CAPITULO 10

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No se por cuantas horas he estado corriendo, me siento agotada, acongojada por todo lo que me ha estado pasando, es como si Dios me estuviera castigando sin razón alguna, he perdido mucho en mi vida y justo ahora cuando algo bueno me ocurre tiene que aparecer Omar Abbar para arruinar mis planes, mis sueños, mi forma de pensar y vivir. ¿Quién se cree que es?, nadie, absolutamente nadie tiene el derecho a cambiarme, a ser tan osado y exigirme ser otra persona, doblegarme a voluntad de alguien que ni remotamente conozco.

Es un maldito degenerado, lo odio, odio tener que estar bajo su control y no pude elegir mejor momento para huir que este, por lo menos si me encuentra tengo la excusa de decirle que todo esto que hice fue por su culpa, yo no elegí estar dentro de su vida, el me obligo, me arrastro a escapar de él y su vida absurda, llena de obligaciones y deberes que no quiero tener.

No pienso ser la mujer del árabe, ni mucho menos bajare mi cabeza ante nadie, por mí se puede ir a la mierda con todo y sus formas de pensar retrogradas y fuera de la actualidad. No sé cómo llegue ni cuantas horas me tarde para llegar pero apenas vi la estación de policía entre y pedí un teléfono para llamar.

A la única que conocía y que sabía podría ayudarme es la señora Ji. Sabía que esto no me iba a salir nada barato pero preferí arriesgarme a pedir ayuda y llegar a un trato con ella para pagar el favor. No tardó mucho en contestar al segundo repique escuche su voz tras el comunicador.

—Buenas…

—Señora, mi señora soy yo Gema —respondo con desespero, llena de una esperanza aliviadora.

—¿Gema cariño dónde estás?, he estado intentando contactar contigo, incluso he puesto una denuncia pero no he sabido noticias de ti.

—El me secuestro, me llevo a su mansión y no tuve de otra más que… más que obedecer —digo entre emoción, lágrimas y mil sentimientos encontrados.

—Gema Cielo, no te preocupes yo te…—alguien me quita el teléfono de la mano, no me da ni tiempo de reaccionar cuando siento que alguien me alza y me coloca sobre sus hombros. Mi primera reacción es gritar y patalear pero al escuchar aquella voz decir mi nombre con reclamo me paralice.

—¡Gema, Gema, Gema!, no sabes lo decepcionado que estoy de ti —murmura un furioso Omar que camina hacia las afueras de la estación de policía. Cuando llega cerca de uno de sus tantos autos me baja y me toma con fuerza del brazo. Lo escucho hablar en su idioma con una de los agentes he incluso se rie con ello, el miedo empieza a envolverme poco a poco, no sabía que hacer incluso pensé en correr pero estamos rodeados de los hombres de Omar incluso su hermano Harum está aquí también, este me mira con su ceño fruncido y una sonrisa maligna en sus labios —¡sube al puto auto! —demanda minutos después de hablar con aquellos policías corruptos.

—Si no me da la gana, ¿Qué?, acaso piensas hacerme algo —le enfrento soltándome de su agarre y parándome frente a él con la cabeza en alto.

—Juro que conocerás al verdadero Omar Abbar y creo que no te gustaras saber de lo bueno que soy castigando a las personas que no obedecen mis órdenes, ahora ¡SUBE AL AUTO! —grita furioso haciendo que mi cuerpo se estremezca y que por auto defensa obedezca. El no tarda mucho en adentrarse en el auto y ordenar que nos lleven a la mansión.

El sube el vidrio que divide la parte del conductor y los pasajeros, cuando esta se cierra completamente el me jala hacia su cuerpo y aprisiona en mio con sus brazos.

Me remuevo, trato a toda costa alejarlo pero me rindo, lo miro enojada —ahora me castigaras, ¡PUES ADELANTE!, no te tengo miedo.

—Cuanto me gustaría joderte como hago con mis enemigos pero dudo mucho que sobrevivas cariño. Sabes… creo que fue un maldito error confiarme demasiado en ti, y para evitar eso voy a tomar medidas muy drásticas.

CAER ENTRE LAS SABANAS DE OMAR ABBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora