Dicen que el tiempo cura todo, incluso te hace olvidar los momentos difíciles y esos momentos quedan enterrados en un pasado igual de difícil maquillados por una felicidad que no creí que llegaría a tener. Los musulmanes tienen una frase muy común donde se refieren al destino, Maktub estaba escrito y si... mi destino estaba más que escrito que Omar seria mi dueño, mi señor, mi hombre, mi marido.
Ya no podía seguir negándome lo que sentía por él, ya no podía seguir huyendo mucho menos con un hijo suyo creciendo dentro de mi vientre.
El amor puede curar muchas heridas, ese sentimiento pleno de emoción vibrante de pasión peligrosamente excitante, Omar Abbar es todo eso y mucho más, desde el tipo completamente cruel como lo fue un principio y como lo ha sido durante este tiempo fuera de mi vista, como el hombre jodidamente pasional, amoroso, cariñoso malditamente explosivo.
Me enamore de sus tres versiones, me enamore de un hombre cuya religión mantiene sometida a las mujeres, me quede prendada de su mirada acalorada, de sus toques suaves pero firmes, me enamore de esa versión dulce de él, sobre protectoramente posesivo.
No podemos evitar lo inevitable y mucho menos ahora cuando el peligro me pisa los talones y mi deber como esposa de un hombre de la oscuridad esta pesando sobre mis hombros.
Han pasado los meses y el parto de mi bebé esta mas que cerca, ya no aguanto los pies ni el peso de mi enorme barriga. He subido de peso cosa que me tiene más depresiva que nunca, Omar ha tratado todo lo posible de subirme el animo incluso me hace cambiar de opinión de vez en cuando con un sexo increíblemente placentero.
Como lo esta haciendo ahora con su cabeza enterrada entre medio de mis piernas, pasando su cálida lengua por mis labios vaginales, chupando mi clítoris con demasiada jodida atención, haciendo que mi cuerpo convulsione y sienta espasmos liberadores.
—¡Mmm Dios... Omar! —gimo su dejar de arquearme, de estrujar su rostro contra mi sexo, mis manos están sobre su cabeza, mis dedos hundidos en sus risos oscuros.
—Estas tan húmeda... —dice mientras toma mi botón y lo agarra entre los dientes mordiéndolo levemente. Muerdo mi labio inferior queriendo atrapar mis gemidos, pero es imposible hacerlo cuando mete dos dedos dentro de mi y me penetra con ellos.
Esta tan jodidamente bueno que no pasa muchos minutos cuando ya me he corrido. Omar besa la parte interna de mi entre pierna, besa mi abultado vientre y justo en ese momento en que sus labios se posa a un costado de ella el bebé se mueve dándole una patada dolorosamente, haciendo reír a su padre.
—Pequeño hijo —murmura amorosamente y vuelve a besar ese mismo lugar.
Acaricio su mejilla con esa emoción haciéndome cosquillas en mi estómago, cada gesto de amor de su parte remueve algo en mi que quise muchas veces ignorar, pero ya no más, ya dejé atrás lo que fui una vez y ahora solo me enfoco en lo que soy ahora, la esposa, la mujer de Omar Abbar.
—No te detengas qalbi, no te detengas —gimo famélica de más. El sigue besando mi piel hasta que llega a mi rostro y besa mi boca con ambrosia, apoyando sus brazos a cada lado de mi cabeza, haciendo que su miembro erecto rose esta parte aun sensible de mí.
Lo necesito, necesito al hombre cuyo poder me envuelve, cuya hombría me enloquece. Quiero que me folle hasta la saciedad, que me haga suya como nunca lo ha hecho.
—Oh si...—murmuro cuando toma una de mis piernas alzándola un poco para poder alinear cómodamente su polla en mi vagina, penetrándome delicada y tortuosamente, haciéndome emitir un ruidoso gemido de placer.
Muerdo mi labio inferior sintiendo que voy a derrumbarme en cualquier momento, sintiendo como cada fibra de mi cuerpo se enciende.
—Oh Dios, SI, SI cariño córrete con mi polla dentro de ti —gime un descontrolado Omar que no deja de penetrarme una y otra vez hasta que me corro sin poder seguir reteniéndolo. Omar me penetra unas cuantas veces mas hasta que su semilla me llena completamente.
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CAER ENTRE LAS SABANAS DE OMAR ABBAR
RomanceGema Moore es una chica estadounidense que ha viajado a Dubái como modelo de la diseñadora Armani Ji, siendo su primer viaje fuera de los Estados Unidos se vio envuelta entre la emoción por esta enorme oportunidad, comienzo de su carrera como modelo...