XIV. Ceremonias.

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Después de unir los vinos, las chicas dijeron que quienes querían, podían irse a dormir o seguir pasando el rato en el salón.

Taehyung y Jimin decidieron irse a descansar.

Había sido un día largo y aún seguían cansados por la caminata del día anterior, así que apenas llegaron a darse un baño rápido, ponerse la pijama y hundirse en la cama.

Taehyung se hizo una bolita casi encima del pecho de Jimin, quien solo lo envolvió con sus brazos y besó su coronilla, suspirando.

—Amanda es una gran chef —dijo Taehyung después de un rato en calmado silencio.

Jimin murmulló.

—A decir verdad, sí. Creo que es considerada una de las chefs más jóvenes y prometedoras de su generación.

—La puedo ver en grandes restaurantes o en el suyo propio, de hecho.

—Mmm, si mal no me equivoco, el año entrante abrirá su restaurante o algo así me había comentado Ollie al entregarme su último manuscrito.

Taehyung asintió y se refugió más en el cuello de su esposo. Uno de los brazos del Alfa empezó a acariciar su espalda en suaves círculos, apenas en caricias que lo hacían estremecer de vez en cuando.

—No hagas eso —susurró Taehyung sobre la glándula de olor del otro.

—Mmm —gimió Jimin al sentir los labios de su esposo besarlo—. Tampoco tú... no hagas eso porque podríamos acabar en una posición...

—Bésame —dijo de repente Taehyung, levantándose y casi poniendo a horcajadas en él.

—Taehyung...

—Bésame, Alfa.

Jimin olvidó todo. Apenas fue consciente de su mano enredándose en la nuca del menor y jalandolo a él, el beso fue profundo y lento, casi sensual, y Taehyung gimió cuando sus lenguas se encontraron.

De estar encima de su esposo, se fue viendo envuelto hasta quedar de espaldas y con Jimin entre sus piernas, sus ingles moviéndose y creando un ritmo suave pero firme.

—Jimin —gimió Taehyung cuando él empezó a besar su cuello y lamerlo. Jimin se alejó del cuello de su esposo y lo volvió a besar con ganas.

—Diosa, Taehyung... quiero tenerte...

Estuvo a punto de decir que sí. Estuvo a punto de alejarse de su esposo para poder desvestirse y prepararse para él. Pero Jimin se detuvo.

Rompió el beso con un chasquido, ignorando los labios de Taehyung siguiéndolo o sus lamentos. Se dedicó a observar el rostro del Omega y besar pronto sus mejillas y juntar sus frentes.

Se quedaron así un rato, solo intentando relajarse y no cometer una tontería.

—Aún no —susurró.

Taehyung entendía a la perfección. Suspiró con algo de lástima pero asintió.

—Está bien, estoy bien —respondió Taehyung, dándole un último beso en su mejilla y dejó que Jimin escondiera su rostro en su cuello.

Jimin se acomodó y Taehyung igual, sintiendo el peso de su esposo encima suyo de una forma reconfortante y poco a poco sintió sus ojos cerrar, al igual que su respiración alentarse hasta que supo que se durmió.

Taehyung lo protegió más entre sus brazos y se dejó ir en el sueño sin temor.

.

A la mañana siguiente, fueron los besos suaves en su cuello lo que lo despertaron.

A (Un) Married StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora