PREFIERO MORIR ©

29.- Una voz demasiado familiar.

Alec

Mamá se sobresaltó al notar que el líquido caliente caía sobre mis piernas, estaba caliente pero la incertidumbre de creer que podría ser la misma mujer, la que yo amaba y de la que se había enamorado mi hermano menor.

Nunca le había contado a Miranda sobre mi familia, pero no porque no quisiera quería proteger a mi sangre de todas las maneras.

Mamá se acercó a apresurada a limpiarme y la deje que lo hiciera mientras miraba a Iker.

— ¿Que te sucede Alec?

— ¿Cómo era? ¿Te dijo su apellido? ¿Por dónde la encontraste corriendo? —le pregunte tratando de contenerme, estaba molesto y no sabía con quién estarlo, él no tenía la culpa de habérsela topado mientras corría, y tampoco de haberla considerado hermosa, porque lo es, hermosa por donde quiera que se le vea como dijo Patrick el día que la conocí.

—Tranquilízate hermano, estas asustando a Isabella—dijo Iker susurrándome, la mire estaba expectante sosteniendo su tenedor y con los ojos muy abiertos mirándome, mamá tan solo permanecía en silencio con una expresión de incertidumbre que me acechaba y me advertía que dejara de comportarme así enfrente de Isabella, se acercó a mí por la espalda y me tomo por los hombros para susurrarme.

—Hijo no estás en el buro, no estas atrapando a nadie, estás en tu casa y tienes una hermana pequeña que no entendería todavía porque es que reaccionas de manera agresiva al escuchar algún nombre, así que por favor trata de tranquilizarte—asentí ante la relajada voz de mi madre, siempre lo hacía, siempre lograba tranquilizarme no importaba porque situación estuviera atravesando, mire a Isabella mirándome tierna y hablando me dirigí hacia ella.

— ¿Qué te parece si por la tarde, te llevo a tomar un helado y al parque, enana?—sonrió ampliamente y se me acerco, la levante para sentarla en mi pierna y me beso la mejilla.

—Sí, si quiero Alec.

—Muy bien enana, ve ordena un poco tu cuarto y te veo por la tarde, ¿está bien?—besé su frente mientras bajaba de mi regazo en un brinquito, mamá la acompaño y antes de dejar de verme me regaño con la mirada, nos dejó solos en el comedor y no sabía por dónde empezar, por una parte la duda me carcomía por saber si hablábamos de la misma mujer y por otro lado quería que olvidara mi reacción. Las posibilidades de que volviera a encontrarse con ella eran de verdad poco probable así que opte por la segunda opción.

— ¿Que fue eso Alec? ¿Por qué carajo reaccionaste así? —pregunto intrigado Iker y lo entendía.

—Lo siento Iker, supongo que tanto tiempo metido en el trabajo en un caso tan vertiginoso me hizo reaccionar así.

—No te preocupes hermano, siempre he entendido que tu trabajo nunca ha sido del todo fácil.

—Gracias Iker—me dio una palmada en la espalda y se fue a su habitación, supongo. Hice lo mismo encerrándome en la mía, me recosté analizando lo perturbado que me tenía Miranda, pensando en cómo recuperarla, lo último que quiero es perderle y si no me doy prisa el tal Evan hará lo que sea para lograr que ella me olvide.

 Miranda

Después de correr, me di una ducha sin planes para hacer nada después, agradecía por fin estar en Nueva York, la habitación de Dubái olía a Alec, cada rincón de esa habitación me lo recordada y eso solo me hacía extrañarlo aunque no quisiese aceptarlo, quería obligarme a odiarlo, pero entre más lo intentaba más imposible me parecía hacerlo, estaba metido en lo más profundo de mi cabeza y mi corazón y sacarlo de donde se encontraba sería una labor titánica, lo más fácil para mi seria sacar a la sanguinaria Miranda y meterle una bala en la cabeza para ahorrarme todo este dolor de su traición y sus mentiras, pero a quien engañaba yo no podría dispararle aunque de eso dependiera mi vida...<<preferiría morir a su lado, antes que tener que matarlo yo>> mi subconsciente me traicionaba recordándome lo que me obligaba a no querer recordar, pero tenía toda la razón, estar sin hacer nada solo hacía más fácil el pensar en él, así que me levante del sillón donde me encontraba frente a la gran pantalla encendida, me cepille el cabello, me vestí y me maquille decidida a pasar mi tarde de sábado con Patrick, le caería de sorpresa en su departamento y saldríamos, solo esperaba que no tuviera planes. Cuando ya estaba casi lista, tocaron a mi puerta.