XXXVI. Tormenta.

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Jimin miró por la ventana de la casa de sus amigos por décima vez.

—Por más que lo mires, no vas a cambiar el clima. Basta, Jimin, me pones nervioso —habló Jin desde el sofá de su casa.

Jimin había llegado hace menos de diez minutos a la casa de Nam y Jin, creyendo que Taehyung estaría con ellos, pero para su sorpresa, su esposo no estaba.

— ¿Entonces no supieron qué pasó? —preguntó de nuevo Jimin, mirando ansiosamente hacia sus amigos. Era como la tercera vez que preguntaba eso, pero no entendía qué podría haber pasado para que Taehyung se quedará hablando con sus padres y su abuela en la casa Kim, más cuando le contaron lo enojado que se veía el Omega con sus padres.

—No, Min —contestó de nuevo Jin, con calma pero la preocupación evidente aún en su voz.

Nam se veía igual. Tenía a Yang Mi entre sus brazos mientras la dormía con suavidad.

—Creo, y repito, creo que tiene algo que ver con el testamento del abuelo...

Jimin se volteó rápido hacia Nam, mirándolo preocupado.

— ¿Se ha enterado la abuela de la cláusula del testamento?

—Es una posibilidad... —Jin miró curioso a Nam—. Me es extraño que la abuela Kim no lo supiera desde un principio. El abuelo Kim siempre le dijo todo.

—No todo —aclaró Nam, suspirando—. El abuelo quería cambiar su testamento sin decirle a nadie unos meses antes de su muerte. Supongo que ahí fue cuando cambió la dichosa cláusula para Taehyung y que nadie le dijera nada... aunque me sigue siendo extraño. Sobre todo por cómo era el abuelo...

Jimin frunció el ceño. Él nunca conoció al abuelo Kim, así que no podía decir si era raro o no esa cláusula. Todo lo que conocía del abuelo era por Taehyung, Nam y sus hermanas. Tanto Sonya como Jennie siempre habían hablado cosas maravillosas del abuelo Kim y Taehyung también. Intuía algo, pero no podía verificar si era o no cierta su punzada, además que no quería meter en problemas a su esposo y amigos.

Jin pareció leer su mente porque lo miró cómplice.

—Hay algo muy extraño en esa cláusula, la verdad —admitió ante su esposo y amigo.

Jimin pensó que Nam no diría nada, pero se equivocó.

—Estuve investigando un poco —comenzó a decir el Alfa, aún meciendo a Yang Mi entre sus brazos—. Al parecer, el abuelo fue con mi papá y mi tío a cambiar el testamento unos cuatro, cinco meses antes de su muerte... pero no fue con Moon.

Jimin y Jin miraron en shock a Nam.

— ¿No fue con el mismo abogado? —repitió Jimin.

—No... Lo más extraño es que nadie tenía derecho a llevarse una copia de ese testamento, excepto la abuela.

—Esto es demasiado extraño para no decir lo que todos pensamos —Jin hizo una pausa para mirar a todos antes de proseguir—: Los papás de Taehyung le volvieron a hacer un culerada y ya se dio cuenta de esto.

Jimin sintió una rabia desde el centro de su pecho rodearlo. Estaba enojado, sí, pero más que nada decepcionado. No entendía por qué los papás de su esposo habían estado conspirando en su contra, si es que lo hicieron. Taehyung tenía derecho a tomar las decisiones que él quisiera y sus papás no tenían por qué querer manejarlo.

La ansiedad pronto empezó a rodearlo al volver la vista hacia la ventana y ver la lluvia caer con fuerza.

—Taehyung no podrá regresar hoy al departamento —dijo a sus amigos.

A (Un) Married StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora