Capitulo 3: Habitación 209

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El sonido más desagradable del mundo me despierta. Despertadores, no podemos vivir con ellos ni tampoco sin ellos...Escucho a Kate quejarse pero se levanta de la cama de todos modos, igual que yo. Me tengo que tapar los ojos cuando enciendo la luz de la habitación hasta que mis ojos se acostumbren a la luz.

-¡Dichoso despertador!-vuelve a quejarse Kate- Bueno al menos no es el de la señora Clai. Odiaba esas trompetas de militar que tenía como alarma de despertador. El tuyo solo es un "beep-beep beep-beep"-dice imitando la alarma del despertador.

-¿La señora Clai era tu antigua compañera de habitación?-pregunto.

-Sí-contesta.

-¿Sé jubilo?-pregunto curiosa.

-No, murió más o menos hará dos semanas. Fue horrible encontrarla muerta en esa cama-dice intentando borrar esas imágenes de su cabeza.

¿Perdón? ¿Acaba de decirme que he dormido en la misma cama en la que hace dos semanas murió una vieja? ¡Dios! Qué asco. Seguro que se han quedado gérmenes de la vieja inerte. Me dan escalofríos solo de pensarlo. Kate rompe a carcajadas y tiene que ajuntarse la barriga de la risa.

-¡Es broma, tonta! Murió en casa de su hijo-dice entre carcajadas.

-Eso no tiene una pizca de gracia-digo dejando escapar un suspiro, aunque no puedo evitar imaginarme mi cara de susto que debía de estar poniendo-Bueno un poco, pero solo un poco.

Acabamos de vestirnos en silencio y cada una va por su camino. Como ayer solo puede memorizarme algunos de los informes de mis pacientes tengo que llevar los pesados papeles por todas partes.

Cuando llego a la segunda planta siento espantosos gritos y sollozos de una mujer. "¡Charlie! ¡Charlie! ¡Vosotros lo tenéis! ¡Devolvédmelo! ¡Charlie!". Noto como todo mi cuerpo se tensa al límite cuando me doy cuenta que la mujer que solloza el nombre de un tal Charlie es una de mis pacientes. Habitación 197- Lucy Price. Inspira y expira, Emma. Inspira y expira. Con un suspiro profundo, abro la puerta con la llave y entro en la habitación blanca y acolchada. Lucy es una mujer más o menos de la misma edad de Kate pero esta tiene el pelo negro azabache y de piel pálida. Sus ojos inyectados en sangre buscan los míos y su escuálido rostro hace una mueca de dolor.

-¡Devuélvemelo, puta!-grita. Yo no puedo evitar paralizarme, creo que estoy empezando a marearme- Te he dicho que me lo des. ¡Sé que tú lo tienes! ¡Charlie!-dice perdiendo contacto visual conmigo.

-Haz el favor de callar ¿quieres?-dice la voz de un hombre detrás de mí.

Me giro y veo a un hombre alto y delgado de pie junto a mí. Lleva un uniforme de enfermero como el mío pero el suyo consta de camisa y pantalón. Es rubio y con unos ojos verdes claros preciosos. Pasa por mi lado y saca de uno de los cajones de la mesa con ruedas una jeringa. Se acerca a la cama de Lucy y la inyecta lo que da a parecer unos tranquilizantes porque al instante esta queda dormida. Se vuelve hacía mi y dejo escapar un suspiro. Siento como los músculos se relajan. Su bonita sonrisa hace que yo también sonría.

-Hola...soy Emma-me presento.

-Damien, encantado-dice estrechándome la mano-. ¿Eres nueva?

-Sí, hoy es mi primer día-digo y mi mirada vuelve a centrarse en la mujer que hace apenas unos instantes gritaba y sollozaba el nombre de un hombre- Gracias por...- señalo a la mujer dormida de la cama-por ayudarme.

-No ha sido nada, tranquila-me dice con una cálida sonrisa- Es normal que te cueste reaccionar cuando eres nueva, a todos nos pasa. No le des importancia.

Oigo como Lucy empieza a roncar de una manera no humana y tengo que morderme el labio para no reírme. Parece que a Damien le pasa igual y me hace un gesto para que salgamos de la habitación y la dejemos dormir en paz.

Estoy loco y por eso estoy aquí (Fanfic de Theo James)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora