CAPITULO 16

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GEMA.

Cada paso que daba me llevaba hacia mi libertad, no vacile ni un segundo hasta que en mi mente apareció el rostro de Omar y su amenaza, esa que me erizo hasta el ultimo bello de mi cuerpo, he de admitir que escucharlo fue un bálsamo de placer para mis mas oscuros pensamientos, ahora subía las escaleras del jet con una sonrisa en el rostro y una incomodidad en mi corazón.

Quise mirar atrás, solo tenia que girarme, pero no lo hice, sabia que si miraba la hermosa ciudad de los emiratos árabes sería capaz de volver a su lado, pero eso no sucedería en este caso. Todo el viaje fue relajado mas aun cuando el Jet privado tenía todas las comodidades que un simple mortal no puede tener, joder cada rincón del avión es puro lujo un lujo que solo se lo pueden dar las personas que tienen dinero para botar en el aire cosa que Omar Abbar tenía, aunque nunca pregunte en que trabajaba.

15 horas de viaje tuve que calarme para después bajar aun con esa presión en mi pecho. Jure que esta vez no me dominaría la nostalgia, me dije a mi misma que lo que sentía por Omar es el síndrome de Estocolmo, me dije que podría seguir viviendo la vida que tenía antes de conocerlo, pero... pero apenas mis tacones Versace tocaron tierra estadounidense lo supe.

No lo superaría, no superaría a Omar ya que el es inolvidable, el se robo una parte de mi que estaba seguro que no me devolvería.

Entonces recuerdo su amenaza... "Un mes Gema, solo tienes un mes para jugar a tu antigua vida y volver a mí por tu propio pie, si no vienes en un mes yo mismo te buscare y no te gustara lo que hare"

Suelto un suspiro, tenia que pensar en algo rápido, o por lo menos buscar la manera de irme sin que él lo supiera. Lo sabía, aunque me dio la libertad sus secuaces están aquí para vigilarme, incluso había una BMW esperando en la pista de aterrizaje, junto al auto un hombre vestido de negro con gafas y otros autos todos terrenos detrás. Cuando pregunté quiénes eran el hombre llamado Salik respondió que de ahora en adelante ellos serían los que me cuidarían durante mi estadía aquí, cuando les dije que no era necesario se negaron a irse y simplemente el tal Salik me convenció de subir al auto para llevarme al nuevo apartamento que Omar compro para mí.

Por mucho que quería luchar contra la corriente no podía, estaba mas que claro que Omar Abbar no estaba dispuesto a dejarme ir. Suelto un suspiro, no me sorprendía para nada que él no fuera capaz de cumplir lo que prometió. Me siento como un perro, ese que le dejan la correa larga para después jalarla y ahogarme con ella.

Al llegar al apartamento acomodo mis cosas en la habitación principal, no me tomo la molestia de mirar nada necesitaba respirar aire, necesitaba todo lo posible liberarme de esta presión que siento en el pecho, mas ahora que tengo mas de dos llamadas de Omar en el teléfono.

No me he atrevido contestarle incluso no he leído ninguno de los mensajes que me mando hace dos horas. Aprovecho que es temprano para darme un baño y dar una vuelta por la ciudad, tan solo han pasado casi dos meses desde aquel día en que me desperté en la fortaleza de Omar Abbar, casi dos meses desde la primera vez que lo vi y sus ojos me consumieron como dos flamas ardientes dispuestas arrasar todo a su paso.

Me visto con lo primero que encuentro y salgo del departamento, lo primero que veo cuando salgo son a los guardaespaldas de Omar, los ignoro y sigo mi camino.

—Señora ¿A dónde va? —no respondo, sigo caminando, disfrutando de la brisa fresca de New York, el cielo esta gris lo mas posible es que llueva —señora por favor dígame a donde quiere ir para llev... —me giro y lo miro mal.

—¡Maldición!, es que acaso no lo entiende no quiero que me sigas, deseo estar sola disfrutar de la ciudad en donde nací, es muy difícil para tu jefe comprender eso —digo ya cansada de que me siga como un perro bajo mis faldas. El hombre no dice nada solo me mira neutro.

CAER ENTRE LAS SABANAS DE OMAR ABBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora