Capitulo 29: Lo harán

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Torpemente, consigue meter la llave en la cerradura y abrir la puerta de su habitación. Todo el camino desde el comedor hasta aquí, me ha tenido cogida de la mano. La palma de su mano empieza a sudar. Es por esa razón que no me gusta ir cogida de la mano con alguien. Siempre sudan o, intencionalmente, aprietan demasiado.

Por fin, consigue abrir la puerta y paso detrás de él. Una vez en medio de la pequeña habitación, cierra la puerta. A paso rápido, avanza hasta mí mientras se quita la camiseta azul clara. Sus caderas son estrechas y sus hombros un poco anchos. Tiene musculo pero no tanto como...Es atractivo.

-Quítate la ropa-parece una orden. En otra ocasión me negaría y me pondría aún más ropa encima, pero me apetece esto.

Deshago el moño alto dejando caer mi pelo castaño por mis hombros hasta llegar por encima de media espalda. Rápidamente me descalzo y me quito el vestido-uniforme rosa palo, quedando en mi conjunto de ropa interior negro. Siempre procuro llevar ropa interior bonita o sensual, exactamente por estas situaciones inesperadas.

Recorre todo mi cuerpo, deteniéndose en zonas, con la mirada. Se ha separado unos pasos atrás para tener una buena perspectiva de mi cuerpo casi desnudo. Siento una oleada de felicidad y orgullo cuando, lo que ve causa una reacción en él al instante. Me desilusiona un poco su medida.

-Joder...-murmura. Por poco que no babea. —Agárrate del cabecero de la cama-dice como una orden, aunque no lo parece del todo porque su tono de voz es un hilo.

-Directo al grano ¿no?-digo dejando escapar una risita- ¿No te apetece jugar un poco, Dave?

Con las puntas de los dedos, toco el broche del sujetador, pero, cuando veo que los ojos casi se le salen de las orbitas, dejo caer la mano a mi costado. Se sorprende al ver que acabo de tomarle el pelo y una sonrisa traviesa se dibuja en sus labios.

-¿Quieres jugar? Pues juguemos.

Se acerca a mí con grandes zancadas. En cuando estamos cara a cara, doy un pequeño salto y envuelvo su cintura con mis piernas. Me lleva hasta la cama donde nos tira suavemente a los dos aunque, a la vez, es un gesto rápido y urgente. Mi espalda toca el delgado colchón y  la cama chirria bajo nuestro peso.

Empieza a depositar besos húmedos desde mi oreja hasta llegar a la altura de mi clavícula. Trago duro, cuando su lengua se va deslizando hasta llegar a mi ombligo, y de ahí, continua bajando, pero se detiene justo encima de donde la tela de mi ropa interior empieza. Su mirada me busca con urgencia.

-No aguanto más con estos jueguecitos de mierda. Por favor, agárrate del cabecero-casi suplica por la anticipación.

De nuevo, una risilla brota de mis labios. A pesar de que estaba disfrutando, hago lo que me pide. Noto como el peso de su cuerpo se desvanece del mío para poder acomodarme.

Mi espalda toca la pared y mis manos sujetan el cabecero. Una sonrisa traviesa aparece en mis labios, solo porque sé que no es esa la forma que me pide en la que me coloque. Antes de que replique, pongo un dedo en sus labios para callarlo. Me posiciono cara contra la pared, dejando mi trasero en su pleno campo de visión. Justo cuando sus manos empiecen a ahuecar mi trasero, digo:

-Condón-ordeno.

El colchón se levanta a falta del peso de su cuerpo. Escucho como rebusca entre un cajón hasta encontrar lo que buscaba. Me giro un poco para encontrarme con él y una sobrecito plateado en sus dedos.  No aparto la mirada hasta ver como se pone el preservativo en su miembro erecto. Es entonces, cuando vuelvo la vista a la pared blanca aunque, debido al tiempo, ahora es grisácea.

Sus manos vuelven con la tarea de antes. Escucho como murmura cosas que no consigo entender. La cama vuelve a chirriar cuando apoya todo su cuerpo sobre las rodillas. Una de sus manos asciende por mi columna vertebral mientras que la otra sigue la acción. Ya empieza. Muerdo mi labio solo de pensarlo. Pero, de momento, la mano que tenía anteriormente en mi trasero, que ahora no continua con su caricia, está en el aire. Pasan unos cuantos segundos y me muerdo de la anticipación.

Es entonces, cuando su mano choca contra mi trasero. Mi cuerpo empieza a tensarse, pero tampoco ha sido fuerte. Mucha gente da palmaditas en el trasero mientras lo hace. Pero lo vuelve a hacer, y esta vez un poco, solo un poco, más fuerte. 

Me giro al instante y le encaro. Le empujo para apartarlo de mí. Parece sorprendido por mi acto.

-¿Qué te crees que estás haciendo?-casi grito.

-Oh vamos-dice-, a todas os gusta sentir el dolor en medio revolcón.

-¿¡Eres imbécil o que!?-vuelvo a gritar.

Me levanto de la cama, no sin antes, volver a empujarlo. Recojo mi ropa pero no me la pongo porque no quiero estar cerca de este imbécil un minuto más.

-¿A dónde vas?-pregunta incrédulo.

-Lejos de ti, gilipollas-contesto con gritos.

-Serás calienta pollas...

-Y tú sádico, capullo...-dejo escapar un grito ahogado por no ocurrírseme más insultos.

-¡Qué te follen!-grita de cambio.

-Y lo harán, créeme-digo-, pero tu no.





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Hola hermosuras!!!!! GUAUUUUUUU ... Realmente no tengo palabras para comentar este cap.

Espero que no os haya incomodado mucho la subida de tono. Este es mi primer cap un poco HOT. Espero que haya quedado medianamente bien...

Por cierto, olvide comentarlo el cap anterior. Me inspire en Dave (alias sadico del sexo) en James Franco. Basicamente porque el y THEO JAMES se parecen una varvaridad.

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LUCHEMOS TODOS JUNTOS POR UN MUNDO SIN SPOILERS!!!

Estoy loco y por eso estoy aquí (Fanfic de Theo James)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora