma

—¿Sai?

Dijo con la voz emocionada, esperando realmente no equivocarse.

—Naruto, lo siento tanto, tenías razón...por favor...ayúdame

—¿Qué pasa? ¿Dónde estás? Iré por ti, explícame cuando llegue.

Sai le dio su dirección y Naruto no dudo en ir con su amigo, uno que le ayudó en su peor momento, quien prometió algún día le devolvería todo lo que había hecho, y a pesar de la distancia, no dudaría en hacer lo que sea por él, excepto aceptar a la que eligió como su esposa.

——

Cuando entro al cuarto, la enfermera le dio una mirada de precaución cuando vio a aquel hombre rubio, ya que, aunque su elegante traje lo hacía ver como a un empresario, la presencia que emitía era intimidante, casi asfixiante, así que ella solo asintió antes de salir. Naruto en cambio solo la ignoró porque lo que estaba frente a sus ojos hizo llamar toda su atención.

Y es que su amigo, aquel serio pero sincero muchacho lleno de energía ya no existía, en cambio, había un hombre enfermo, pálido y triste.

—¿Sai?

—Sabía que te convertirías en un gran hombre.

—¿Qué fue lo que te pasó?

exigió cuando se acercó sentándose y tomando su débil y fría mano. Naruto le observó sin dar crédito a lo que miraba.

—Perdóname Naruto, de verdad lo siento tanto.

—Sai, no es momento de eso, dime ¿Qué es lo que tienes? Puedo llevarte al mejor hospital en este momento, pero ocupo saber a qué especialista debo buscar.

—No tiene caso...ya no hay solución para mí.

Le dijo Sai palmando su mano a modo de consuelo, pero Naruto solo negó sus palabras.

—No digas eso maldición, solo dime que es lo que pasa

Pero Sai solo le sonrió antes de hablar. —Mi corazón dejara de funcionar y me operaran pronto, pero sé que no lo resistiré, me siento demasiado débil, demasiado enfermo, se que no podré hacerlo.

—Claro que lo harás, te conseguiré lo mejor, sobrevivirás, ya lo veras.

—Naruto, no te llame para eso, se que no tengo derecho ni la cara de para hablarte, pero no podía confiar en nadie más...eres el único ser humano que conozco que la palabra lealtad significa incluso enfrentar la muerte...necesito tu fuerza...necesito que tú te enfrentes lo que yo no vi.

El rubio solo se impaciento y empezó a mandar mensajes a Shinso para que consiguiera una cita ese día si podía al mejor cardiólogo.

—Estás delirando, así que solo te sacaré de aquí.

—No, si me voy ella hará lo posible por desaparecer.

Naruto dejó de teclear al saber a quién se refería. Ni siquiera le había importado ir con la posibilidad de encontrarla.

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