A (Un) Married Story

X. Mudanzas.

Cuando salieron del registro, fueron recibidos por los aplausos de las Park, Nam, Jin y Hobi. Taehyung parpadeó hacia su nueva familia y sonrió con ternura al ver a Jisoo y Sewon saltando, la pequeña hija de Sewon entre los brazos de su esposo y su hijo mayor aferrado a las piernas de Jisoo, quien también los miraba sonriente, y su pequeña sobrina entre los brazos de Jin, queriendo llegar con él.

— ¡Felicidades, TaeTae, Chim! —casi gritó Jisoo, jalando a su sobrino mientras corría a abrazar a su hermano y su nuevo cuñado. Taehyung sonreía automáticamente, aún con el cuerpo paralizado y la mente en el beso compartido con el Alfa.

—Me alegra tanto haber llegado viva al momento en que el gran Park Jimin deja la vida de soltero de lado y se casa al fin —se burló su otra hermana, Sewon. Taehyung casi no había convivido con ella, pero parecía ser una mujer muy amable y dulce, con un carácter suave, pero había algo en sus ojos que parecía advertir tener cuidado con lo que dijeran o hicieran a su alrededor.

— ¡TaeTae! —Hobi lo abrazó con fuerza, teniendo cuidado cuando le susurró al oído un suave—: ¿Estás bien?

—Sí —mintió el Omega, no quería realmente ahondar en sus pensamientos, se sentía cansado y ni siquiera llevaba quince minutos casado con el Alfa.

Hobi no le creyó, por supuesto, pero lo dejó pasar, dejando que Jin y Namjoon lo felicitaran, Yang Mi colgándose a los brazos de su tío en cuanto tuvo oportunidad. Jin se rió junto a Taehyung pero la niña no lo soltó ni cuando su suegra se acercó a él.

—Felicidades, hijo, y bienvenido a la familia —le dijo Park Seung Hi, sonriéndole con dulzura, abrazándolo de lado mientras Yang Mi seguía aferrada al cuello del Omega.

—Muchas gracias, suegra —le dijo en un tono de voz raro, no completamente emocionado pero tampoco incómodo. Siempre se había sentido diferente con Seung Hi, como si la sola presencia de la mujer, le hiciera bajar todas sus defensas y se sintiera en un ambiente tan cálido y confortable que solo quería quedarse cerca de ella.

Nunca fue así con su mamá... Siempre se sentía algo asustado cuando su madre estaba cerca, jamás lo golpeó ni lastimó, al menos no físicamente, pero cada abrazo de su mamá, cada gesto dulce, venía acompañado de una condición. La mayoría de su vida el amor de sus padres estuvo condicionado a su alrededor, que si era el mejor de la clase, recibiría muchos abrazos y helado; que si se portaba bien y era un buen hijo, ellos jamás tendrían que imponerle nada. Un abrazo de ellos jamás se sintió cálido o dulce, sino más bien incómodo y frío. Siempre duraba unos segundos y apenas pegaban su cuerpo para sostener sus hombros.

Los abrazos de Seung Hi eran diferentes. Lo rodeaban por completo, descansando las palmas en su espalda y apretándolo hacia ella, mientras suspiraba. Se sentía tan protegido y en paz que quiso llorar, pero la risa de su sobrina le ayudó a controlarse y abrazar apropiadamente a su nueva suegra.

Bueno, suegra que le duraría un año y después volvería a ser la mamá de su amiga y jefe.

—Tengo hambre, ¿deberíamos empezar a ir hacia el restaurante? —Jimin habló antes que él se volviera a sentir con sus ojos cristalinos. Seung Hi se alejó de Taehyung y le sonrió a su hijo, asintiendo.

—Sí, la reservación la hice para la 1 y ya falta media hora. Vayamos yendo.

Empezó a liderar al pequeño grupo hacia el frente, pasando por la pequeña plaza abierta que estaba enfrente del registro y dio vuelta a la derecha. Los demás la siguieron en pequeños grupos, riendo y hablando entre sí, Taehyung y Jimin se quedaron hasta el final, aún con la pequeña entre los brazos del Omega.

Iban callados y observándose de reojo, sin saber qué decir o más bien cómo iniciar la plática. La sensación de los labios del Alfa sobre los suyos aún muy clara aún, jamás se había besado de esa forma con alguien, y eso que apenas había sido un acariciar de labios, no se imaginaba como sería...