-De nuevo: lo siento, Thomas-vuelvo a disculparme.
Thomas pone los ojos en blanco, suspira y me dedica una mirada divertida. Estamos en un Starbucks tomando cerca de un centro comercial. Solíamos ir al Starbucks más cerca y pasar horas y horas charlando. Yo, como neoyorquina que soy, estoy tomando una taza grande de café solo. Thomas da un pequeño sorbo a lo que él llama café, para mí, es una mezcla de muchas cosas y una semilla de cafeto, y dice:
-Y de nuevo, Emma: no tienes que disculparte. Esta es la decima vez que te disculpas en lo que llevamos de día, y solo son las seis y media. Ha sido una emergencia que no ha durado más de hora y media-dice con exasperación aunque detecto humor detrás de sus palabras.
-¿Tan aburrida soy que te pones a contar las veces que repito una cosa?-bromeo enarcando una ceja.
-Demasiado aburrida para mi gusto-continua mi broma.
Me río a carcajadas a pesar de estar riéndose de mí. Pero la expresión fingida de agotamiento es de lo más divertida. No tarda mucho en acompañarme y acabamos pareciendo unos locos riendo por una tontería.
Cuando las risas cesan, no me pasa por desapercibido que centra su atención en mis labios. Esbozo una sonrisa aunque no sé el por qué. Tampoco, el hecho de sus mejillas sonrojadas y su amplia sonrisa.
-Creo saber la manera de divertirnos-se inclina sobre su silla y me susurra en el oído-. Podríamos ir a la habitación de mi hotel. Los dos solos.
-Thomas, Thomas-digo regando con la cabeza y una sonrisa en los labios-. Siempre pensando en el sexo. Ves a por el coche mientras yo pago-digo y no le doy tiempo a decir nada. Simplemente me levanto de mi asiento y voy hacia la cajera para pagar nuestro pedido.
La cola para pagar no es muy larga pero sí que tengo que esperar unos cuantos minutos hasta que llegue mi turno. Parece que la idea de acostarse conmigo le gusta a Thomas. Ni siquiera he llegado a pagar cuando él me envía un mensaje diciendo que tiene el coche en la entrada esperándome. Por fin, llega mi turno y pago tan rápido como me dicen lo que debo. Salgo a toda prisa.
Me encuentro a Thomas apoyado en su coche. Me dedica una mirada traviesa y me hace un gesto para que suba al coche. Casi corro para entrar al coche y llegar a su habitación lo más rápido posible. Sé que si lo que quiero es una cita de amigos, el hecho de que, básicamente, acabo de aceptar acostarme con él, no es de mis mejores ideas. Pero si mi memoria no me falla, y no acostumbra a hacerlo, en el tema del sexo, Thomas sabe qué hacer. Y por suerte, yo también.
No perdemos tiempo. En los semáforos en rojo nos tocamos por encima de la ropa y cuando este, se pone en verde, nos quedamos ambos deseosos de más. Muerdo mi labio interior con tanta fuerza por la impaciencia que temo hacerme una herida. Afortunadamente, el hotel no está a más de quince minutos en coche del Starbucks. Antes de darme cuenta, estamos frente al hotel y Thomas da las llaves del precioso coche a un aparca-coches. Me coge de la mano y me lleva al interior corriendo ansioso, como yo. Desgraciadamente, en el ascensor que nos lleva a la planta donde se encuentra su habitación, no estamos solos. Por lo que intentamos mantenernos a raya, sobretodo, por que quien nos acompaña es una madre con dos niños pequeños. Mejor que aprendan estas cosas en internet y no en el ascensor de un hotel.
Las puertas del ascensor se abren y salimos casi corriendo. Abre la puerta con una mano. Ni siquiera hemos entrado en la habitación cuando él ya me tiene cogida por la parte baja de mi trasero y mis piernas están alrededor de su cadera. Cierra la puerta con una mano y avanza por la habitación. Junto nuestros labios y mi lengua entre en su boca sin permiso. No me doy cuenta hasta que se deja caer llevándome consigo a una cama de dos personas con una colcha blanca con detalles plateados.
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Estoy loco y por eso estoy aquí (Fanfic de Theo James)
FanfictionJamás pensé que eso acabaría sucediendo. Jamás pude si quiera pensar en ello. Acababa de empezar a trabajar en una clínica psiquiátrica, donde dementes y más, están internados en el. Pero, nunca pensé, que alguien como él, como James, pudiera apare...