CAPITULO 15

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GEMA.

Alguna vez has sentido como se te va el aire, como tu corazón deja de latir, como tu cuerpo te traiciona y actúa en contra de tu voluntad. Alguna vez has sentido ese sentimiento de pérdida que a su vez se convierte en dependencia una que ya no te deja ser lo que fuiste días atrás. Así me siento yo, una mujer que fue cautiva por un hombre obsesionado que me tomo a la fuerza y me obligo a depender de él.

Omar Abbar, un príncipe oscuro, un hombre de la noche ese que invade tu cabeza y se sienta en tu corazón sin importarle herirte con su simple presencia.

Estaba entre la espada y la pared, el me arrincono en su palacio de la oscuridad y me hizo suya a tal grado que no puedo pensar en estar con otro hombre que no sea él, me marco, me lleno de una ilusión que no puedo ni siquiera pensar con claridad, como era posible que mi corazón sea capaz de confiar en un hombre que lo único que ha hecho es engañarme, dominarme, maltratarme, encerrarme, lo único que ha hecho es llenarme de lujos para así comprar mi amor con sus riquezas.

Por mucho que ame a ese hombre si es que esto lo que estoy siento es amor, no pretendo que me compre ni mucho menos que me rebaje a tal grado de tener que bajar la cabeza ante su familia. No lo hare, no seré una más de sus mujeres ni mucho menos bajare mi cabeza ante nadie.

Soy Gema Moore, una simple chica de new york que ha tenido una vida de mierda que por pura suerte modelo uno de los famosos vestidos de Ji Armani. Cumpliré el sueño de ser grande en el mundo de la fama, quiero dejar mi propia huella en este camino de prejuicios, por lo que no pienso seguir siendo la sombra de los demás.

Eso me propongo mientras voy en el auto de Omar, me ha sorprendido su decisión, ayer cuando me tomo como un cavernícola hambriento me deje llevar por el tonto amor de mi corazón, por mis instintos carnales, me deje llevar por su mirada penetrante esa que es capaz de hacer que cualquier hombre se arrodille ante él.

Omar es un pecado andante, un pecado que yo no estaba dispuesta a seguir pecando.

Lo vi encerrarse en su despacho, aunque mi corazón quería estar con él la razón de mi cabeza me ayudo a subir las escaleras, pensé en todo lo que deje atrás, empaque mis cosas en una gran maleta, no tenía pensado llevarme nada pero Omar fue claro al decirme que era libre de llevarme todo lo que me regalo si así lo deseaba.

Solo tomo algunos conjuntos sencillos, dejo a un lado las joyas eso es lo de menos que me importa, cierro la maleta y tomo el enterizo que elegí para llevarme puesto. Me doy una ducha caliente feliz de que al fin puedo irme de aquí, sonrió, canto, incluso mientras me visto bailo.

Al bajar las escaleras con decisión lo veo allí en medio del salón principal aun con la ropa de la noche anterior, con su cabello revuelto, su ceño fruncido, aquellos labios carnosos rodeados con una incipiente barba haciéndolo ver varonil y tan maduramente oscuro.

Como podría olvidar a un hombre así, como mi corazón podría sacarlo de mi vida si desde que me tomo como suya me hizo dependiente de él, como me acostumbraría a no dormir con su brazo alrededor de mi cuerpo, con su calor envolviéndome cada noche, haciéndome su mujer, follandome como solo él lo sabría hacer a pesar de no tener muchas experiencias sexuales.

No lo sabía pero buscaría la forma de huir de él.

OMAR.

Mis manos se hacen puños, apenas entro en mi despacho, no puedo soportar el sentimiento de pérdida esa que me carcome por dentro y me hace sentir débil, un maldito debilucho que no puede soportar ver a la mujer que quiere irse. Lo prometí, prometí darle su libertad y eso hare aunque entre mis planes también está la opción de ir con ella, de seguir cada paso que dé, de estar al pendiente de lo que necesite, protegerla de la crueldad que le rodea.

CAER ENTRE LAS SABANAS DE OMAR ABBARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora