Estoy loco y por eso estoy aquí (Fanfic de Theo James)

Capitulo 35: Central Park

Hay una montaña de ropa amontonada en mi cama. Kate me está ayudando a elegir que llevar hoy. No es una cita, así que principalmente decidí llevar ropa informal, unos tejanos ajustados y cualquier blusa. Pero luego, pensé que no quería ir de cualquier forma. Hace mucho que no me ve, no quiero que piense que he dejado de cuidar mi imagen. Pero a la vez, tampoco quiero que parezca que me he arreglado mucho para esta "cita". Hemos llegado a la conclusión de que quiero ir bien pero no en exceso.

-De acuerdo-dice Kata agotada después de habernos pasado como veinte minutos buscando en el montón de mi ropa- Este es el definitivo-dice esta vez entusiasmada mientras me tiende una prenda que habrá cogido de la montaña de ropa.

Cojo la prenda vestir que me tiende. Lo observo. Es un vestido que me compre en verano. Es un vestido a la altura bajo los muslos, de tela fina y un color arena. Es ajustado en la parte del pecho pero deja caer un poco de vuelo a partir de allí, donde se pone un cinturón marrón claro de un dedo de ancho. Su escote no es muy bajo y sus tirantes finos. Kate, saca unos zapatos del mismo color del delgado cinturón con tacón. Un conjunto perfecto.

-No sé... no me convence-miento.  Su expresión de agotamiento es tan graciosa que no puedo aguantar más la risa- Es broma. Me encanta.

-Genial-celebra-. Pues date prisa en ponértelo si quieres que te ayude a disimular las heridas-ordena.

Me libero de la vieja camisa larga que llevaba y deslizo el fino vestido por mi cuerpo. Me peine y me puse la ropa interior nada más salir de la ducha porque sabía que tardaría en elegir que ropa utilizar. Con rapidez coloco bien el vestido en mi cuerpo y el cinturón decorativo tiene que dar por lo menos dos vueltas para que no salga de su lugar. Por último calzo los bonitos y caros tacones.  Cuando acabo, Kate ya tiene un su mano el maquillaje para borrar rastro a la marca que dejo los dientes de ese nuevo paciente. 

Empiezo a aburrirme con las primeras capas de maquillaje que echa en mi brazo. Una tras otra, intentando que no se vean mis heridas y a su vez, que no se note tampoco el maquillaje. Cuento las rayuelas del suelo hasta que después de unos largos y aburridos minutos, dice:

-Soy la mejor-se alaga a si misma Kate.

-Lo eres-concuerdo dedicándole una sonrisa de oreja a oreja al ver a mi brazo en perfecto estado, sin rastro de maquillaje o heridas.

Me levanto y con cuidado recojo todo el desastre que hay en mi cama, pero Kate me dice que ya lo hará ella.  Hace un día estupendo, tanto que parece finales de mayo en vez de mediados de invierno. Por eso, decidí ponerme ropa de manga corta, no quiero -abrasarme viva. Pero cojo una fina chaqueta por si acaso. Me despido con ella con un abrazo.

-Que te lo pases bien en tu cita con tu novio. Y recuerda: utilizad precaución-dice entre risas.

-No es una cita ni tampoco mi novio. Y yo siempre utilizo precaución. Como un día me quede embarazada, demandare a mi ginecólogo. Tomo la píldora, tengo puesto un DIU... ¿sigo?-pregunto entre risas.

-Pobre ginecólogo-bromea-. Venga, no llegues tarde a tu cita con tu amorcito.

La fulmino con la mirada pero no tardo en reír. Sabe que no me gustan esos estúpidos términos, según los demás, cariñosos como "amor, cielo, cariño...". Son de lo más estúpidos.

La vuelvo a abrazar y me despido de ella antes de salir de la pequeña habitación.  

Salgo por la puerta principal, la misma donde Damien estuvo bromeando con el guardia. Acorde con Thomas, que me recogiera un poco más lejos de la clínica. Solo tengo que andar unos dos minutos, hasta llegar a un pequeño parque infantil en perfecto estado, pero en el que no hay ningún niño. Un parque infantil cerca de una clínica psiquiátrica, donde ves cosas perturbadoras y muchas veces, siniestras, no es de las mejores ideas.

No tardo en ver a Thomas, quien me saluda con la mano y corre hacia mí. Su pelo está más oscuro de lo que recordaba, ahora es castaño chocolate. Thomas fue el único chico con ojos azules con el que salí. Nunca me gusto el prototipo de chico perfecto; rubio y ojos azules. Respeto a quienes les gusta. Pienso que no se dan cuenta que es el mismo prototipo que tienen los hombres de chica perfecta.  Este es uno de los daños que Barbie y Ken hicieron.

Su sonrisa deja ver su perfecta y blanca hilera de dientes. Se ha afeitado, a diferencia de años atrás, cuando siempre tenía barba de dos días. Espeluznantemente, empezó a dejarse la barba de dos días después de haberle dicho que me gustaban los hombres con barba de dos días. Muy espelúznate. Mucho. Aunque yo ya sabía que le gustaba y aparte no soy el centro del mundo, pudo habérsela dejado por otras razones.

-Estás preciosa-dice con una sonrisa mayor.

-Tú tampoco estás nada mal-alago guiñándole un ojo antes de reír.

-Cuanto tiempo-exclama antes de darme un amistoso abrazo.-Espero que nos pasemos bien hoy-dice.

-¿Dónde vamos?-pregunto curiosa.

-Vamos a hacer un picnic. ¿Te parece bien?-pregunta con un poco de preocupación.

-Sí, pero, ¿te parece bien lo que llevo? ¿El vestido?-empiezo a arrepentirme de no haberme puesto unos simples tejanos.

-No-dice demasiado deprisa-, estás perfecta.

Hace un gesto para que vayamos al coche. Abre la puerta del copiloto para mí, cosa que no me gusta. Nunca me gusto que alguien abriera la puerta del coche para mí. Aunque jamás le dije nada, claro. Intento disimular mi mueca de desagrado y entro en el coche. Rodea el coche y se pone al volante. Antes de poner el coche en marcha, me mira y pregunta:

-¿Adivina?

-Este precioso coche no es tuyo. Lo has robado-bromeo, lo que le hace reír.

-Vamos a Central Park-dice-. Te recuerdas ¿verdad?

Intento disimular la sorpresa en mi expresión. No es una sorpresa de ilusión.

-¿Cómo olvidar el lugar de nuestra primera cita?

Genial. Una visita a nuestra pasada relación.

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Hola hermosuras!!! Qué os ha parecido el capitulo? Espero que os haya gustado.

Credme, queria poner una foto del dichoso vestido, pero, he tardado más en buscar un vestido que escribir el capitulo. Finalmente, he decidido imaginarmelo y ya. Me iba a explotar la cabeza igual qu ea Emma cuando se estresa a preguntas de las que no consigue respuestas. No todos tenemos un Damien que nos diga todos los secretos del mundo :-)

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