A (Un) Married Story

XXII. Pruebas.

Taehyung estaba temblando cuando lo dejaron en la celda junto a otros dos Omegas, ambos con la ropa desajustada y la cara maltratada. Cada uno se veía con ojos de dagas y sus olores eran agrios, enojados.

Taehyung intentaba ignorar el malestar en su estómago, pero era muy fuerte, al igual que sus ganas de llorar. Se paseaba de un lado a otro, simulando estar enojado e indignado, que sí estaba, y no tan asustado como en verdad se sentía.

—Omega zarrapastroso —escuchó que uno de sus compañeros de celda decía. Taehyung se detuvo y lo miró más indignado aún.

— ¿Qué dijiste? —preguntó tensamente.

—Ah, no, no usted —el Omega sonrió, era bonito y de rasgos delicados, joven, tal vez en sus primeros veintes, pero cuando miró al otro Omega, sus rasgos se afilaron—, sino esa rata arrastrada de ahí.

— ¡Oye, a quién llamas rata arrastrada, Omega verga flácida! —le gritó el otro Omega, Taehyung frunció el ceño y se alejó un paso de ellos.

— ¡El único verga flácida eres tú, que te gusta meterte en relaciones ajenas!

— ¡Deberías cerrar el maldito hocico, que te sangra la boca! ¡El verdadero novio soy yo!

Taehyung miró confundido a ambos Omegas, entendiendo qué estaba pasando.

—Ay, por favor, no puede ser posible —murmuró irritado.

Los Omegas siguieron peleando entre sí hasta que un pequeño dolor de cabeza empezó a rodear la frente de Taehyung, señal de un principio de migraña por estrés.

Un oficial se acercó a ellos y golpeó las celdas con un repiqueteo metálico, haciendo a ambos Omegas callar.

—Si no se callan los llevaré a las celdas del sótano donde no hay calentadores. Basta —miró a Taehyung y él lo identificó como el oficial que golpeó en la espinilla—. Señor Kim, su esposo y su abogado lo buscan.

Taehyung se acercó rápido hacia él y miró hacia el pasillo, donde estaba la puerta de entrada, que lo llevaba por otro pasillo hacia las oficinas centrales, y vio entrar a Jimin y Nam junto a otro oficial.

— ¡Jimin, Nam! —gimoteó cuando ellos llegaron a su lado y Jimin tomó sus manos heladas y temblorosas. Los barrotes de la celda eran anchos pero separados de tal manera que podía sacar todo su brazo hasta el codo. Jimin se acercó y logró besar su frente, sus labios también temblando en la piel del Omega.

No había asientos en la celda, eran tres paredes de rejas y una de pared, estaba en un cuarto grande, donde había seis celdas frente a frente y una grande al final del lugar, en la que había más gente. Tenían tres catres y tres sabanas arrimadas en la pared, había una separación entre cada celda, tanto las de enfrente como la de los lados, Taehyung estaba en la tercera del lado derecho. La demás gente que había en las celdas era en grupos de dos, tres o cuatro, pero la que más estaba ocupada era la del fondo, donde se veían cerca de siete personas, todas calladas y con su olor agrio y visiblemente cansados, uno que otro ebrio o en camino a empezar la cruda.

—Dios, Taehyung, estás helado —Jimin intentó sostener el rostro de su esposo y observarlo detenidamente—. ¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?

Taehyung negó con la cabeza, temblando un poco menos al sentir el calor de su Alfa cerca de él. Ambos Omegas se callaron y se acercaron para mirar discretamente la escena.

—Nam —Taehyung miró a su primo ansioso—. Sácame de aquí, por favor.

—Estoy trabajando en eso, TaeTae. Espera unas horas más —el Alfa compartió una mirada con Jimin que no pasó desapercibida para Taehyung.