CAPITULO 20

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El me hace poner de pie, sus ojos recorren mi cuerpo como un águila al asecho, la sonrisa que aparece en su rostro me pone aun mas nerviosa, es como si fuera la primera vez que estuviera a solas con el cuándo no es así. No digo nada, solo espero que él actúe, a que él tenga el control como siempre lo ha estado teniendo.

—Eres demasiado hermosa cariño, no se como pueda sacar esta imagen tuya de mi cabeza —se posa detrás de mi y acaricia mi espalda —tu así... vestida de blanco, o como estas ahora con esta bata blanca que se te pega a la piel como una segunda piel. Eres un pecado Gema, un delicioso pecado.

—Termina con esto de una buena vez, no lo prolongues más —murmuro cerrando mis ojos al sentir como sus dedos bajan los tirantes de mi bata y recorren la piel desnuda de mis hombros. Su respiración choca contra mi cuello haciendo que mi piel se erice al momento.

—Temes que te torture he, deseas que termine rápido porque tienes miedo a como puedo hacerte sentir por horas, al tal punto que parezca una tortura habibi, temes que vuelva hacer latir tu corazón y que tu cuerpo te traicione en el instante en que mis manos empiecen hacer su trabajo.

—No... —respondo casi en un susurro.

—Derretiré el hielo entre nosotros, y te convertirás en la esposa sumisa que siempre he visto en ti habibi. Será muy fácil, divertido, extraordinariamente fascinante verte desfallecer en mis brazos, derretirte bajo mi cuerpo deseando que siga y nunca pare. Estas destinada a ser mía hasta que muera, hasta que ambos muramos de viejitos.

—Estas loco Omar, estas completamente loco —quiero alejarme, librarme de su toque febril, pero una vez mas mi cuerpo no responde al suyo.

—En efecto cariño, eres una droga para mi será muy difícil que me aleje de ti por días y noches. Se que lo disfrutaras tanto como yo —me gira, estoy completamente desnuda frente a él, sus ojos se posan en mis pechos pequeños pero lo suficientemente grandes como para encajar en sus manos venosas.

Jadeo, no puedo soportarlo, no puedo resistirme al placer que me hace sentir sus caricias, ni mucho menos al gusto que siento que su boca en este momento se este encargando de esa parte tan sensible de mí. Su boca esta sobre la piel rosada de mi pezón, su lengua juega con ella como un bebé, es como si lo amamantara, es demasiado satisfactorio.

Muerdo mi labio inferior, mi cabeza cae hacia atrás incapaz de mantenerla en su sitio —Ouh Mmm —gimo en el momento en que su mano se mete entre mis bragas y toca ese punto erógeno de mi cuerpo.

—Eso cariño déjate llevar por mi toque ansioso —no respondo solo me dejo dominar por el placer que ahora me esta dando con sus dedos —que mojada estas jamilati —sus dedos chapotean al entrar en mi agujero y los mueve rápido dentro tocando el ese punto G que la mayoría de las mujeres que tienen experiencias sexuales suelen hablar.

—¡Oh Dios esto es demasiado! —murmuro atropelladamente. Él se aleja de mi para desvestirse. Veo como cada prenda cae al suelo hasta quedar completamente desnudo. Por un momento pienso en la realidad que ambos estamos viviendo, en lo cruel que ha sido Omar al obligarme a aceptarle, es una puta locura una que a pesar de todo sigo disfrutando, desde su presencia hasta sus toques suaves por las noches, es inevitable que mi cuerpo se niegue al suyo, que mis ojos no puedan mirarle cuando aparece en cada parte.

Le amo, no hay duda de ello y aunque quiera negármelo a mi misma esta noche no tengo control sobre mi ni mis pensamientos.

—Te deseo Gema como no tienes idea —murmura acortando la distancia entre nosotros. Él rodea mi cintura con su brazo y pega su cuerpo al mío. Su nariz roza la mía de manera cariñosa, esa melosidad que me calienta el corazón y me hace pensar en cosas realmente tontas.

CAER ENTRE LAS SABANAS DE OMAR ABBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora