Epílogo.

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Tres años después.

— ¡Ay, Diosa mía, Jimin! —gimió Taehyung en voz ahogada, intentando no hacer tanto ruido, aferrándose más a los hombros del Alfa—. Más rápido, por favor.

Jimin gruñó y agarró con más fuerza los muslos de su esposo para seguir embistiendo más fuerte y directo, golpeando un poco la pared contra la que Taehyung estaba recargado en el pequeño cuarto donde estaban encerrados.

Podían escuchar voces afuera, cada vez más fuertes, pero a ambos les importó poco mientras se acercaban a su orgasmo. Taehyung mordió su mano y ahogó un grito cuando se dejó ir, con Jimin mordiendo su hombro para no gemir en alto cuando su orgasmo lo golpeó momentos después.

Ambos se quedaron quietos unos segundos mientras respiraban profundo y se besaban con suavidad, sonriendo tontamente.

—Eso fue... —susurró Taehyung.

—Wow —terminó Jimin. Amos se volvieron a reír, besándose con lentitud cuando la puerta se abrió de golpe y ambos gritaron, Jimin cubriendo con su cuerpo a Taehyung.

—Ay, por la Diosa divina, ¡malditos conejos puercos! —chilló Jisoo, cubriéndose los ojos con su ramo blanco y dándose la vuelta para no verlos—. ¡Diosa, los voy a acusar con mi mamá!

— ¡No, por favor! —gritaron ambos, Jimin saliendo de Taehyung y limpiándolo torpemente con rapidez, ambos intentando vestirse mientras Jisoo seguía diciéndoles de cosas.

— ¡Esto es el colmo! ¡Mi boda es en menos de cinco minutos y yo estaba desesperada sin encontrar al padrino de honor de Hobi y a mi hermano que me llevará al altar, pero ustedes estaban cogiendo como conejos en celo! ¡Y su celo fue hace dos semanas, maldita sea!

—Lo sentimos, Jisoo, de verdad —se disculpó avergonzado Taehyung. Ambos salieron del cuartito de limpieza y vieron alrededor de los pasillos, pero solo estaban ellos dos, Jisoo y...

—Mamá —dijo débilmente Jimin. Taehyung quería que la tierra lo tragara.

—No vi nada y no pienso hablar de nada más que apresurarse —dijo la Omega mayor con la cara completamente roja—. Taehyung, te están esperando en el salón diamante, el cortejo está por iniciar.

El Omega asintió rápidamente y huyó lo más pronto de ahí, Jimin sonrió como niño atrapado en una travesura a su mamá y recibió un zape de regreso.

—Park Jimin, qué vergüenza —dijo con dureza Seun Hi.

—Lo sé, lo sé... perdón, mamá, perdón Jisoo... Pero es que apenas volvimos a retomar nuestra vida sexual —ignoró el sonido a arcada de su hermana menor— tras el nacimiento de Eun-ji y-

—Tuvieron su Celo y Rut hace como dos semanas, cogedor compulsivo —peleó Jisoo, pero Jimin le sacó la lengua.

—Sí, pero hemos tenido casi seis meses sin poder tener sexo porque Eun-ji no nos dejaba.

—Ay, Diosa mía —sollozó Jisoo.

—Basta, tenemos dos minutos para irnos a la ceremonia. Jimin, después hablaremos. Vamos, vamos.

Jimin se siguió sintiendo algo avergonzado pero no se arrepentía del rapidín que tuvo con su esposo. No después de haber soñado con eso desde la boda de Nam y Jin.

— ¿Taehyung se llevó su saco? —preguntó confundido al ver el saco en sus manos al llegar a las puertas del salón. Jisoo lo miró confundida.

—Ese es tuyo, tonto —le dijo como si fuera obvio. Jimin se sonrojó y la Omega rodó los ojos, sonriendo un poquito divertida también.

A (Un) Married StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora