PREFIERO MORIR ©

77.- Sepultado en secretos.

Miranda

La desesperación, la impotencia y la necesidad de hacer algo para que ellos salieran con vida contando también a Grecia y a Isabella, me estaban invadiendo, trague saliva con dificultad intentando encontrar en mi cabeza algún plan totalmente viable para salir de esta situación que era mucho peor que las otras veces que había estado entre la espada y la pared.

—No creíste que enfrentaría a la Miranda Anderson como las anteriores veces que nos encontramos verdad—dijo con superioridad mientras acomodaba con elegancia la solapa de su saco, esta vez la mirada de superioridad era suya, él era el cazador y nosotros los cazados, y odiaba, repudiaba estar en este lugar—Ahora...agradecería que me siguieran—dijo amable, tanto que casi se lo creo—Ah y no intenten nada, de lo contrario la pequeña lo pagara... ¿cómo dicen que se llama? —preguntó con falsa curiosidad mientras caminábamos escoltados por sus hombres subiendo las ultimas escaleras antes de llegar al último piso del edificio—¿Bella? ¿Esthela? —insistió al notar la ausencia de nuestra respuesta—Vamos quiero conocerla, quizá si conozco su nombre no la asesinare, es una niña muy tierna, a decir verdad es preciosa y ha sido muy valiente...

—Isabella...se llama Isabella Hoffmann—contesto Alec entre dientes furioso mientras le dedicaba una mirada llena de ira, Henry sonrió en su dirección divertido por toda la situación.

—Estimado Hoffmann no quiero hacerle daño, tan solo quiero que Miranda entienda que un trueque es demasiado justo en la mafia y que en este momento estoy siendo generoso con ustedes—dijo mientras abría una puerta metálica que parecía estar muy pesada. Nos habían despojado de nuestras armas, estábamos indefensos, expuestos y sin ninguna salida, nada podía empeorar hasta que observe la escena detrás de la pesada puerta de metal. Grecia estaba atada y amordazada a una silla de madera vieja que parecía poder romperse en cualquier momento, tenía los ojos vendados, mi vista fue hasta su mano que estaba entrelazada con una más pequeña <<Oh por Dios>> murmuro mi subconsciente sintiendo una punzada de dolor cuando observe aquello. Grecia sostenía la mano de Isabella, aferrada a ella con fuerza e Isabella hacia lo mismo, también estaba atada a una silla, amordazada y con los ojos vendados, removiéndose con cada sonido que parecía no identificar en medio de la desesperación de estar privada de la vista, pude ver como largos moratones se extendían por la piel descubierta que su vestido no alcanzaba a cubrir, el vestido blanco, estaba manchado de tierra y <<sangre>> grito mi subconsciente alarmado, el solo hecho de pensar que la sangre pudiera ser suya, cuánto daño le habían hecho a la pequeña niña y todo por mi culpa, reprimí unas lágrimas de impotencia que querían salir por verlas así, regrese mi vista a Grecia, las heridas y golpes de ella parecían más fuertes y profundas que las de Isabella, las marcas de las cuerdas en sus tobillos y en sus muñecas estaban enrojecidas tanto que parecían estar al rojo vivo, trague con dificultad conteniendo un grito e insultos hacia Henry, cualquier movimiento en falso podría costarnos la vida a todos. Observe a Alec estaba temblando, podía ver que la ira lo estaba consumiendo y que también se estaba conteniendo para no ocasionar una matanza. No resistí más y comencé a gritar a Henry dirigiéndome a él, decidida a abofetearlo, Alec quiso detenerme, pero mi odio era más, así que me zafe de su agarre.

— ¡Eres un maldito bastardo...un maldito cobarde por hacerles esto! —dije soltando uno y luego otro golpe en sus mejillas, el puño comenzó a arderme por la fuerza que había implementado y Henry detuvo un tercer golpe, me tomo con fuerza por las muñecas impidiéndome que me alejara de él y que le diera otro golpe en las enrojecidas mejillas, escupió un poco de sangre a un costado de mis pies.