Capitulo 17: ¿Solo preciosa?

2K 116 9
                                    

No sé como lo hará o que crema utiliza, pero nadie podría estar tan perfecto recién despertado. Nadie. Nadie a excepción de James. Tiene los ojos entreabiertos por la repentina luz del día pero rápidamente su vista se acostumbra a la luminosidad. Sus carnosos labios dibujan una pequeña sonrisa, pero esta vez es un poco más grande de lo normal, solo un poco pero lo suficiente para que yo perciba ese detalle en él. Me he acostumbrado a esa sonrisa, que a diferencia de muchas personas, su sonrisa no muestra sus blancos y rectos dientes, la forma en que sus carnosos labios… ¡Concéntrate Emma! Ya vuelvo a estar en las nubes.

Me sorprende muchísimo que James diera en el clavo la semana pasada. Por suerte ya no hay marca absoluta de ninguno de los golpes que recibió. Su rostro vuelve a ser su rostro a pesar que nunca dejó de serlo.

-Veo que alguien está de buen humor a pesar de haberse despertado a base de gritos-observo. No puedo evitar reír al recordar la cara que ha puesto minutos atrás cuando he gritado a todo pulmón para que despertara.

-Sí, no hay nada mejor que despertar con una voz chillona arrebatándote de tu querido sueño-dice sarcástico.

-¿Voz chillona?-pregunto ofendida- Yo no tengo voz chillona-digo cosa que es verdad, puede que tenga muchas cosas, pero voz chillona no está entre ellas.

-En mis sueños sí-dice como si fuera lo más obvio.

-¿Así que sueñas conmigo?-digo bromeando enarcando una ceja. No puedo evitar reír con mi voz no chillona. Voy a echarle en cara de por vida que una vez dijo que tenía voz chillona.

-Cada noche-dice pero no logro descifrar su expresión. Su voz suena tranquila y la sonrisa no ha desaparecido de sus labios.

Dejo de pensar en eso cuando recuerdo que esto no es la hora de explicar que has hecho en el fin de semana con tus padres como en la guardería. Tengo que trabajar. Empecemos pues. Estoy bastante harta de realizar la misma acción, una tras otra, tras muchísimas otras más a lo largo del día. No hago otra cosa.  Revuelvo entre los cajones en busca de la medicación que debe de tomar a esta hora, pero no la encuentro por ninguna parte. Sé que no se han podido acabar porque ayer mismo, yo personalmente deje diez cajas allí. No se han evaporado en el aire así porque si y es imposible que él las haya escondido o cualquier otra cosa. Está esposado a la cama casi las vente y cuatro horas del día excepto para hacer deporte.

Sigo buscando las malditas pastillas pero esta vez en otro de los cajones cuando oigo que la puerta se abre. Se abre y de ella aparece un hombre de por lo menos sesenta años con barba y pelo canoso. Lleva puesta una bata blanca de doctor pero desde aquí no consigo ver el nombre que hay en la etiqueta para identificar a los doctores. Noto como tiene su vista fija en mí y lo más  asqueroso de todo, en mi cuerpo. Maldito pervertido. Parece que se le va a caer la baba como siga mirándome de esa manera, o puede, solo puede, que reciba un rodillazo en la entrepierna “accidentalmente” por mi parte.  Deja de mirarme de la forma en la que hacía, pero sorprendentemente no es por mi expresión de repugnancia hacía este hombre que bien podría ser mi abuelo, sino de los gruñidos provenientes de James. Que lo mira con odio y sus labios han pasado de ser su pequeña sonrisa a unos labios fruncidos.  El doctor se aclara la garganta y dice:

-Venía a informar que el paciente deberá asistir hoy a las cuatro de la tarde a su hora para hablar con el psicólogo-informa.

-¿Qué? No, debe ser un error, Jam…El paciente asiste una hora cada viernes a las once de la mañana-digo.

-Eso era antes, ahora deberá asistir a tres horas por semana a una cita con su psicólogo que soy yo-vuelve a informar.

Este señor no es su psicólogo. De eso estoy segura, nunca he hablado antes con él pero sí que se como es debido a que cada viernes tengo que acompañar a James a terapia individual.

-Hemos decidió asignar al paciente un nuevo psicólogo debido a que con el anterior, no decía media palabra-dice al notar mi expresión de confusión. – Y dicho esto, ya me marcho. Le veré esta tarde señor Kinnaird, y a usted también señorita-dice volviendo su atención a mí.

¿Por qué será que deseo con todas mis ganas estampar su cara contra la puerta? A sí, quizás es debido a que vuelve a mirarme con la boca entreabierta y a punto de caerle la baba. Pero solo es quizás. Juro que como no se marche de esta habitación en menos de diez segundos le llamaré la atención. Y cuando digo llamar la atención, me refiero a amenazarlo con castrarlo como a los animales si no quita su mirada en mí. Sé que parezco totalmente demente hablando, bueno, pensando de esta manera, pero odio que los hombres se me queden mirando. Porque no solo ha sido un doctor canoso, también han sido profesores, compañeros, compañeras, vecinos de mayor edad, vecinos de mi edad… Aunque, algunos de mis compañeros o vecinos no estaban nada mal, pero, por desgracia apenas tenían suficiente capacidad mental como para resolver una simple ecuación de primer grado. Y mayormente, yo solo me siento atraído por hombres inteligentes. Es cierto que haya “utilizado” a algunos chicos con una mentalidad de niños de doce años, pero solo han sido unos pocos. ¡Maldita sea! ¡Emma deja de vivir en las nubes!

-¡¿No ha dicho que se iba?!-escupe James enfurecido.

Después de las groseras, pero totalmente justificadas palabras. El señor abandona la habitación. No puedo evitar esbozar una sonrisa de satisfacción. El hombre parecía completamente aterrado de James, estoy segura que ahora mismo tiene los pelos de punta. Tampoco puedo evitar escupir:

-Maldito pervertido de mierda.

Los labios fruncidos de James vuelven a su pequeña sonrisa, pero esta vez  empieza a reír y me mira con expresión sorprendida.

-Al parecer también me han cambiado de enfermera. No había escuchado ninguna palabra grosera salir de sus labios en ningún momento-dice acompañado de unas risas graves.

-Es verdad, tengo secuestrada a Emma Johnson y le he quitado su preciosa cara para ponerla en la mía-bromea señalando mi rostro con una sonrisa inocente y pestañeando las pestañas como una niña de seis años.

-¿Solo preciosa?-murmura.

- - - - - - - -  - - - -- - - - - - - - - - - - -  - - - -

Hola hermosuras! Ah!!!!! Ya he visto Insurgente!!!! Me ha encantado la película pero estoy muy consternada respecto a ella. LO HAN CAMBIADO ABSOLUTAMENTE TODO Y SOLO HAN DEJADO PEQUEÑAS (ENANAS) PARTES DEL LIBRO!!! SE LO HAN INVENTADO TODO!!!!

Y a mi personalmente, me gustaba más como represento Theo James a Cuatro en Divergente que en Insurgente. Me gusto muchisimo como carectirizo el papel de chico malo, misterioso y sexy. Muy sexi. Muchisimo... Igualmente me ha gustado en la secuela, pero no es lo mismo. Y ademas, continua siendo Theo James. THEO JAMES SEÑORES Y SEÑORAS!!! No quiero hacer spoiler de la pelicula para los que no la hayan visto todavia pero solo dire que su papel ha cambiado mucho. A pasado de sexy instructor a tierno novio.

Esto solo es mi opinión que conste. Y me encantaría saber la vuestra. Decidme si os a gustado la peli o que pensais de ella. Ya de paso decidme tambien si os gusta mi historia.

Esta nota de autora se esta alargando demasiado... Bugh, da igual. Aunque me de igual, es momento de despedirme. Nos leemos! Bye!!!!

LUCHEMOS TODOS JUNTOS POR UN MUNDO SIN SPOILERS!!!! (y por un mundo sin Janine (solo los que leyeron la saga Divergente sabran a lo que me refiero)

Estoy loco y por eso estoy aquí (Fanfic de Theo James)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora