PREFIERO MORIR ©

63.- Tenemos problemas.

Miranda

La sangre se me congelo y el corazón se me detuvo al reconocer la voz del otro lado de la línea; Samanta me estaba amenazando. Mi cerebro empezó a procesar las palabras de Samanta, cuando empezaba a reaccionar trague saliva con dificultad al descifrar que es lo que quiso decir, mire a Alec que me observaba interrogante, solté la mano de Isabella y deje caer al piso mi bolso.

—El auto es precioso y con Alec al volante lo es aún más... ¿creíste que te dejaríamos en paz para que fueras feliz con Hoffmann? —Samanta creía que Alec iba al volante del BMW. Dejaría que siguiera creyendo eso hasta que me dijera que era lo que pretendía y me regalara minutos preciados de tiempo.

— No me da gusto escuchar tu voz, ni un poquito, pero ¿qué sarta de estupideces estas diciendo?

—No son estupideces...cuando te diga lo que pretendo dejaras de pensar que son estupideces—mientras hablaba tape la bocina del teléfono para que no pudiera escucharme.

—Jessica; lleva a Iker y a Isabella a sus habitaciones, ayúdalos a instalarse—dije tratando de sonreírles lo más sincera posible—Bien suena interesante cuéntamelo todo—dije tratando de sonar irónica destapando la bocina, si me escuchaba con la voz quebrada seria mi fin.

—Vaya que es interesante, el BMW volara en mil pedazos si no cedes a todas y cada una de mis peticiones—palidecí al imaginar que eso pudiera pasar. Alec tomo mi mano expectante de mis reacciones, podía notar que estaba interrogante y preocupado. Observe como Iker e Isabella subían las escaleras, Isabella tan ajena a todo lo que me estaba ocasionando la llamada e Iker confundido.

—Ahora resulta que tengo que portarme condescendiente contigo y obedecerte Samanta—Alec abrió los ojos como platos y me indico que colgara el teléfono, solté la mano de Alec para hacerle una seña a Mike para que se acercara, tape nuevamente la bocina y le hable susurrando—Código ámbar, Mike, prepara a la gente de seguridad, para salir y rastrea el número que me está hablando.

—Manténgalo en línea, señorita, para poder rastrearlo—asentí y el salió corriendo de la mansión.

—Sí, si no quieres que la próxima vez que veas a Alec sea en pedazos—Alec caminaba de un lado a otro, pasándose la mano por el cabello desordenándolo, y eso que aún no sabía que la vida de sus padres pendía de un hilo.

— ¿Qué demonios ocurre, Miranda?—pregunto susurrándome, trague saliva con dificultad, como iba a decirle al amor de mi vida que sus padres están en riesgo por mi culpa.

— ¿No estarás exagerando las cosas como ya te es costumbre, Samanta?—no sabía que más decirle, lo único que sabía era que tenía que mantenerla en línea por lo menos hasta que rastrearan la llamada. Mike entro en la casa de nuevo aproximándose con un pequeño artefacto que emitía varias luces y un sonido recurrente.

—Bueno tú lo juzgaras. Tengo un mando a distancia para hacer estallar la bomba que he puesto en el BMW, tú dirás si quieres que la haga estallar—hablaba de manera tan descarada que mi impotencia me hacía querer llorar.

—Está cifrada la ubicación, deme unos minutos más al teléfono para poder decodificarla—decía Mike mientras movía y tecleaba unas cosas en el aparato con el que había entrado <<Mierda>> maldije para mis adentros.

— ¿De verdad quieres asesinarlo? Digo, porque si no mal recuerdo querías follartelo primero—rio descarada al otro lado del teléfono y volvió a hablar.

—Sí, quería follarmelo primero, pero si tengo que amenazarlo de muerte para que puedas ceder a mis peticiones poder aguantarme las ganas de por vida—presione a Mike con la mirada y el asintió levantado tres dedos, después solo había dos y al final solo uno, hasta que los tres dedos habían desparecido de su mano afirmando.