Con el tiempo aprendes que la vida es tan solo una sola, de que incluso puedes desaparecer en cuestión de segundos. Al abrir mis ojos la luz fue lo primero que choco contra mí, estaba en un hospital, mi barriga ya no estaba, y casi no podía moverme. Cada partícula de mi cuerpo duele, es como si millones de aguja pincharan mi piel.
Trato de acomodarme en la cama de hospital en una posición sentada, pero es algo inútil por lo que miro a mi alrededor y me encuentro con una escena bastante conmovedora. Mi esposo… mi amado esposo, hombre de las tabernas, musulmán obsesionado, un maldito hombre de la mafia emiratí, mi luz y vida se encontraba profundamente dormido en uno de los sofás que hay en la estancia.
Suelto un suspiro pesado y me quedo viendo a mi marido dormir, es tan guapo. La puerta se abre y de ella desciende una enfermera, apenas entra le hago una señal de silencio y ella siente con una enorme sonrisa.
La mujer entra con una tableta en sus manos, cuando está cerca de mi empieza a trabajar en su expediente —su esposo se ha mantenido a su lado toda la noche, que bueno que ya este despierta el bebé necesita que le amamante.
—¿Mi hijo se encuentra aquí? —pregunto emocionada.
—Si, su esposo lo trajo consigo cuando la trajo a usted. Fue revisado por los especialistas pediatras, aunque es prematuro nació sano con todas sus partes completamente desarrolladas —voy a decir algo más, pero escucho como mi marido se mueve y abre esos enormes ojos preciosos que tiene.
Él al verme despierta se pone de pie y se sienta a mi lado. Toma mi mano entre las suyas y besa mis nudillos —esposa mía…
—Esposo —murmuro aun con la voz ronca —has dormido algo —él me regala una de sus sonrisas suaves y asiente.
—Estaba muy preocupado por ti, ayer casi me da un paro cardiaco cuando no vi que despertabas —sonrió —te he echado de menos cariño mío.
—Igual yo. Aun me queda suficiente vida para seguir fastidiando tu vida y la vida de tu madre —una risa estruendosa sale de su garganta. Posa su grande mano sobre mi mejilla y con sus ojos muy fijos en los míos dice.
—No hay razón en este mundo como para que yo te deje de amar como te amo, no hay locura tuya que me fastidie Gema, eres mi imperio, mi luna creciente, la mujer de la que me enamore a primera vista —él deposita un suave beso en mi frente —nunca lo olvides.
Miro a mi lado completamente ruborizada y me doy cuenta de que la enfermera había salido.
—Va a traer a nuestro bebé —murmuro entre lagrimas y mocos. Omar me mira con ternura mientras limpia las gruesas lágrimas.
—Si, nuestro bebé es un bonito niño con los ojos verdes de su madre. Lo hiciste bien mi amor, lo hiciste muy bien —por un momento pienso en el riesgo que casi corro de perder a mi hijo, en el miedo y la soledad que me carcomía en ese momento crítico —ya no te preocupes mas Gema eso no te hace bien, lo mejor es que te relajes para que cuando venga nuestro hijo solo sienta el calor de sus padres.
—¿Cómo lo llamaremos? —pregunto en un intento de apaciguar la angustia.
—No lo sé, no lo había pensado por un momento pensé que seria una hermosa niña y que le pondríamos Anisa, o Leila —miro a mi alrededor en busca de alguna idea hasta que vuelvo a ver a mi marido.
—Que tal Omer, Omer es un nombre bonito ¿no crees? —Omar ladea la cabeza y asiente.
—Omer suena como a Omar —sonrió.
—Si, suena como a Omar solo cambie la A —él me sonríe y asiente.
—Que sea Omer, Omer Onur Abbar un nombre perfecto y digno para él —la puerta se abre nuevamente y de ella desciende la misma enfermera, pero esta vez trae consigo a un bebé envuelto en mantas. Tras de ella entra también Salome que me sonríe cuando me ve.
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CAER ENTRE LAS SABANAS DE OMAR ABBAR
RomanceGema Moore es una chica estadounidense que ha viajado a Dubái como modelo de la diseñadora Armani Ji, siendo su primer viaje fuera de los Estados Unidos se vio envuelta entre la emoción por esta enorme oportunidad, comienzo de su carrera como modelo...